Luego de largas peleas de almohadas, una película de terror más muchas palomitas y doritos bañados en salsa, decidimos ir a la cama para hablar de todos nuestros secretos, recordando cuando éramos niñas.
—Te acuerdas cuando durábamos horas y horas despiertas y nuestras conversaciones eran de cuando daríamos nuestro primer beso —dio vueltas en la cama y dejó salir un suspiro quedando así boca arriba— y pensar que era nuestro mejor momento.
—Sí, o cuando mamá nos preguntaba que si teníamos novio y le gritábamos a todo pulmón que no, e incluso nos poníamos a llorar porque sentíamos que tener novio era la cosa más desagradable del mundo —dije dejando salir una leve sonrisa.
—¿Recuerdas cuando di mi primer beso y aquel niño solo quería ir a vomitar? Salió corriendo gritando a toda la escuela "he besado a una niña".
Me he reído a carcajadas.
—¡Aquel niño no te habló durante el resto del año! —exclamé.
Escuché una puerta cerrarse proveniente de un auto, mi mirada se desvió a mi celular eran las 4:00 AM y ambas nos miramos a la cara como si de una película de terror se tratase.
Sigilosamente avanzamos por la habitación hasta llegar a la ventana, entonces de nuevo vi aquella Lexus roja, solo que ahora se encuentra aquel chico fuera de ella, el cual se dedica a mirar algo en su celular.
Entonces mis ojos se centraron en su imagen como lo vi la última vez, alto y blanco, solo que ahora estaba sin la capucha y se podía notar un pelo salvajemente despeinado de color negro, no pude ver algo más, puesto que la noche está presente y las luces opacas no ayudan.
No he parado de mirar aquella cicatriz que tanto despierta mi curiosidad.
—A mí me parece atractivo —dijo Shelley sacándome de casilla.
—Pero si ni siquiera lo has visto bien, es de noche, apenas se sabe que es una figura masculina.
—Pero yo he dicho que se ve atractivo, confío en mis instintos.
El silencio reinó entre ambas cuando se escuchó otro ruido, pero ahora proveniente de nuestro patio. Observo al chico, quien se encuentra en una llamada, pareció escuchar el mismo ruido que nosotras y de una vez se giró completamente deteniendo su mirada en el sitio de donde proviene el ruido.
Me lo encontré raro, a estas horas mamá no está despierta y no hay más nadie a excepción de nosotras en la casa.
Por poco entramos en pánico pero luego recordé que hay una vecina que tiene gatos la cual vive al otro lado de la calle y ella siempre los deja por su cuenta, a lo mejor uno de esos gatos se saltó una que otro muro y dejó caer una mata de mamá o algo así.
Prefería creer eso y no otra cosa, sino mi mente explotaría en menos de segundos en estos momentos y lo que menos quería era volverme loca justo ahora.
De pronto aquel chico pareció saber que fue lo que causó aquella impresión o escuchó algo que no le gustó, ya que su expresión cambió, de un momento a otro subió a la Lexus y aceleró su auto dejándonos confundidas.
—Me siento como FBI —dice Shelley yendo al gavetero y colocando unas gafas de sol en sus ojos —me quedé con las ganas de resolver aquel caso.
—Ya —le digo con todo el sarcasmo del mundo sin evitar soltar una risa—. Lo que realmente eres es una metida ¿Qué hacías espiando por esa ventana?
—Ah, con que ahora te haces la víctima —dice aguantando la risa era evidente que estaba loca por explotar.
Ignoramos por completo lo que había sucedido, ya que nada de eso debería de importarnos.
—Oye, has evadido el tema toda la noche y lo que queda de la madrugada —digo ahora retomando mi seriedad.
—Ah —de inmediato cambió su expresión entendiendo a lo que me refiero—. Es una larga historia.
—Mira que tenemos todo lo que queda de la madrugada.
—Pues, me he enamorado perdidamente de alguien y le he perdido por completo por no dar la cara, por no hablar de esa persona, mejor dicho le he perdido por cobarde —dice esto sin evitar dejar escapar una lágrima, de una vez pasó ambas manos por su rostro y se secó bruscamente.
—Para mí es una sorpresa que me digas que te has enamorado perdidamente, nunca he escuchado que te gusta alguien realmente. ¿Cuál fue la verdadera razón de que le dejaras?
—Es que no es un él, es un ella —dice entre sollozos tapando totalmente su cara con sus manos.
—¿Y porque no me lo has contado? —digo un poco sorprendida no porque le gusten las chicas sino porque sin duda esto le ha afectado.
—Porque es muy difícil, no es como decir ¡oye me gusta un chico y me hace jodidamente feliz!, esto va en contra de mis reglas y no es que las respete del todo, pero tuve mucho miedo y decidí no contarle a nadie, pues con ella me sentí feliz y no quería alejarla pero tampoco quería que el mundo se enterase —trató de respirar profundo varias veces y me miró a los ojos.— ¿Me odias?
La miré y la abracé.
—Cariño no somos responsables de nuestros sentimientos y no puedes vivir miserable solo porque alguien no acepte lo que te gusta, yo nunca te voy a juzgar, eres mi amiga y quiero lo mejor para ti y por como me hablaste, jamás te había escuchado hablar así de nadie —ella solo ríe entre sollozos y corresponde a mi abrazo.— ¿Por qué no vas y la buscas? Estoy totalmente segura de que tus padres lo entenderían es normal que ellos reaccionen de mala manera al principio pero tarde o temprano terminan entendiendo.
—No puedo Malia, lo he jodido todo, me comporte como uno de esos hombres que son idiotas, en vez de resolver los problemas deciden abandonar a la primera oportunidad. Tanto que odiaba a los idiotas que hacían eso y terminé siendo como ellos —vi como se llenó de impotencia y luego intento calmarse—. La he dejado ir y tal vez es mejor así, es mejor que sea feliz con alguien más, alguien que pueda darle la felicidad que yo no le di, alguien que la ame con locura sin miedo al qué dirán, alguien que crean ella plenamente, alguien que la ame como ella se lo merece.
Estaba totalmente estática al escuchar sus palabras ¿en serio esta era Shelley?
Editado: 26.04.2023