Momentos de debilidad

Estuve con los chicos viendo el ataque a Varsovia,  los Stukas borbardeaban sin parar, los polacos se habian rendido y aun asi los ataques no se detenian. Beret, Edwin y Dustin miraban atentos como  el constante ataque destruia la cuidad, estaban boquiabiertos y  no los culpo incluso yo estaba expectante,  nunca vi esa inmensa cantidad de aviones en el cielo, era aterrador ver esas maquinas voladoras lanzandose en picada  tantas veces para pulverizar edificios y  dejar una estela de fuego y polvo, era un espectaculo destructivo sin igual.

Al ver ese desastre un pensamiento me atormentó, Eden y la niña podria estar alli, eso me hizo levantar, iba a buscar la manera de irme pero algo me detuvo, una mano en mi hombro no me dejo avanzar y al  voltear note un destello escarlata en el rostro de Ferdinand, quite su mano mientras  voces casi inaudibles decian:

 - un sin aliento...

Retrocedi extrañado, el destello en su cara lo hacia ver desenfocado, voltee a ver a los otros chicos pero ellos estaban concentrados en ver el ataque, luego mire a los ojos del pelirrojo y le respondi:

-¿Que?

Ferdinand sonrie acercandose y susurrando: ¿me escuchas?...

Al escucharle me parecio perturbador y le reitere:

- ¿Que?

La extraña aura de su rostro desaparecio y como si nada hubiese pasado el chico dice:

.  -...van a volver polvo a Varsovia, estupidos polacos si se hubiese rendido antes quizas el furer no los estaria castigando, se lo merecen

Su cambio radical me hizo acercarmele y decirle

- un momento niño, ¿que quisiste decir?

El pelirrijo me miro extrañado, como si no entendiera mis palabras, me le acerque amenazante  haciendole retroceder, el chico asustado llama a Berit pero el cuatro ojos estaba concentrado viendo los ataques y no le presto ni un minimo de importancia. 

Le volvi a preguntar con insistencia, me urgia entender  porque me habia dicho eso, algo en su forma de expresar esa frase  "sin aliento" me recordo lo dicho por Rasputin, lo que desperto mi paranoia, me conforte  acariciando mi uniforme y senti la existencia de gritos a mi alrededor, en realidad no se escuchaba nada, solo creia percibir que algo me reclamaba, segui insitiendo en preguntar:

- ¿por que me llamaste asi?

El chico por primera vez cambio su rostro, borrando esa sonrisa que siempre le caracterizaba, se volvio agresivo y me empujo  gritando:

- ¿Eres loco?, alejate de mi, no se de que me hablas

Su grito llamo la atencion de los demas, al verlos, baje mi rostro y me retire,  Berit corre detras mio y logra alcanzarme colocandose frente a mi:

- ¿Alger estas bien?, no te molestes no eres el primero que tiene problemas con ese payaso, no te preocupes por lo que diga la pervitina lo vuelve asi.

Lo mire a los ojos notando que ya no era aquel renacuajo cantante,  casi me alcaza en altura, ese pensamiento me hizo sonreir haciendo que el sonriera tambien mientras me escoltaba a las raices de unos arboles, alli nos sentamos al nivel del cesped y me puso al corriente de la vida de los chicos y las anecdotas del reciente año. Durante una hora nos gritamos debido al fuerte sonido de los bombardeos, de las tantas preguntas que me hizo, una desperto un sentimiento angustiante; Berit queria saber que habia pasado con el libro antiguo que habia mostrado a Himler, al recordar el codex, pense de inmediato en Eden, me levante exaltado mirando el bombardeo pensando: ¿las chicas podrian estar alli?. Berit le preocupo mi reaccion y me intento calmar diciendome:" que te sucede Alger, sientate". Mis manos temblaban, tuve que reprimir el intenso deseo de salir corriendo a la ciudad, solo me calme pensando en mi situacion, las emociones estaban alterandome y eso me preocupó, desde Rasputin mis impulsos emotivos eran mas fuertes, volviendose una carga demasiado extenuante, mire  el cielo y al recordar que la noche estaba cerca  de llegar, pude calmarme por lo que me sente y segui hablando con Berit. Las horas pasaron y la noche llego aun asi lo bombardeos continuaron, no les daban tregua y los polacos no se rendian, era admirable esa futil valentia, despues de un par de horas viendo las explosiones iluminar la ciudad  Berit se caia por el sueño, se despidio y fue a dormir. Minutos despues el silencio envolvio la noche, el   momento ideal de escabulirme, me acerque a la caballeria y tome uno de sus caballo, muchos seguian despiertos pero estaban ocupados vigilando, camine con sigilo con el caballo y a unos metros de la salida del campamento una voz me detiende diciendo:  "sin aliento..."

Voltee sorprendido, preparado para matar al pelirrojo pero no habia  nadie, segui el mi camino y volvi a escuchar al lado de mi oido:

- ¿a donde vas?...

Reaccione con violencia, mirando con fuerza a mi alrededor, golpee unos arbustos y verifique las cercanias pero no estaba nadie. La incertidumbre empezo a embargarme, mis sentidos eran mellados por una fuerte paranoia,  la sensacion de gritos a mi alrededor me estremecia y un retumbar en mi pecho me hacia temblar,  empece a sentir dolor como si me estuviera regenerando y el tambor en mi corazon, me sobresalto haciendome vomitar,  cai y me levante aspirando con fuerza como salido de un ahogo, con cada inhalar y exhalar tocia gotas negras de sangre y suciedad, es identico al tormento de mi sanacion celular, pero mas prolongado y doloroso. Me recoste exhausto en la tierra, en frente mio una silueta horrorosa parecida a la vampira Szawa empezó a iluminarse volviendose en una hermosa chica pelinegra con heterocromia, esos ojos azul y cafe... ¡Pandora!, la veia con claridad, tan palida como el marfil con sus ojos mirandome mientras decia:

 - recuerda al lailoken..

Mi vision se volvio borrosa y vi sombras rodeando a la vampira esta voltea pero antes de ser tocada se desvanece dandome una sonrisa, la oscuridad reinante me produjo una sensacion de terror,  esas cosas de negro empezaron a recostarse en mi pecho dificultandome la respiracion. Intentaba moverme y no podia, un sonido ronco parecido a una bestia furiosa dentro de mi me atormentaba, intente moverme y no podia... y una luz del cielo me iluminó. Entonces soñe con imagenes borrosas, calaveras y sombras en una habitacion oscura que destellaban luces revelando los surcos de las cuencas y dientes de los cadaveres, ruidos y gemidos aterradores iban de una esquina a otra y una voz luminosa detras mio decia: