El ruido metálico que emanó del callejón me hizo sobresaltar. El aspecto terrorífico del edificio más la fría y desolada calle no eran muy buena combinación. Me inspiraban desconfianza. La brisa movía mi cabello castaño haciendo que chocara contra mi rostro.
La única fuerza que me mantenía fuera del local, era el brazo de Chase privándome de hacer cualquier locura. Estaba ansiosa y él relajado.
¿Cómo podía estar tan tranquilo?
Estamos hablando de una humana dentro de un local atestado de vampiros. Wow, no me he acostumbrado a decir cosas tan fantasiosas.
Pero por otro lado, la luz tenue que soltaba el único faro prendido a estas horas de la noche hace ver a Chase como un hombre misterioso. Misterioso y atractivo. Porque no mentiré. El chico nuevo podría ser fácilmente un modelo. Con su figura alta y delgada. Sus ojos brillantes y su piel pálida. Sabía que cualquier chica de Knox High mataría por estar en mi lugar.
Una aventura de hombres lobo y vampiros. ¿Eh?
–¿Cuándo se supone que entraremos? –pregunté con impaciencia.
Chase frunció el ceño y respondió sin quitar la mirada de la calle desde nuestro escondite, detrás de una pared a una calle del local –. No te apresures, Landon. No podemos entrar a un lugar atestado de chupa sangre así porque sí. Estoy esperando a la manada.
Suspiro haciendo que el chico a mi lado pierda su paciencia y deje de mirar su objetivo solo para acercarse a mí y tapar mi boca con sus gruesas manos. Pude sentir lo frío de su tacto y se me puso la piel de gallina. Sus ojos conectaron con los míos dándome la terrible sensación de que podía mirar a través de mí sin ningún esfuerzo. Me sentía expuesta.
–Los vampiros tienen oídos bastante desarrollados, tonta. Pueden oír incluso lo que digo ahora. Así que, cállate de una buena vez –dicho esto, regresó a su posición anterior.
Guarde silencio y seguí su mirada hacia unos arbustos cerca del local. Unos segundos después, un brillo amarillo se divisó cual ojos en la oscuridad y Chase me hizo un ademán para que lo siguiera. Nos dirigimos a la puerta trasera y pude sentir un olor a muerto. Hice una mueca y entré detrás de Chase cerrando la puerta detrás de mí con cuidado.
Intenté mirar donde todos estaban reunidos. Habían al rededor de veinte sujetos. Al fondo, habían mujeres que parecían drogadas y usadas, como si las hubieran secuestrador solo para drenar su sangre. Era completamente grotesco.
Pude ver a Meredith sentada en la pierna de Nathaniel mientras reía ante los comentarios de algún miembro del grupo. Estaba sudada y llevaba el mismo vestido de la mañana.
La mayoría de los tipos allí tenían una cerveza en la mano. Todos estaban ebrios hasta un punto fatal, pero aún así podían mantenerse en pie.
Se escuchó un ruido desde la puerta principal, alguien tocaba. Supuse que era parte del plan pues ¿Qué clase de loco toca la puerta de un bar abandonado a simple vista?
Nathaniel se levantó dejando a Meredith parada y se dirigió a la puerta. Chase jaló de mi brazo para que me escondiera y obedecí. Solo podía escuchar voces teniendo una plática.
–Vaya, vaya –la voz de Nathaniel –. Miren quien mostró su rostro sarnoso por aquí. ¡Es el gran George, chicos!
Unas risas se escucharon.
–Vine a darte una advertencia, chupa sangre –la segunda voz era más grave –. Si vuelves a acercarte a mi abuelo, considerate muerto luego de la muerte. Déjalo fuera de esto.
Se escuchó como el resto del grupo se levantaba de sus sillas. Mire a Chase y él asintió. Subí un poco la cabeza y logré observar a Mer mirando con curiosidad la discusión mientras todo el grupo de vampiros acompañaba a su líder en la plática. Sin hacer ruido, esperé a que la pelirroja mirara hacia mi dirección. Cuando lo hizo, tuve ganas de saltar de felicidad, pero, en vez de eso, le hice señas para que fuera donde Chase y yo estábamos escondidos. Confundida, obedeció y jale su brazo para que se agachara.
Entonces, en cuclillas junto a Chase, arrastre a Meredith hasta la parte de atrás del local. Estábamos a punto de salir por la puerta, pero la luz azul tenue nos dejó ver a un chupa sangre esperándonos para atraparnos. Grey rápidamente realizó su transformación haciendo que mi corazón parase y quisiera salir de mi pecho al ver al lobo color gris saltar sobre el hombre grande y pálido que pretendía atacarnos. Viendo la puerta bloqueada por la pelea entre los dos seres sobrenaturales. La única salida que encontré y la menos recomendable era regresar. Y arrastré nuevamente a la pelirroja a nuestro escondite anterior.
Tenía la leve esperanza de que el clan de Nathaniel no escuchara el estruendo de la parte de atrás.
Y claramente me equivoqué...