Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~5~

Y asi los días pasaron, conviertiendose en semanas y estás en meses. Todo mientras Dastan sanaba y sus cortes se convertían en cicatrices, que con el tiempo al verlas solo tener un recuerdo amargo en vez de deprimirse.
También en ese tiempo los mejores amigos de su padre decidieron darle clases para calmarlo. Y si que les funcionó porque con el tiempo volvió a ser el niño alegre de antes.

-En guardia- dijo un día Eugene cuando estaban practicando esgrima con una enorme sonrisa.
-Si- acepto Dastan y ambos empezaron.
-Me gusta esa sonrisa. Siempre alegra- le dijo Travis a Giselle mientras veían el duelo.
-Gracias por venir. Están ayudando mucho, sonríe como antes- dijo ella viendo con ternura ese duelo. Pensando en cómo antes cuando estaba Antoine, jamás le encontró cariño a eso y ahora que ya no estaba no podía evitar verlo.
-Bueno mas bien gracias por venir a ayudarnos- dijo ella porque ellos estaban ya prácticamente todo el tiempo con ellos. Y apoyaban lo más posible dándole educación a Dastan y medio ayudar en lo demás.
-Se la debemos a Antoine. No pudimos ir con ellos- contesto Travis lo que más les dolía a ambos. No poder estar presentes ese día, aunque una vez Dastan cuando le comentaron, les dijo que el agradecía que no hubieran ido ese día.
-Dejen de pensar en eso. Ya paso mucho tiempo- pidió Giselle cuando en la batalla Dastan estaba sorprendiendo a Eugene.
-Deberias de buscar una pareja Giselle. Hazlo por él. El debería tener un padre todo el tiempo, nosotros no estaremos todo el tiempo y busca alguien que pueda estar aquí para ustedes. Nosotros seguiremos mientras podamos, pero ya viste que un mosquetero no es lo indicado- dijo Travis pensando en cómo el y Eugene habían hablado sobre como el pequeño necesitaba un padre y ellos no creían que eran los indicados para esa tarea. Travis porque ya tenía una esposa e hijo que cuidar, y Eugene por miedo a que se repita de nuevo la historia por ser mosquetero.
-No un mosquetero- se quedó pensando Giselle.
-Si, busca alguien con un buen nombre y procura que no sea un mosquetero. Antoine aunque fue buen esposo, estaba como nosotros…- Lealtad a Francia, la corona, los mosqueteros. Sabes que mi matrimonio con el estuvo arreglado y corrí con suerte de que nos lleváramos tan bien- lo interrumpió decaída.
-¿Crees que arreglen otro matrimonio?- preguntó Travis viendo a Dastan preocupado.
-Lo más seguro. Aunque también veamos que mi familia no les gusto lo que pasó ese día- dijo ella también viendo a su hijo, el cual se veía que estaba mejor.
-Me imagino. Debió ser un golpe duro para ellos.
-Ellos casi nunca lo veían y ahora peor, dudo que siquiera se acerquen. Les da miedo y pena ver a Dastan- contesto ella bajando la mirada.
-No es su culpa. He oído que fue muy valiente ese día- la calmo aunque ambos sabían que las personas verían a Dastan diferente.
-Lograra superar todos los malos ojos. El es listo y le hemos enseñado que es mejor lo interno que lo externo- le dijo Eugene pensando en cómo hasta Louis ayudaba. Mostrándole como los defectos físicos había que explotarlos de una forma positiva. Y mostrar los conocimientos que se sabían.
-Me gustaría que no me casarán de nuevo o si me caso que sea yo eligiendo todo- dijo ella deprimida y más porque le llegó una carta de sus padres. La cuál de seguro decía que ya habían encontrado a un caballero para casarla.

Y tuvo razón, la carta de sus padres era porque ya le habían arreglado un matrimonio y medio leyendo quien era el afortunado, solo le llegó una cosa. No era alguien que ella hubiera elegido como fue el caso de su mosquetero que siempre andaba en las nubes y que el destino los unió aún en ellas.
Su nuevo esposo era el vizconde Gustave de Musset, pero para que el matrimonio se arreglará fácilmente ella tenía que ir sola hacia su Paris natal y de paso había que esperar unas semanas para que todo cuando llegara a París fuera lo más rápido posible. Abandonando a Dastan el cual no se tomó muy bien la cuestión y a ella le destrozó el corazon.
-No te vayas. No me dejes- rogó el pequeño a su madre tratando de evitar que ella marchara.
-Mi vida, solo serán unos días. Regresaré lo prometo- le sonrió ella para calmarlo.
-Quiero ir- siguió el pequeño.
-Sabes que no puedes. Pero te lo compensaré, primero te quedarás con Travis y Eugene. Segundo te traeré una sorpresa que te encantara- trato ella de animar a ambos.
-No quiero esa sorpresa. Solo te quiero a ti- le abrazo la pierna.
-Mi vida, no puedes ir. Además necesito que cuides todo el lugar en mi ausencia- dijo ella poniéndose a la altura de su hijo y limpiándole las lágrimas de las mejillas.
-No, te necesito- la abrazo y ella estaba a nada de aceptar quedarse. A nada porque Travis llegó en ese mismo momento y junto con Eugene cargaron al niño para que Giselle pudiera marchar.
-Mami- dijo estirando sus brazos pidiéndole un abrazo a su madre.
-Lo siento mi vida. Tengo que ir sola- dijo ella y con lágrimas en los ojos ella se fue sin siquiera voltearse para ver a su pequeño.



#18396 en Otros

En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

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