Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~4~

-¿Que es eso?- grito uno de los sirvientes de Louis al ver la pequeña caravana de Dastan.
-Quiero ver al dueño de esta propiedad- grito Dastan al hombre.
-¿Y eso… niño?- preguntó extrañado ya que era raro ver a un niño tan pequeño así.
-Acaba de ocurrir una tragedia y solo yo sobreviví- contestó empezando a llorar y el hombre supo que había que ayudar al niño.
Por lo que corrió hacia Dastan, lo ayudo jalando sus caballos, mientras lloraba y trataba de ocultar su rostro.

-Te ayudó- dijo el hombre ayudando al niño a bajar.
-Gracias, quiero ver a su señor- pidió Dastan y el hombre preocupado lo llevo adentro no sin antes ver que había sangre.

-Amo alguien lo busca- grito el hombre preocupado mientras veía como ponerlo comodo.
-¿Quién?- preguntó Louis.
-Soy Dastan hijo de Antoine y Giselle Teyssier- contesto y Louis bajo sin pensarlo 2 veces.
-Dastan- dijo cuando llegó preocupado viendo al chico.
-Unos bandidos llegaron, mataron a todos menos a mi. Me dejaron escapar para contar lo sucedido- se soltó a llorar Dastan.
-Tranquilo, todo está bien- lo trato de calmar Louis aunque sabía que lo que vivió era mucho y más a esa edad.
-Dastan tranquilo, todo marchara bien- le quitó la capucha al niño y al ver la venda toda mancha de sangre imendiatamente movió a todos sus trabajadores para buscar un médico rápido y mientras calmar al niño.

-Veamos- dijo el medico cuando llegó que solo al ver a Dastan decaído tenía un mal presentimiento.
-Deja de llorar niño- pidió el medico mientras empezaba a quitar la venda.
-Me duele- contesto mientras todos estaban atentos para ver que había debajo de la venda.
-¿Que paso? Cuenta con toda la precision posible. Así puede que no sientas el dolor- pidio el medico. El cual no era otro que el de los mismísimos mosqueteros.
Mientras el empezaba a contar lo sucedido todos veían como lentamente lo que debía ser un rostro hermoso, era medio rostro. Porque la otra mitad tenía varias cortadas. Desde unas pequeñas como la que tenía el chico que pasaba por sus labios vertical, hasta una qué pasaba por toda su mejilla de manera horizontal y la cuál había dicho que fue la primera de todas.
Por lo que cuando las cortadas se mostraron el medico empezó a limpiarlas lo mejor que pudo y tratarlas. Para después venderlas mientras Dastan contaba.

-Puede que eso ayude. Dejarán marca, pero sobrevivira el chico. Y veo que te dejaron ir con algunas cosas- dijo el medico haciendo que todos recordarán a los caballos.
-Algo de cada uno de los que murieron y el traje de mi padre. Más unos caballos de ustedes- contesto Dastan y rápidamente Louis y el medico fueron a ver qué trajo Dastan.
Después de ver todo decidieron hacer que Dastan descansará un par de días en casa de Louis y avisarles a todos, pero sobre todo a Giselle la noticia.
Escribiéndole en la carta que se quedarían con el hasta que el pudiera regresar a casa, sin tanto problema y que ya era viuda.

