"La vida es como un libro, y el que no viaja no ha leído más que la primera página."
-San Agustín-
Elisabeth observaba con gran desilusión el paisaje francés a pesar de saber que ella no era francesa de nacimiento se convirtió de corazón en el fondo y a pesar de las apariencias su alma estaba tan afligida como PARA sonreír si la única persona que logro comprender la ya no estaba, ella se encontraba con una pequeña caja de manera entrelazada entre sus brazos, Margareth pidió ser cremada y enterrada en new york al lado de la tumba de su hermana sofia. Abrasaba con gran pesar esas cenizas que en cierta forma se robaban un pesado de su vida que jamas regresara, se decía a si misma faltaron cosas por compartir un ultimo desayuno un ultimo adiós un ultimo beso en la mejilla un simple lo siento, también se ofuscaba contra del tiempo que es tan mordaz y egoísta al robarle su felicidad.
Mientras estaba ajustándose el cinturón de su siento miro por ultima vez el paisaje y recordaba con desesperación su pueblo GORDES como un niño recuerda su juguete mas preciado, siempre veía con orgullo el lugar mas dotado de belleza situado en una alta colina que al llegar el ocaso te dejaba apreciar el hermoso mosaico de color que jugaban la danza del amor así descubría el lugar con sus piedras rusticas antiguas y acogedoras. El cual estaba coronado por una hermosa iglesia y si no era una chica precisamente religiosa pero sabia apreciar la belleza, una verdadera obra de arte clásica esplendida en toda la extensión de la palabra, se sorprendía a si misma por aun poder oler las lilas que su tía tenia en el jardín y por cada rosa que le pincharon el dedo, por cada roce del viento en su piel en las venideras mañanas.
Se sentía una completa extraña rodeada de hipocresía mientras que el hombre sentado a su lado tenia levemente el rostro fruncido y cansado, su fisonomía era un poco de admirar no era muy viejo estaba un tanto en los 40 y mostraba sus labios curvos como en una ridícula mueca, quizás esas eran sus manías al cavilar la situación. Elisabeth no lo quería admitir pero siempre fue una chica curiosa analizando a las personas buscando un solo vestigio de soledad o un secreto o cualquier cosa que le ayudara a crear un boceto emocional en su imaginación, ella cuidadosamente observaba al hombre que la engendro pero que nunca estuvo en su vida pero cada ves que buscaba un parecido con su padre se enojaba, no soportaría la sencilla farsa de intentar formar una familia cuando el no estuvo nunca con ella, levemente apretó sus dientes y sintió una muy molesta pero confortable comezón en sus brazos ella reconocía esa sensación de deseo, de querer escapar y olvidar el dolor que la tenia acongojada. Se desabrocho el cinturón puso la caja de madera a un lado y se adentro en un baño cerrándolo sigilosamente la puerta, luis su padre solo miro el acto sin importancia ya que no podía hablar con la chica ya que esos ojos completamente ahogados en el infinito le recordaban su mas cruel error y pensar que se había casado y su esposa Marie no podía tener hijo después de un accidente, imposibilitando el deseo de ser padre para siempre y de la nada por una casualidad del destino tenia una hija la que tanto deseaba pero por ironías ella lo odiaba completamente suspiro frustrado sin saber que mas hacer.
_ironías del destino. expreso cansado.
Mientras tanto Elisabeth se arremangaba su camisa y miraba sin expresión alguna las marcas en sus muñecas le parecía increíble como funcionaba los tejidos de su piel con una simple herida sus agentes defensores y sus plaquetas se encargaban de curarla hasta dejar la piel completamente sana y perfecta sin vestigio de dolor pero irónicamente el corazón también era un órgano de su cuerpo y no funcionaba de la misma manera no este era mas complejo una ves herido no se sanaba como la piel no solo el dolor se asía cada ves mas grande.
_RECUERDA EL DOLOR SE ALIVIA CON MAS DOLOR.
<Vamos Elisabeth eres una chica fuerte esto también lo aguantaras nada puede dañarte mas de lo que estas respira eres tu lo recuerdas, sos tan solo una sombra en la oscuridad. Mientras me decía dichas palabras sacaba la cuchilla que se encontraba en el bolsillo de mi pantalón era nueva, y no tuve la oportunidad de usarla que deseaba sentirla en mi piel, no lo podía soportar esta presión en mi pecho este ahogo este dolor, tocaba con gran delicadeza las marcas en mi piel ya estaban cicatrizando pero inevitable debía ocultar nuevos demonios y este era la única forma que yo conocía era lo normal, la vida se vuelve un peso asqueroso y lúgubre cuando no tienes porque vivir.
_¿por que? el corazón están complejo, por que solo se puede borrar los malos recuerdos como en un celular borras tan fácil los molestos archivos>
Se decía a ella misma mientras suavemente afirmaba el objeto filoso en su muñeca pronunciándose pequeñas gotas color carmesí gotas que le daban un gran alivio ya que en su mente solo cavilaba el dolor físico pero ya había olvidado el dolor emocional pero claro todo es efímero eso ella lo comprendía pero otras cortadas mas la aliviarían esa era la definición de su vida heridas nuevas color carmesí eran sus fuentes de paz......