Las presentaciones de la mañana habían terminado y éramos libres al fin. Cuando salimos, Rose me informó de que probablemente estarían en la cafetería, por lo que me guió con Tom detrás de nuestras espaldas. Miré mi móvil y confirmé de que tenía un mensaje de Dory confirmándolo.
Nos reunimos con los demás y Dory estaba ahí hablando animadamente. Al verme no dudó en ir corriendo a abrazarme.
-¡Te he echado de menos! -dijo mimosa, mientras los demás nos veían con una sonrisa, sin hacer ascos a nuestras muestras de cariño.
-Yo también te he echado de menos, renacuaja -digo y miro a Jackson- ¿Se ha portado bien?
-¡Oye! -grita y Jackson y yo reímos.
-No ha pegado a nadie y ha hecho sus deberes.
-Buena chica -acaricio la cabeza de Dory. Ésta me aparta y me saca la lengua. Que inmadura era a veces.
-¿Queréis que tomemos algo? En nada se va a llenar la cafetería -sugirió Adel, un bombonazo de rubia con un angelical rostro.
-¡Vamos! ¿Venís vosotras también? -nos preguntó Jackson.
-Claro, nuestro toque de queda es a la seis -dije bromeando.
-Las dos tenéis un buen sentido del humor -dijo Rose a mi lado. Cada vez me caía muy bien esta chica.
-Ella más que yo. Lo de Dory es innato, lo mío aprendido.
-¿Estás segura que no te equivocaste de carrera? Psicología está en el otro edificio -dijo un chico llamado Wallace, el otro lobo del grupo. Con ese me aprendí el nombre por su actitud amistosa y porque hablaba demasiado si entablas una conversación con él.
-Será mi carrera frustrada, pero siempre podré analizar a la gente cuando me apetezca. Cuando quieras te acuestas en mi diván y me hablas de tus problemas.
Me quedé pálida al instante, como si lo que hubiera dicho había sido un error ¿Me habré pasado? Espero que no ¿Y si ha sonado a coqueteo? ¡Esa no era mi intención! Cuando me hacen hablar soy muy abierta, pero tampoco quiero ser la típica que dice tonterías y molesta a la gente. Ojalá tuviera más seguridad en mí misma.
Pero parece que a Wallace no le sentó mal ni a ninguno de los presentes.
-¡Espero que me hagas un precio de amigo!
Llegamos a la cafetería y tuvimos la suerte de tener sitio. Jackson y Wallace tuvieron la amabilidad de traernos las bebidas y pagar por nosotras. En la mesa estábamos Dory, Rose, Adel, los que eran pareja Scarlett (la tercera loba) y Peter, que no se separaban ni con una espátula entre ellos, Tom y yo. Este no me dejaba de mirar y yo hacia como si nada. Al menos Wallace no era tan pedante y Scarlett tenía mejores asuntos que atender.
Charlamos sin parar. Llegué a sentirme relajada aunque aún había miradas perforando mi cabeza, pero aún así pude hablar abiertamente.
Uno de mis principales preocupaciones era el de hacer amigos, y cuando lo hiciera, cómo serían. No quería los típicos que siempre se iban de marcha y mucha vida universitaria a lo loco. Se les veía centrados, responsables en sus cosas, pero tampoco eran aburridos, y más cuando comenzaron hablar sobre la fiesta de bienvenida.
-¿Cuándo es? -preguntó Adel.
-Este viernes, en la mansión -dijo Wallace.
Casi me atraganté con la Coca-Cola.
-¿Estás bien? -dijo Rose dándome golpecitos en la espalda. Tom levantó la ceja.
-Si, es que me ha sorprendido lo de la mansión -confesé.
-Donna nos dijo que se hacía muchas fiestas ahí, pero que pertenece al alcalde, ¿acaso está bien?
-Permite que lo hagamos ahí para no molestar al pueblo -aclaró Jackson- Siempre y cuando él y su mujer no estén y su hijo sea quien las organice.
-¿Quién es? ¿Es de nuestra edad? -preguntó Dory y yo la fulminé con la mirada. No debería de ser tan cotilla.
-Sí pequeña, es de nuestra edad pero va un curso más arriba que nosotros -sonrió Wallace- Roddick está en Empresariales, por lo que está en otro departamento, pero ésta semana no aparecerá ya que ayuda a su padre en su trabajo como alcalde.
-¿Le conoces? -preguntó Dory otra vez ¿No podía quedarse calladita?
-¡Claro! Soy su mejor amigo.
-¡Ja! -soltó Tom de repente.
-¿Quieres pelea, pequeño Tommy?
-Pegas como una niña. Te tumbaría en el suelo en un visto y no visto.
-¿Lo comprobamos? -desafío Wallace levantándose, pero fue Adel quién lo agarró.
-¡Dejad vuestras peleas de niños para más tarde! Vamos a dar una mala impresión -dijo Adel mirándonos.
-¿Y perderme como dos chicos se pelean? Esperad a que vaya a por unas palomitas -dijo Dory, relajando completamente el ambiente. Me percaté de las miradas de Tom y Wallace y como iban alguna hacía mí.
Mierda. Sonríe idiota.
-Vendréis a la fiesta ¿no? -nos preguntó Wallace volviéndose a sentar junto a Adel.
-Claro, no tenemos nada mejor que hacer -salió Dory antes de que yo dijera algo.