Salimos de casa temprano por la mañana. Según mi padre, el camino es largo pero no peligroso. El bosque es enormemente extenso, y me pregunto si seré capaz de aguantar todo el viaje a pie, sin ningún vehículo para transportarnos. Mi padre carga las provisiones mientras que mi madre lleva un báculo que supongo que es para defendernos de posibles peligros.
En mi caso, no llevo nada conmigo. A duras penas puedo caminar.
Aunque las plantas se ven muy similares a las del mundo en el que crecí, noto algunos cambios sutiles. No soy un experto en botánica ni nada parecido, pero reconozco algunas de ellas.
Sin embargo, lo más agotador del bosque es la falta de caminos o senderos adecuados para caminar. Me resulta extremadamente cansado, pero creo que podré aguantarlo.
Después de unas seis horas de caminata, el sol comienza a calentar intensamente.
"Vamos a parar debajo de esos árboles y continuaremos cuando el sol se calme un poco", propone mi madre.
Agradezco a Dios que paremos, ya que estoy casi muriendo de sed.
Nunca pensé que viajar sería tan agotador. Sin duda, quiero volver a mi antiguo mundo.
Nos acomodamos bajo un enorme árbol, el más grande que he visto en mi vida. Su sombra cubre una gran área.
"¿Qué tal tu primera caminata por el bosque?", pregunta mi madre con una sonrisa en el rostro.
"Estoy sumamente cansado. Caminar por este bosque es agotador", respondo.
"No te preocupes, te acostumbrarás tarde o temprano", me tranquiliza mi madre.
"Supongo que cuando tenías mi edad, caminabas mucho, ¿verdad?", pregunto.
Mi madre parece pensativa al escuchar mi pregunta.
"No, en realidad... Toma agua, la preparé yo misma. Fortalecerá tus pequeños músculos y te cansarás menos", dice mientras me ofrece un recipiente.
Me sorprendo por sus habilidades para crear agua y que tenga efectos beneficiosos.
"¿Cómo puedes crear agua, madre? Y, además, ¿cómo tiene esos efectos?", pregunto con curiosidad.
Mi madre muestra sorpresa por mis preguntas y se toma un momento antes de responder.
"Podría explicártelo, pero es mejor que esperes hasta que tengas tu magia y puedas experimentarlo por ti mismo. Por ahora, bebe lo que te he dado", sugiere.
Bebo el agua con gusto y puedo sentir cómo mi cansancio desaparece gradualmente.
Pero siento que me dieron mas ganas de ir al baño...
Me doy cuenta de que mi padre no está a la vista. ¿Dónde se habrá metido? Parece capaz de desaparecer bajo tierra como un topo.
Me pongo de pie y comienzo a buscarlo alrededor del árbol.
Finalmente, lo encuentro a cierta distancia, alejado de nosotros, orinando tranquilamente. Increíble.
Decido seguir su ejemplo y aliviar mis necesidades también.
Después de un par de horas, el sol ha disminuido su intensidad y decidimos reanudar nuestro viaje.
Llevo un rato caminando y no me siento cansado en absoluto. El agua que mi madre me dio realmente funciona. Me pregunto por qué mi madre y mi padre pueden controlar la magia tan bien y por qué vivimos en un bosque en lugar de una ciudad o un reino.
Decido preguntarle a mi madre sobre esto.
"Madre, tengo una pregunta", comienzo.
"Sí, dime", responde.
"¿Por qué vivimos en un bosque?", cuestiono.
"¿No te gusta vivir en armonía con la naturaleza?", responde con otra pregunta.
Trato de pensar en ello. Como alguien que vivió en una ciudad con todas las comodidades del mundo, es obvio que no me gustaría estar sin esas comodidades. Pero ya no estoy en ese mundo...
Supongo que aquí, al no haber tecnología ni electricidad, debe haber algún tipo de magia que reemplaza esas comodidades.
Tal vez vivir en un bosque es mejor que vivir en un reino, donde la gente de bajos recursos suele ser menospreciada y la atención se centra principalmente en la realeza.
Sí, definitivamente es mejor ser independiente y no tener la presión de pagar por la comida, ya que aquí tenemos que conseguir todo por nosotros mismos.
Si esto es una epoca medieval o algo parecido debe ser asi...
"Sí, me agrada mucho vivir en armonía con la naturaleza", respondo finalmente.
Decido no hacer más preguntas. Me doy cuenta de que estoy haciendo demasiadas preguntas a mi madre, y puede resultar extraño que un niño de cinco años haga tantas preguntas.
Veo enfrente de mi que mi padre se detiene y nos hace una seña de que guardemos silencio...
"Este es nuestro dia de suerte, ven acercate William sube a mi espalda." Susurra mi padre.
Mi padre me levanta y me carga sobre su espalda. Puedo ver a lo lejos una especie de lobo negro increíblemente grande, del tamaño de mi padre, y eso que mi padre es un hombre alto.
"Increíble", susurro asombrado. El lobo negro esta devorando un venado.
"Lo es. Es el depredador por excelencia de este bosque, y solo hay cinco de ellos en todo el territorio. Se dice que son inmortales, pero no lo creo. Tal vez no mueran de vejez, pero seguro que pueden morir por causas externas", explica mi padre.
"¿Los cinco son de color negro?", pregunto con curiosidad.
"Se dice que uno de ellos es blanco, pero nadie lo ha visto. Supongo que debe ser el líder. Es la segunda vez que veo uno de ellos desde que llegamos a este bosque", responde mi padre.
"Así que tengo suerte de haberlo visto", comento emocionado.
"Sí, pero mejor nos alejamos. Si lo molestamos mientras come, podría atacarnos, y dudo que pueda defenderme contra eso", dice mi padre con precaución.
Mi padre tiene razón. La criatura es enorme y podría desaparecer fácilmente entre los árboles del bosque.
"Entonces, vámonos de aquí", digo, siguiendo su consejo.
Nos alejamos lo suficiente del lobo negro. Este mundo tiene las mismas especies de animales que mi mundo anterior, pero con ligeras diferencias. Aunque no he visto tantos animales en este bosque, supongo que este mundo también debe tener algunas especies únicas.