El ambiente había cambiado luego de tres rondas de cerveza, nos encontrábamos animados cuando vimos a dos sujetos junto a las chicas, a Jon y Pat no les gustó nada.
—Y esos que, ¿los galanes de bar? —el latino es quien más atento se encontraba, su novia es coqueta por naturaleza más nunca engañaría a su pareja.
—Relajense hermanos, seguro que están ayudando a Emma —Kevin era el más relajado de los cuatro, tenía un buen punto.
—Es verdad, posiblemente le están buscando una cita —trate de sonar igual de relajado que mi amigo, pero no lo conseguí.
—Ni tu te crees ese cuento Jay, se muy bien que Anny y Marina le quieren conseguir novio a Emma pero ninguno es tu tipo —la postura de Jon era tensa, todo rastro de alegría se había esfumado.
—Por favor, ¿Acaso tú sabes cuál es su tipo? —comentó el rubio quien había estado en silencio durante todo este tiempo, es quien más seguro estaba de su novia pero los celos ahí estaban.
—Chicos no peleen, solo conversan —si no controlamos la situación podría terminar una pelea y no queríamos destruir el bar.
—Bien, pero no pienso seguir vigilando —Jon se levantó y caminó rápidamente a la mesa, los demás lo siguieron incluyéndome aún sin saber porque.
Al acercarnos pudimos escuchar que hablaban de trabajo, miré a Emma y ella casi no hablaba solo se limitaba a observar, estaba incómoda.
—Hola cariño —el latino se acercó a su novia y la besó, a su vez Patrick hizo lo mismo pero no tan notorio.
—Hola chicas, hola Emma cuanto tiempo. Te ves genial —sonreí cuando ella enfocó su atención en nosotros.
Kevin le había tomado cariño cuando se conocieron en un evento deportivo que tenemos todos los años, ella siempre viene con nosotros y nos ayuda con los refrigerios.
—¡Kevin! —la nombrada se puso de pie y abrazó al grandulón, según ella era como un oso de peluche.
—Hola pequeña —Kev le devolvió el abrazo y beso su cabeza, parecían hermanos.
Ella es hija única y siempre quiso un hermano mayor, nosotros somos lo más cercano a uno para ella.
—Chicos, ellos son Jared y Warren —los saludamos con un movimiento de cabeza a lo cual correspondierón de igual forma mientras que Marina nos presentaba— ellos son Kevin, Patrick,Jon y Jay.
—Un gusto —hablo el castaño quien tenía entendido era Jared.
Me sentía intimidada junto a los chicos, si bien ahora estaban mis amigos no me sentía cómoda del todo, Anny y Marina hablaban con ellos mientras que yo solo comentaba en ciertos puntos. Nunca fui buena con los chicos, las pocas citas que tuve fueron desastrosas y la única relación amorosa si bien empezó de maravilla gracias a él no terminó de la mejor manera.
Sabía que Jon y Patrick se habían acercado por celos, me aliviaba tener a Kev y Jay de mi lado, más no entendía porque estaban aquí también y no se quedaron en la barra, pero estaba agradecida de que se hayan acercado también.
—Creo que ya es hora de irnos, debemos trabajar mañana —un suspiro de alivio salió desde el fondo de mi ser luego de las palabras de mi amiga, era la más responsable y sabía que Patrick estaba por ponerse ebrio.
—Marina tiene razón, el sargento nos quiere temprano —mi niño que es como le digo a Kevin de vez en cuando le dio la razón a la castaña y todos se pusieron de pie.
—Fue un día increíble —sonreí y me despedí de cada uno hasta llegar a Jared, el hombre me intimidaba de buena manera.
—¿Te acompaño a casa? —lo miré sorprendida, tenía una sonrisa amable en el rostro remarcando sus hoyuelos.
—No es necesario, yo la llevaré —una voz grave se escuchó detrás de mí, era Jay y se oía molesto.
—Solo estaba siendo amable, no tienes porque molestarte.
—Ella no necesita tu amabilidad, ¿nos vamos Emma?
Me aleje un poco de ambos, los demás veían con interés la situación y yo no sabía que responder.
—Mi oferta sigue en pie si lo deseas —mire al ojiverde y este me regaló una sincera sonrisa mientras extendía su mano hacia mi.
—Y-yo…
Sabía que me veía ridícula por lo nerviosa que estaba, vi a Jay y su postura se relajó, pero pude ver algo de tristeza en su mirada.
—Recordé que debo hacer algo, nos vemos mañana chicos —tomó su chaqueta y me miró— adiós Emma.
Y sin más salió del bar a toda prisa, algo dentro de mí tenía la esperanza de que me acompañara él, ni entendía porque sentía la decepción y tristeza con verlo partir.
—¿Nos vamos?
Mi atención regresó a Jared y los nervios también, era muy lindo y me empezaba a gustar.
—Claro, adiós chicos.
Una vez nos despedimos ambos salimos del bar camino a mi casa, la noche era fría y anhelaba estar en mi cama.
—Tu amigo Jay, es muy….
Luego de varios minutos Jared habló por fin, sabía que se debatía mentalmente sobre si comentar lo ocurrido.
—¿Protector? Sí, lo es —sonreí con el hecho y lo miré, estaba pensativo— ¿Pasa algo?
—No tranquila, solo me sorprendió un poco.
—Entiendo, es muy impulsivo —hice una mueca, es una de las cosas malas de Jay más no la peor.
—Ya veo, pensé que tú y él estaban saliendo,y que por eso actuó así.
Mis ojos se abrieron mucho ante la confesión, él notó mi sorpresa y se arrepintió por lo que había dicho.
—Lo siento, no quiero incomodarte ni nada por el estilo.
—No, descuida solo me tomó por sorpresa —trate de restarle importancia al asunto y parece haber funcionado ya que él se relajó.
Seguimos caminando por veinte minutos más hasta que llegamos a mi edificio, no fue tan malo como creí ni incómodo excepto por lo de Jay.
—Bien sana y salva, me gusto haberte conocido.
—Igual a mi, fue una noche agradable.
—¿Volveremos a vernos? —en sus ojos había un destello que no pude descifrar, pero hicieron que mis piernas se volvieran gelatina.
—Posiblemente —sonreí y saqué mis llaves para entrar.
—Esperaré con ansias el momento —él se acercó a mí y dejó un suave beso en mi mejilla— adiós Emma.
Editado: 06.10.2021