Chicago

Capítulo 6

Luego de que Anny se fuera, caminé media hora más por la ciudad, me había comprado un helado y algunas cosas para mi escritorio en una papelería que quedaba de paso, amaba esas tiendas y todas las cosas que podrías comprar en estas.

Ya era pasado el mediodía así que pase por un McDonald 's antes de llegar a casa, me pedí una big mac y unos nuggets de pollo con salsa, moría de hambre así que una vez que tenía mi comida me dirigí a mi departamento.Al llegar tiré las bolsas al sofá y fui a la cocina para devorar mi comida, amo comer como muchas personas y no me interesa mucho lo que piensen los demás ni los comentarios sobre lo malo que es la comida rápida y las grasas saturadas, de vez en cuando darte un gusto no está de más.

Mientras comía repasaba las ideas que había tenido cuando paseaba por la ciudad, lo había anotado en mi móvil para no olvidar nada. Había suficientes ideas para algunos capítulos más, me entusiasma saber que estoy cada vez más cerca de mi meta, terminar un libro completo no es tarea fácil pero cuando lo logras es muy satisfactorio.

Terminaba de comer cuando recibí una llamada, en la pantalla del móvil se veía la foto de mi pelirrojo favorito junto a su nombre, sonreí y conteste.

—Hola Weasley —escuche su risa por el apodo.

Somos fanáticos de Harry Potter y desde que leímos los libros le digo que es parte de la familia de pelirrojos del mundo mágico.

—Pequeño demonio, ¿cómo va tu día?

Sonreí, a veces me decían así desde que me hicieron enojar, según ellos soy como un demonio cuando los hago pagar.

—Hasta ahora tranquilo, salí a pasear y me encontré a Anny —tomé una de las pocas papas que me quedaban por comer y le di una mordida.

—¿Estaba sola?

—Nop. Estaba con Marina, Jay y Jon.

—Imagino que le dijiste que fuimos a verte.

—Si, creo que se enojó con ustedes —escuche un suspiro por su parte y se quedó en silencio por unos minutos— ¿Will?

—Espero que no haya golpeado a Jay.

—No creo o eso espero —hice una mueca y termine de comer— ¿cómo está todo en el trabajo?

—Es un día tranquilo a decir verdad, casi no hay pacientes en emergencia así que me puse a leer un rato.

—Que suerte, son pocos los días así.

—Si, quería preguntarte si te… —no pudo terminar la pregunta cuando escuché como lo llamaban.

—El trabajo llama —reí y él suspiró— seguimos hablando después.

—Claro, hasta luego pequeña.—

Adiós pelirrojo.

Colgué la llamada y me dispuse a limpiar lo que había ensuciado.Will era de los mejores chicos que había conocido, a veces me gustaría haberme enamorado de él pero solo puedo verlo como un hermano mayor y ya, además que ahora es muy feliz junto a su novia April quién es una enfermera en el hospital donde trabaja él.

En el grupo eran tres los que tenían pareja: Will, Marina y Anny. Los tres se enamoraron de sus compañeros de trabajo, por más difícil que se tornaba la situación para ellos seguían con sus relaciones y se puede notar lo enamorados que están. 

Me gustaría tener pareja, más no tengo prisa por conseguir una.Tomé las bolsas que había tirado al sofá y fui a mi habitación, saque todo lo que había comprado y lo acomode en el escritorio, me gusta mucho tener todo ordenado y bonito, puse algo de música y me dispuse a empezar a escribir.Las horas pasaron y sin darme cuenta ya eran las ocho de la noche, mi estómago pedía comida y mis dedos querían descansar, había escrito sin parar por horas y estaba satisfecha con mi avance, solo me faltaban dos capítulos para terminar el libro.

Me estiré en la silla antes de ponerme de pie, tomé mi teléfono y vi que tenía algunos mensajes en el grupo que teníamos los cinco.

Mensajes 

Jay: ¿Alguno tiene un megáfono?

Anny: ¿Megáfono?

Will: ¿Para qué necesitas uno?

Marina: Jay deja las cervezas por dios, ¿cuánto tomaste?

Me: que rayos…

Anny: ¡Jay!

Jay: no estoy tomando, necesito un megáfono

Me: yo no tengo 

Marina: le preguntaré a Pat 

Anny: creo que yo tengo uno, iré a ver 

Will: ¿Qué planeas Jay? 

Jay: ya sabrán, avísenme de lo contrario tendré que comprar uno.

Me: me mata la curiosidad.

Anny: no eres la única.

Marina: no tenemos megáfono.

Jay: ¿Anny?

Anny: yo tampoco tengo.

Jay: bueno tendré que comprarlo, les escribo después.

Me quedé pensando un rato sobre lo sucedido, a veces a Jay se le ocurrían muchas locuras que suelen meterlo en problemas, todos pensamos que ya lo había superado.Fui a la cocina para prepararme algo de cenar, aunque no me apetecía cocinar así que opté por una taza de café y un sándwich de queso. 

Pasó aproximadamente una hora, los cuatro estábamos inquietos esperando noticias del ojiazul cuando escuche una especie de sirena desde la calle, confundida me levanté y caminé al balcón que tenía la sala.

—¡EMMA!

Me sobresalte al escuchar mi nombre, sabía perfectamente quién era así que me asomé y allí estaba él con un megáfono en la mano y su móvil en la otra.

—¿Qué haces Jay? —reí nerviosa mientras veía como algunos de mis vecinos se asomaban por sus ventanas.

Él no respondió mi pregunta y acercó el móvil al megáfono, intuía sus intenciones así que empecé a grabar con mi móvil lo que sucedía para enviárselo a los demás.

 Empezó a sonar Wake me up before you go-go, reí con fuerza mientras que él bailaba sosteniendo el móvil contra el megáfono.

—Pudiste comprar una bocina para conectar el móvil, sabes.

—No lo pensé —sonrió avergonzado y siguió bailando al ritmo de la canción.

Envié el vídeo al grupo y seguí viendo a Jay… ¿Por qué habría pensando en hacer esta locura?



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En el texto hay: amor, chicago, chicagopd

Editado: 06.10.2021

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