(Agatha Cian)
Jamás en mi vida, creí que escucharía esas palabras y menos en un restaurante, a plena luz del día, de un desconocido, mientras estaba sentada al lado de mi esposo.
Me alegra no haber tenido nada en la boca, pues seguro me atragantaría, respire profundo, tratando de recobrar un poco la compostura y mire a mi esposo el parecía tan sorprendido como yo, pero actuaba con tranquilidad, a veces envidio esa seguridad que proyecta, incluso en los momentos más difíciles me hace creer que todo estará bien, eso me dio el impulso para continuar en mi asiento.
Dirigí entonces la mirada a nuestro no muy conocido anfitrión, quien nos miraba fijamente, en espera de una respuesta de mi parte. Con todo mi ser quería gritarle que eso jamás pasaría, y junto a mi esposo retirarnos de aquel restaurante sin embargo si existe la mínima posibilidad de haber escuchado mal o tal vez malinterpretarlo, me decidí por preguntarle:
-¿Qué fue lo que dijo? Perdone no entendí ¿Qué quiere que haga? Y ¿Por qué motivo en el mundo cree que me divorciaría de mi muy amado esposo para casarme con un perfecto desconocido?- (Al final no pude contener mi carácter, termine levantándome de mi asiento y gritándole la última parte.)
Quería lanzarle el jugo encima, pero al recordar los treinta mil dólares en el departamento opte por sentarme exageradamente y cruzar los brazos.
Thomas termino el jugo de sandía y dijo:
Sin perder el tiempo y sin ninguna duda tome la mano que Thomas me ofrece y nos disponemos a salir de la habitación, jamás cambiaria mi felicidad por dinero, y las palabras de Thomas me dieron la certeza de que el piensa lo mismo.
Al estar a punto de salir el señor Leman dijo:
-Respeto su decisión pero deseo que escuchen un poco más de la propuesta, además creo que es lo mínimo que pueden hacer por el nuevo dueño de su casa…-
Nos congelamos en ese momento, ¡él era el nuevo dueño de nuestra casa!, acaso compró nuestra hipoteca, compartimos una mirada y un entendimiento tácito con Thomas, él cerró la puerta y nuevamente nos sentamos y dispusimos a escuchar.