Cien días nos separan

Estrella 25: Novio

     ―Ah, esa novia. Está bien, ya ni la recuerdo. Ya es como si nunca hubiera existido―soltó Randall al encontrarse con la mirada de advertencia de su amigo y a la vez haciendo uso de un tanto de ironía en sus palabras.

     ―Sí que lo llevas muy bien―lo felicitó Lucas apretando su hombro un poco más de lo necesario.

Kamille sabía la verdad, o lo que ella pensaba que era la verdad. No entendía por qué Lucas se esforzaba tanto en mentirle. Y también estaba el asunto del libro. No entendía nada.

     ―Bueno, me voy―se despidió la chica―. Nos vemos mañana, Lucas. Un gusto conocerte Randall.

     ―Hasta mañana.

     ―Un gusto también.

La chica ondeó la mano una vez más con una sonrisa débil y se dirigió finalmente al coche de su madre.

     ― ¿Qué hiciste ahora, Lucas? ―protestó el japonés en cuanto el auto de los Wheeler se alejó.

     ―Es una larga historia―replicó su amigo, como si estuviera exhausto.

     ―Y me la vas a contar, así que vamos a mi habitación―declaró Randall.

 

 

Kamille

Volví a casa aliviada por la conversación con el abogado Vayne, pero abrumada por Lucas y un librito rojo que llevaba dentro de mi mochila. Durante el viaje en el coche pensé que no me podía pasar nada peor ese día, pero claramente me equivoqué.

Y es que en cuanto llegamos, me di cuenta que había alguien apostado en mi porche. Un chico, exactamente.

     ― ¿Qué haces aquí? ―el que hizo la pregunta fue mi hermano Archiebald.

De hecho, me sorprendió que lo reconociera. Era la primera vez que ambos se veían en persona.

     ―Vengo a ver a Kami―dijo Dustin, con tanta naturalidad que podría pensar que se trataba de una de sus visitas de cuando todavía éramos novios.

     ―Vamos, Archie, dejemos que hablen―intervino mamá.

Me sentí agradecida de que respetaran mi privacidad. Mi hermano aceptó a regañadientes, pero finalmente nos dejaron a solas.

     ― ¿Qué es lo que quieres? ―me quejé.

No tenía energía para lidiar con él en estos momentos. Ya había tenido suficiente de mi exnovio por un día, durante el incidente de la mañana. Por fortuna, el prefecto Rulborn lo había mantenido encerrado en su oficina todo el día, así que no tuve que enfrentarlo.

     ―Quiero hablar contigo, Kami. No podemos terminar así―suplicó con una mirada lastimera que ciertamente no me provocó ningún tipo de sentimiento.

     ―Tú y yo ya dijimos todo lo que teníamos que decir―rechacé.

     ―Kami…

     ―Ven, siéntate―le dije con toda la tranquilidad que pude, señalando la banca del porche, donde yo me senté también.

     ―Kami, yo te quiero, te prometo que te quiero―aseguró con los ojos llorosos.

Tengo que confesar que logró hacerme flaquear por un segundo, solo un mínimo segundo.

     ―Dustin, tú traicionaste mi confianza―me sorprendí a mí misma al notar lo calmada que era mi voz―. Yo te di todo el amor que una persona puede sentir, pero para ti no fue suficiente―bufé inclinándome un poco hacia adelante para mirarle a los ojos. 

     ―Y me arrepiento, no te imaginas cuánto.

Después de tantos meses, tantos encuentros y tantas palabras; por primera vez sentía verdadero arrepentimiento en su voz. O quizás solamente estaba harta de guardar tantos rencores. Talvez era tiempo de pasar página.

     ―Te odié mucho durante tanto tiempo.

     ―Kami…

     ―No. Déjame hablar, Dustin. Yo te amé demasiado, fuiste el primer chico por el cual estaba dispuesta a darlo todo y lanzarme de cabeza; y también fuiste el primero que me rompió el corazón. No puedo decir que me arrepiento de haber salido contigo, porque lo cierto es que pasamos momentos muy lindos y me enseñaste mucho acerca del amor…

     ―Pero no puedes darme otra oportunidad―me interrumpió, al parecer un tanto resignado, algo que nunca me esperé de él.

     ―Algo entre nosotros se rompió y me temo que no se puede reparar―confirmé.

Desde ese día que lo encontré con Lasey, nunca habíamos hablado realmente sobre nuestra relación. Por eso, de alguna manera, sentía como si en este preciso momento estuviera rompiendo con él; diciendo todo lo que no le dije meses atrás.

     ―Sé que no te puedo forzar―dijo él con dificultad, mirando al suelo con los codos apoyados en las rodillas y las manos juntas―. Pero quiero que sepas que lo que tuvimos fue real y no puedo darme por vencido―se puso de pie―. Lamento lo del otro día en el campamento y lamento todo. Te prometo que me volveré a ganar tu confianza. Espérame por favor.

Abrí la boca para hablar, pero él ya se estaba alejando rápidamente.

 

 

Lucas



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En el texto hay: juvenil, desamor, amor

Editado: 18.08.2022

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