Y asi los días prometidos pasaron. Con Dastan decaído y el médico tratándolo con cuidado. Louis preocupado por cómo quedó el pequeño y como eso le afectaría en un futuro. Hasta que llegó el momento de partir.
-Ya estás lo suficientemente bien para regresar y no requerir ya mucho mis cuidados. Se le hará saber a tu madre lo que necesitas para sanar y te visitaré cada semana para ver cómo progresas- le dijo André, el cual era el médico.
-Gracias- agradeció aún decaído.
-Hice todo lo que pude. Tu ojo no fue tocado, así que una vez retirada la venda tendrás una vida relativamente normal. Pero las cortadas… las cortadas dejarán cicatrices algo feas y que se quedarán de por vida- siguió André triste y más porque recordaba cómo eran sus padres y se trataba de imaginar cómo sería Dastan de mayor. El cual lo veía como un chico apuesto, pero con las cicatrices, del lado derecho de su rostro la cosa cambiaba.
-Bueno creo que ya estamos listos André- dijo Louis cuando ya todo estaba listo.
-Tapen a Dastan y decidí acompañarlos. No quiero que le pase algo en el camino- dijo André cuando llegaba su caballo listo para el viaje.
-Gracias Andre- sonrió Louis.
-Tapen a Dastan- repitió André y le pusieron la capucha a Dastan para después todos ir hacia su destino. Con alguien jalando el caballo de Dastan para que no pasara algo.

-Ya casi llegamos- dijo Louis al ver el pueblo.
-Gracias a Dios- dijo André agradecido de que no hubiera pasado algo.
-Tengo miedo- dijo Dastan llorando asustado.
-¿De?- preguntó Louis preocupado.
-¿Creen que mi madre pueda verme como su hijo y no como un monstruo?- preguntó y nadie supo que responder. Empeorando su humor más.
-Tu madre te va a amar, ella al contrario se preocupara. No tienes algo que diga que eres un monstruo, solo son heridas- lo calmo Louis al ver que ese silencio le afecto.
-¿Y los demás?- preguntó y otro silencio.
-Lo interior vale más la pena que el exterior. Además no te fue tan mal- lo consoló André.
-Extraño a mi padre- dijo llorando más fuerte y todos avanzaron más decaídos.

Cuando llegaron a la casa de menor la primera en recibirlos fue la mismísima Giselle preocupada y llorando. Que al solo verlos entrar, corrio hacia ellos con la esperanza de ya ver a su hijo.
-Dastan mi vida- dijo ella cuando lo encontró, cargándolo.
-Mami- la abrazo.
-Entren, quiero ya saber qué tanto ha pasado- dijo ella y fueron a la entrada de la casa, bajaron de sus caballo y entraron todos. Ella cargando a su hijo y los demás las cosas que Dastan había tomado de su padre.

-Mi vida ya me contaron lo que pasó. Deja ver tu lindo rostro- pidió ella tratando de tomar la capucha. Pero Dastan se lo impidió.
-No quiero- dijo el con los ojos cerrados.
-Tranquilo corazón. Oí que ya estás mejor- le calmo Giselle.
-Algo, ya no estoy sangrando tanto. Pero aún así, no quiero.
-Corazon, por favor- insistió Giselle.
-Vamos hijo, te ves mejor que ese día cuando te encontramos. Además ya es hora que André trabaje- pidió Louis y André lo vio sorprendido. Aún no era hora, ya era en la mañana y en la noche, hasta Dastan lo sabia.
-Debes de checar que el viaje no haya abierto las heridas- siguió Louis pidiendo ayuda a André el cual con eso entendió que habían 2 motivos para eso. Que Giselle lo viera y preocupación.
-Tienes razón. Yo soy médico y se me había pasado eso- acepto cooperar.
-Veamos Dastan- dijo André y sin más empezó a trabajar con la mejor sonrisa que pudo para intentar alegrar al niño. El cual miraba al piso y estaba decaído, como el resto de todos los demás días.
-No- susurro Giselle cuando pudo ver la cara completa de Dastan, la cuál aun no había sanado en su totalidad.
-Señora…- y André mientras hacia su labor le contaba a Giselle todo desde como estuvieron las cortadas de precisas hasta todo lo que había que hacer en la cara del pequeño para que pudiera sanar sin problemas. Mientras ella escuchaba atentamente también aprovecho cuando creyó conveniente para abrazar a su hijo. Y le pequeño cuando André termino caer dormido recargado en su madre.



#18419 en Otros

En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

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