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　"Si todo fuera tan simple, ¿entonces qué chiste tiene vivir? Y si todo fuera tan difícil, entonces habría placer en el morir".

　Desde que el tiempo se creó gracias a la existencia, la última decidió darle una personificación al ente que subjetivo era entre cada espacio, representándolo no sólo con las estrellas, la sombra y un reloj, también lo hizo persona. Lo hizo ser, y ser aquel que viera todo en orden en su espacio.
　El tiempo estuvo encargado de todo, y existencia para darle compañía decidió crear al destino, el cual era subjetivo para cada ser que creó la vida y para cada representación del tiempo. Ello ponía molesto al tiempo, aunque a veces eran las partes donde ambos se llevaban concordes a todo. Sin embargo, luego de pasar momentos juntos, destino entendió que el tiempo era relativo, y que no siempre podría ser certero lo que dictaminara a él, y cuando el tiempo entendió ello fue cuando, a los momentos que no le parecía, escaparía del compañero que estuvo ligado a él desde el principio.

　―Los he llamado para discutir algunas cosas―. Era la voz de existencia, sólo él tenía el poder de sonar entre los ecos sobre todo el espacio―Necesitamos conversar, precisamente de la relación que abarcan ustedes dos.

　Los únicos seres presentes, conscientes y sápientes, mas limitados eran: Tiempo y destino.

　―Padre existencia―, De carácter, serio y estricto. El tiempo era una persona segura de sí misma, siempre constante―¿qué desea entablar ésta vez?
　―Más respeto, tiempo―. Reclamó el destino. Destino tenía una voz suave pero potente, soñadora y justa, o éso es lo que él cree―Padre existencia, por favor, díganos qué ocurre.

　Existencia sólo calló mientras ambos discutían, aunque no emitieran sonido él sabía que entre sus pensamientos el uno y el otro no eran tan afables como él creyó que terminarían siendo.

　―Quería conversar un tema, más que todo una pregunta―. Se aclaró el asunto―¿Por qué ustedes viven intentando eludirse?
　―¿A qué se refiere, señor existencia?―Preguntó tiempo.
　―Es obvio, hijo. Tú y tú―, Todo lo que había en la existencia decidió rodear a ambos seres, era una manera de referirse a ellos―viven corriendo uno tras de otro, y de vez en cuando huyen hasta de ustedes mismos. ¿Qué no están conformes con lo que he hecho?

　El tiempo se paró cuando escuchó eso, el destino dejó un curso ambiguo y ambos callaron. Valiente, tiempo decidió hablar.

　―Existencia...―Se refirió de ésa manera a él, angustiado en sus pensamientos por la falta de respeto quiso intentar abstenerse de hablar, pero era demasiado tarde; pasado ya fue y sólo le quedaba seguir―La razón del porqué huyo de destino es porque él no sólo me atosiga sino que me retiene, y pierdo la libertad que alguna vez tuve para correr. Me presiono, vivo pensando en cómo hubiera sido todo un día si él no hubiera estado y dictado qué sería de mí. Cuando escapo de él siento que por fin hablo por mi propia cuenta.
　―¡No hables así de mí!―Miró molesto destino al tiempo―¡Me haces ver como un fastidio!―Por un momento tampoco a destino le importó que estuviera la existencia presente―¡Yo también me siento como tú! Quiero llevar más, mi mente y mis sentidos son mis guías, y aun cuando deseo seguir no haces más que retenerme porque ya terminó la sesión. ¡Es injusto!
　―¡No es injusto!―Respondió tiempo―¡Tú me controlas!
　―¡Tú me haces sentir inútil!
　―¡Pues sí lo eres!
　―¿¡Entonces por qué tengo tanto poder sobre ti!?
　―¿¡Por qué yo tengo tanta prioridad sobre ti!?