Chloe (punto de vista)
Era un día como cualquier otro, hoy me tocaba escuela así que con todas mis fuerzas me levanté de la cama y fui a asearme. Me puse el uniforme del colegio al que iba y bajé a desayunar donde increíblemente estaba mi madre viendo su celular.
—¿No has hecho el desayuno?
—No, ha surgido un problema hoy y he tenido que ver mi celular para que me cuenten.
—¿Qué ha pasado?
—Tu tía está de viaje y me están diciendo que deberíamos ir todos para ver cómo están los problemas de allá.
—Eso no es novedad.
—Tomarás desayuno en la calle.
—Gracias mamá.
—Cuídate mi niña.
Se despidió de mí con un beso en la frente. Me dispuse a caminar a mi escuela, voy para el salón de sexto grado y cuando entro veo a todos mis compañeros riéndose y jugando.
Me siento en mi lugar y saludo a mi compañera de asiento, Stannis. Esta ni me volteó a ver solo me ignoró como de costumbre... Sé que ya se los había dicho antes pero lo voy a repetir, yo no tengo amigos, a nadie le agrado bien salvo por una chica con la que me hablo unas pocas veces.
Ahora acaba de llegar el profesor de inglés donde nos estaba enseñando los pronombres posesivos y nos había dejado para hacer el trabajo en parejas, me tocaba con Stannis ya que ella estaba a mi lado en esa clase.
—Muy bien Chloe, yo no entiendo nada del tema así que tú resuelves y yo lo transcribo en el cuaderno de ambas.
—Stannis, debes tratar de comprender que si no reprobarás el curso.
—¿¡Vas a hacer el trabajo Chloe o le digo al profesor que no lo quieres hacer?!
—Tranquila Stannis, ya voy.
Luego de eso siguió matemáticas y terminó en recreo.
Justo ahora estábamos en recreo y fui a buscar a esa amiga de la que hablo.
Su nombre es Darla, nos conocimos en la clase de danza que llevábamos acá en el colegio. Juntas compartíamos escenario en una parte de la danza y practicábamos bastante por lo que nos veíamos seguido.
Ella estaba ahí junto a otras niñas en su ronda típica que hacían entre ellas. Me acerqué silenciosamente, me paré detrás de Darla y le toqué el hombro.
—Hola Darla.
—Hola Chloe —dijo ella volteándose—. ¿Qué haces aquí?
—Venía a saludarte, mi mamá me dio dos emparedados y quería convidar te uno.
—No... No gracias Chloe pero yo traje mi propio emparedado.
—¡Qué horror! ¡Cómo te atreves a traer tu emparedado por aquí! —chilló una de ellas.
—Chloe —me advirtió Darla—. Será mejor que te vayas y te lleves tú emparedado de aquí.
—Entiendo —dije triste.
Me dolía que Darla me conociera y aun así lo negaba. Era la única amiga que tenía y ya me había rechazado.
Me dirigí a una de las bancas que había por ahí en el patio y me senté sola otra vez a comer mi emparedado.
Al terminar el recreo fui a mi salón de clases a hacer lo de todos los días viernes a esa hora: "matemáticas".
Luego de una hora había acabado la clase y con eso había concluido mi día escolar. Me dirigía a casa pero decidí pasar por una tienda de helados a pedir uno de mi sabor favorito que me encanta tanto.
—Buenas ¿Qué sabor de helado desea? —me pregunta el vendedor.
—Quiero sabor vainilla con chocolate.
—Muy bien espere unos momentos.
Esperé como un minuto y me trajeron mi helado de vainilla con chocolate, salí contenta de ahí y empecé a saborear el helado en mi mente, estaba tan distraída con el helado que no viene cuando me choqué con alguien...
—Uy lo siento chica, no fue mi intención —se disculpó el chico en frente mío.
¡Dios! Era el ¿chico? ¿niño? más lindo que había visto en toda mi vida. Era de cabello castaño de piel clara y ojos color marrón, era un poco alto, al menos a comparación mía me llevaba por media cabeza.
—¿Estás bien chica? —dijo el chico pasando su mano por enfrente mío.
—S...Si, dios qué pena... Tu ropa está arruinada y todo por mi culpa.
—Y yo hice que se derramara tu helado encima de mí.
—No enserio disculpa...
—Soy Nick Lavander —me tendió su mano.
—Chloe Astroy, mucho gusto —dije aceptando su mano.
—Deja que te compre otro helado y de paso para mí.
—No es necesario pero si insistes.
Nos dirigimos al mostrador y pedimos dos helados de vainilla con chocolate, al parecer a él también le gusta de esos sabores.
Caminamos hacia una mesa vacía, nos sentamos los dos a conversar y conocernos un poco. Jamás había visto a un chico más lindo que Nick (y eso que tengo once años), debería pasar más seguido por aquí.
Estaba tan bien conversando que me había olvidado de la hora y que me iban a gritar feo en mi casa por demorarme.
—Dios Nick! Fue un gusto haberte visto por aquí y me agradó pasar tiempo contigo y conocerte pero temo que debo irme a mi casa o si no me espera lo peor.
—No imagino nada peor que el regaño de tus padres así que te dejo para que vayas a tu casa —dijo levantándose y moviendo su mano en forma de despedida.
Que agradable sujeto, no todos los días conoces a gente como Nick. Ojalá lo vuelva a ver de nuevo.
Fui de camino a mi casa, toqué la puerta y me abrió...
—¿¡Abuela?!
—Hola Chloe, cariño qué tal, pasa.
—¿Dónde están mis padres abuela? —pregunté entrando a casa.
—Se fueron donde tu tía a ver sus cosas y me dejaron a cargo de ti.
—¿Por cuánto tiempo?
—Un mes.
—¡¿Un mes!? —grito sorprendida.
—Si querida, hasta entonces podremos divertirnos mucho sin ellos.
—Si abuela —dije desanimada.
—Cielo, no estés triste, mañana es sábado y tus primas nos han invitado para ir a Las Bahamas.
—¿¡Las Bahamas!? —pregunté sorprendida.
—Si linda, Las Bananas, ese country club de tu tío.
—Ah... —me desilusioné—. ¿El que está cerca a la playa?
—Ese, ese mismo.
—Está bien abuela.
—Ahora ve a cambiarte y baja a comer.
—Sí.
Al menos mañana iré a ese country club de mi tío aunque la peor parte de todo es que iré con mis primas, no es que no me caigan solo que ellas no me comprenden, dicen que soy diferente a ellas y que no pertenezco a la familia. Solo espero que mañana sea un mejor día y que sea genial.