Agraón... Ana me había hablado de él, uno de los caballeros de la Armada Novacrono. ¿Por qué están regresando a este bosque por segunda vez? No hay vuelta atrás ahora.
"Lo veo y no lo creo. Anastasia Necrono, Princesa del Reino de Vordaz. Al fin te encuentro", dice Agraón sorprendido mientras se acerca.
"No des ni un paso más, Caballero Agraón", le advierto, firme.
"Mm, ¿y quién demonios eres tú?", pregunta Agraón.
"Soy Roger, un antiguo caballero de tu reino. Encontré a la princesa hace unos días y tenía planeado llevarla a casa", respondo.
"Caballero, dices. Tal vez lo seas, pero deja de mentir. No tenemos ningún registro de que un caballero haya ido en busca de la princesa antes que yo", dice Agraón mientras forma un arco de agua y lanza dos flechas al cielo.
Maldición, trajo refuerzos.
Tomo la mano de Ana y le susurro al oído: "Toma a William y huye. Te daré tiempo suficiente para que intentes escapar hacia lo más profundo del bosque. Después los buscaré".
Ana me mira a los ojos, nunca la había visto tan asustada. Este tipo es más peligroso de lo que imaginaba.
Ana suelta mi mano y rápidamente corre hacia la casa.
"Bonita cabaña. ¿Tú la construiste?", comenta Agraón.
No le diré una palabra hasta asegurarme de que Ana y William se vayan.
Él no tiene idea de qué tipo de magia poseo. Eso me da ventaja.
"Bien, ya esperé suficiente", dice Agraón.
"No te muevas, Agraón", le advierto.
Maldición, me está ignorando.
En ese momento, Ana sale corriendo de la casa con William en brazos.
"¡Imperdonable! Y aun así te haces llamar caballero, pedazo de imbécil. Profanaste a la princesa", me maldice Agraón.
"Bueno, en realidad nunca fui un caballero, pero sí pertenezco al Reino de Vordaz. Podría decirse que soy aquel hombre que le dio fama a tu reino", le digo burlonamente.
"Fama, dices. Tú eres solo una escoria, un asqueroso tipo que tuvo la estupidez necesaria para profanar a la princesa del rey al que sirvo", responde Agraón furioso.
"Y tú eres estúpido por querer enfrentarte a alguien que mató a un dragón", le contesto.
Rápidamente, le lanzo dos cuchillos de piedra sumamente afilados y corro hacia él.
Agraón los repele fácilmente, pero estoy cada vez más cerca.
Formo una espada de piedra y lo ataco con todo lo que tengo.
Él se defiende con dos cuchillas de agua.
Maldición, mi espada está perdiendo fuerza gradualmente. No tengo otra opción más que retroceder.
"Un dragón, ¿eh? Debes ser ese desertor del que el rey hablaba hace tiempo", dice Agraón.
"¿Aún me están buscando?", pregunto burlonamente.
"Para nada. Tú eres solo una escoria, nadie te recuerda", me maldice Agraón.
Agraón prepara su arco de agua y apunta en la dirección en la que Ana se ha ido, dispara una flecha lo suficientemente grande como para que alguien la vea.
"¡Beltrán! ¡Jason! ¡Sigan la flecha!", ordena Agraón.
¿Solo dos acompañantes?
Rápidamente, dos personas salen de entre los árboles y persiguen la flecha.
"No los dejaré escapar, malditos", grito intentando detenerlos.
Voy tras el más lento, uno de color rojo.
De repente, siento una flecha que viene hacia mí. Por poco no la esquivo.
Y en un abrir y cerrar de ojos, Agraón está frente a mí.
"Si quieres ir por ellos primero, tendrás que pasar por encima de mí", me advierte.
Me alejo de él para mantener la distancia...
Este tipo es fuerte. Muy fuerte, incluso más que Félix.
"¿Ya no tienes nada que decir?", pregunta Agraón.
Debo concentrarme y acabar con él lo más rápido posible.
Me lanzo hacia él velozmente con una espada de piedra en mano.
"Aquí viene", susurra Agraón en voz baja.
Agraón forma un arco de agua y lanza una flecha.
Era de esperarse... La flecha es rápida y no puedo esquivarla.
Endurezco la espada de piedra para que no pierda su efectividad y logro disolver la flecha de agua.
"Este tipo no se anda con bromas", dice Agraón sorprendido.
Agraón forma una espada de agua y se prepara para detener mi ataque.
Nuestras espadas chocan.
"¿Sabes que mi magia puede cortar tu espada?", dice Agraón confiado.
"Oh, ¿sí?", respondo. Con todas mis fuerzas, endurezco la espada y logro cortar un poco de su armadura.
"¡Ahh, maldito!", grita Agraón desesperado.
Ha perdido la concentración. Es ahora o nunca.
Lo bombardeo con ataques, lo tengo acorralado.
Agraón se protege utilizando agua en su cuerpo.
"No te servirá, Agraón", le advierto.
Agrandó mi espada de piedra y, con un fuerte golpe, logro quitarle su armadura de agua.
Me preparo para darle el golpe final, pero en el momento del impacto, Agraón acumula su protección de agua en la zona de impacto.
El impacto me empuja lejos de él.
"Sabes, hace mucho tiempo que nadie me ha lastimado así", dice Agraón mientras pone su mano en la zona afectada.
Este tipo no logrará distraerme.
Rápidamente, me acerco a él y le lanzo la espada para distraerlo.
Él la esquiva y se acerca a mí.
Formo dos espadas de piedra y chocamos nuevamente nuestras armas.