La tarde había ocurrido normal, incluso mas normal de lo que esperaba Amber. El reloj marcaba las seis de la tarde y la luna apenas se asomaba por la ventana. El frío era la única compañía que tenía Amber.
Ella se encontraba haciendo la demás tarea, en realidad no lo quedaba mucho por acabar, un ruido en su celular causo que la chica se sobresaltara.
Otro mensaje...
Trago saliva, en realidad estaba aterrada, ¿lo abría?
Tenia que abrirlo...
Corre...
Fue todo lo que decía aquel mensaje, una palabra y cinco letras causo que el corazón de la chica latiera repetidas veces, como si este se fuese a salir. Estaba aterrada, ella solo quería despertar y que todo hubiese sido un mal sueño.
La chica salio al pasillo de su habitación y como si se tratase de una película de terror al final del pasillo se encontraba un hombre alto, y que a simple vista se podía notar que su pecho subía y bajaba, como si se encontrase ¿nervioso? O tal vez ¿enojado?. No pudo reconocer mas detalles, en realidad no se distinguía su rostro, ya que una capucha de color negro vestía al chico.
Amber reprimió un grito, y su respiración se agito, ella lo miraba paralizada, mientras que el se acercaba a pasos firmes y largo. El pánico se apodero completamente de la chica.
Quedaban menos de dos metros entre ambos chicos, cuando por fin Amber pudo regresar a sus cinco sentidos...
<<corre, corre corre...>>
Era lo único que la chica podía procesar. Una persecución dio lugar a la casa de Amber, ella corría a lo largo del pasillo, y por una vez en su vida deseo que este no fuera tan largo. Pequeñas gotas cristalinas nublaban la visión de la chica, causando que se golpeara con algunas cosas a lo largo del pasillo.
Intento pedir ayuda, pero de la garganta de la chica no salio ni un sollozo, estaba tan nerviosa que ni siquiera media palabra podía salir de su boca.
El primer lugar que se le había ocurrido a la chica fue la cocina. Al menos un cuchillo podría protegerla solo un poco.
Por un momento agradeció el orden obsesivo de su madre, ya que pudo encontrar fácilmente un cuchillo.
- alejate - dijo apuntando con el cuchillo, pero este temblaba junto con el cuerpo de la chica.
Amber levanto su mirada, el ya no estaba allí. Se podía escuchar la respiración agitada de ella.
Y sin que otra cosa pudiera pasar, la vista de Amber se tiño de negro. Sintió unas manos cubrían su rostro, y poco a poco fue perdiendo fuerzas, así fue hasta que ya no sentía absolutamente nada, no escuchaba nada, no veía nada. Solo era ella y sus pensamientos.
<<¿por que yo? ¿quien era? ¿que va a pasarme después?>>
Amber (...)
No se cuanto tiempo había pasado, ni siquiera se en donde me encuentro. El pánico comenzó a apoderarse de mi y por un momento deseé no haber despertado nunca.
Abrí mis ojos, todo estaba oscuro y había algunas envolturas a lo lejos, poco a poco todo encajo perfectamente, me encontraba en una camioneta.
Tenía miedo, mucho miedo, podía sentir el frío de metal en mi cuerpo, por un momento pensé en gritar, pero ellos tendrían ventaja, tenia que ser mas inteligentes que ellos. Intente levantarme, pero la cabeza me pesaba demasiado causando que quedara otra vez en el piso. Sentía que el cansancio se apoderaba de mi, pero no podía no ahora. Puse atención a mi alrededor, alguien hablaba por teléfono.
- ya, ya voy para allá... - trague saliva e intente escuchar un poco más - si, solo deja me terminar de entregar algo y voy para allá - algo, algo... Otra vez el miedo se apodero de mi ser, el simple hecho de que me tratasen como si fuera un objeto me aterraba. - quiero mi parte, espero que tengas el dinero listo, yo no voy por allí secuestrando a gente de a gratis - ya no podía más, sentía que mis defensas poco a poco caían, mi párpados se cerraban, caí en cuenta de que me había desmayado...
En el fondo, suplicaba por que no me pasase nada, tenía miedo y mucho. ¿que iba a pasarme?