Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~2~

Un día Antoine tenía una misión relativamente fácil y segura a un pueblo cercano cuando Dastan tenía 8. La cual aprovecho para llevar a su pequeño hijo y más porque el pequeño habia insistido desde hace mucho que su padre lo llevará a una misión. Siempre encontraba un momento para pedírselo y Antoine se negaba, por miedo a que le pasará algo, pero esta vez, solo era ir a otro pueblo como mensajero y aprovechar para ver a un conocido que tenía en ese pueblo. Su amigo Louis Dubois, el cual hace no mucho había perdido la visión en uno de sus ojos y no había encontrado la forma de visitarlo.

Y la misión iba de maravilla. Todo era sonrisas y lecciones que Antoine le daba a su hijo sobre como ser un mosquetero ejemplar.
-Debes de recordar que un mosquetero debe de ser leal a Francia, leal a la corona, leal a los mosqueteros, pero sobre todo leal sus principios. Dastan procura siempre ser valiente y soñador. Los sueños son algo que nadie te quitará, porque solo tú puedes saberlos. La valentía te hará seguir adelante y sobrevivir… Prométeme que cumplirás al pie de la letra todo lo que te he estado enseñando y lo que te enseñare en el futuro. Eso es lo que a mí me a ayudado a seguir adelante y tener una vida que hasta luego siento que no es para mí, que es mucho más de lo que yo merezco. Prometemelo- le pidió su padre cuando iban de regreso a casa.
-Lo prometo y también prometo seguir todas las enseñanzas que mi madre y todos me han dado- prometió el pequeño.
-Dastan no todo lo que la vida se te enseña es bueno. Por eso hay que ser leal a los principios que uno tiene. Si una lección no va con tus principios descartala, no te sirve. Recuerda también que si una lección tiene un efecto negativo más grande que el positivo para ti, también desechala- le advirtio Antoine.
-Solo hay que seguir mi corazón y mis principios- contestó pensando en ello.
-Exacto. Los sueños son una base, pero esos 2 te ayudarán en tu día a día. También recuerda que debes de amar y cuidar a tus seres queridos y todo lo que consideres como algo importante. Incluyendo el patrimonio que te daré, así como mi padre me dio y su padre a el. Eso te ayudará cuando te sientas decaído.
-Si padre, lo prometo- dijo serio Dastan y en eso se oyó algo afuera.
-¿Que pasa?- preguntó el pequeño asustado tratando de con el oído saber que pasa.
-No lo se- dijo Antoine preocupado. El camino lo conocía muy bien y sabía que era muy tranquilo.
-No te asomes- le pidió Antoine a su hijo y el pequeño no se movió, solo sus ojos se movían.
-Tengo miedo- admitió el pequeño.
-Estaremos bien. Volveremos con tu madre con bien- dijo Antoine cuando el carruaje se detuvo.
"Esto no debería de pasar y más hoy" pensó Antoine viendo a su pequeño.
-Padre ¿Todo está en orden?- preguntó el pequeño con un susurro y su padre solo asintió. No se creía capaz de mentirle a su hijo de manera verbal.
-¿Que tenemos aquí?- sonrió alguien cuando se abrió la puerta.
-Buenos días estimado caballero- saludo Antoine al que inmediatamente se veia que era un bandido.
-Jefe hoy atrapamos a unos mosqueteros- sonrió el bandido.
-Callate, eso cualquiera se puede dar cuenta- lo regaño el que lideraba el ataque.
-Tambien hay un niño muy bonito aquí adentro- dijo el bandido y se oyeron pasos.
-El padre trajo a su hijo- se burló el lider.
-Eso parece jefe.
-Tomen a los rehenes y cualquier cosa de valor- pidió el jefe y todos los bandidos se adueñaron de los caballos y el carruaje. Con todos los rehenes dentro del último.

-Nunca había pasado algo así Antoine ¿Que hacemos?- preguntó uno de los mosquetero. No pudieron hacer mucho por la sorpresa y por el miedo que causaba traer a Dastan.
-Cuando podamos pelear y salir de esta. Siempre protegiendo a Dastan a toda cosa- susurro Antoine y el resto del camino planearon el como saldrían de está.

-Salgan mosqueteros- dijo el lider con una sonrisa cuando abrió la puerta.
-Ya saben que hacer- susurro Antoine y los sacaron del carruaje para meterlos a una cueva. Y de paso acercarlos más al pueblo que hace poco había dejado atrás. Aunque eso sí a ellos los dejaron en una cueva algo retirada del su campamento.

-Ten hijo, puede que te ayude- sonrió un mosquetero dándole una daga a Dastan. El cual era el más joven de todos todos. Justo cuando ya había pasado tanto rato que los bandidos ya se medio habían olvidado de ellos.
-Escondela- le pidió rogando que esa daga le trajera suerte mínimo a Dastan.
-Gracias- agradeció mientras se la escondía.
-Que nadie te la vea y sacala cuando la necesites- siguió el mosquetero.
-Callen- pidio el bandido que hacía guardia.
-¿Que nos harán?- preguntó Dastan.
-No lo se, el jefe aún no lo decide niño- contestó el bandido.
-¿Seguro?- siguió Dastan asustado.
-¿Que hacía un niño en esa misión?- preguntó el bandido lo que todos se preguntaban.
-Ir de aventura- contestó mostrando que no era tan tonto como para decir algo con más peso.
-¿Solo eso?
-Porque no solo eso ¿Y a ti que te llevó a esto?- preguntó Dastan curioso.
-Puede que lo mismo que en tu caso actual.
-La aventura- sonrió Dastan y los demás se dieron cuenta que el estaba distrayendo al guardia. Y eso que jamás pensaron que él puediera ayudar o siquiera saber que estaban planeando.
-¿Dónde ha sido el lugar más hermoso al que has ido? Si dices que la aventura te llamo, debes de haber conocido muchos- siguió el pequeño. Y así poco a poco sin que el guardia se diera cuenta todos los adultos se marchaban y más porque el pequeño distrajo muy bien al guardia.



#18413 en Otros

En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

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