Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~26~

Y los días pasaron, con los chicos enseñando y aprendiendo. Aunque eso sí también les ayudo bastante que aún no habia señales de Gustave o Eric, lo que hizo que también las cosas en la casa se relajaran bastante y Jules mejorar significativamente en sus clases. Mientras Dastan sonreía más cada día, haciendo que Amelie sonriera viendo ese cambio.

-Me gusta verte feliz- le sonrió Hugo a Amelie al verla.
-Ya tiene rato que no veía esto.
-No me sorprende. En si me llama la atención la forma que últimamente le he visto al chico. Muy elegante, formal y noble- la abrazo por detrás.
-El tuvo muy buenos maestros en cuanto a eso- se recargo ella en el.
-Se ve. Y ya también entiendo mucho al amo.
-Gustave jamás será mi amo. El que si es el joven Dastan- dijo sería ella.
-Eso no me lo tienes que decir. Se te ve hasta de lejos.
-Me preocupa mi pequeño cuando Gustave está cerca. Ese hombre no se que quiere con mi pequeño- bajo la mirada ella.
-Celos. Todos actualmente ven que lo que tiene es celos y más con todo lo que últimamente está pasando- contesto el viendo al chico. Tenía algo que Gustave jamás tendría, valentía y honor.
-Si tan solo el capitán supiera la verdad.
-Deja que la cosa siga su rumbo. Oí que ellos se traen algo entre manos, además si alguien suelta ahora algo habrá problemas grandes.
-Me imagino, sus únicos amigos pueden tener problemas- dijo ella pensando en Klaus y Jules. Los cuales le caían muy bien y más cuando Klaus con tal de calmarla trataba de mostrarle que no era como ella creyó al inicio por ser danés. Y Jules le caía bien desde siempre y más porque de los Musset el era el único que iba a la cocina por algo o a dejar algo, siempre sonriente y amable.
-Se ve que los quieres a los 3 como si fueran tuyos.
-Dastan siempre será mi pequeño y los otros 2 están volviéndose mis pequeños- acepto ella viendolos riendo limpiamente.
-Me sorprende como pueden cambiar las personas por algún suceso o en este caso una persona- dijo el viendo como los 3 se veía que mostraban su verdadera personalidad ahora y con Gustave eran hasta más cerrados.
-El único que se siente a gusto con Gustave es Eric. De ahí en fuera nadie más en este mundo.
-Pero creo que ese trio son los que más sienten el golpe.
-Pobre y más el señorito- soltó ella y el la abrazo.
-Todo se solucionará. Ellos para que ninguno pierda algo importante tienen que solucionarlo- la consoló y asi se quedaron un buen rato viendolos.

-¿Ahora que?- le preguntó Dastan a su hermanastro.
-Estoy cansado y el cielo se ve hermoso- contesto el chico viendo perdidamente el cielo.
-Si eso se te hace hermoso deberías de ver el de mi tierra. En las noches el cielo se llena de colores, que según mi pueblo son el aliento de un dios- sonrió Klaus recordando como cuando era niño cuando habían auroras boreales el se quedaba despierto hasta que le ganaba el sueño. Y soñaba con ellas seguido.
-¿Colores en el cielo nocturno?- preguntó sorprendido Jules y asi Klaus le intento explicar ese fenómeno, aunque luego Dastan tenía que ayudarlo por el punto idioma. Pero aún así pudo maravillar al chico.

-Y hablando de la noche- sonrió Dastan viendo como estaba anocheciendo.
-Tan rápido- se volteo Jules a la ventana.
-Creo que ya es hora de dormir por si llega tu padre mañana- le dijo Klaus mientras se preparaba para irse.
-Creo que tienes razón- acepto Jules, para después los 3 ordenar el lugar y marcharse a dormir. Todos menos Dastan, el cual aún no tenía sueño. Cosa que los otros medio aceptaron porque él era el que menos dormía de los 3.

-Ten esto le calentará- sonrió Amelie con una manta y te.
-Gracias.
-Mucho mejor.
-Los extraño Amelie, los extraño bastante- soltó Dastan acercándose a ella y ella aprovecho para abrazarlo.
-Mi pequeño, todos extrañamos a tus padres, a Travis y a Eugene. Me gusta verle sonreir otra vez.
-Me gustaría verlos de nuevo.
-Todos, pero como podrás verlos si unos están muertos y otros pareciera como si desaparecieran de Francia.
-Me gustaría verlos de nuevo Amelie. Me hacen falta.
-Tranquilo mi niño. Si ellos te vieran ahora- le sonrió.
-Les daría pena- bajo la mirada el chico.
-Desde lo de tu rostro todos te ven así... Lo que quiero decir es que para todo lo que has vivido eres fuerte. Si fuera el rey, al verte te volvería un mosquetero y te daría un buen título de nobleza. Haría que todo esto se sienta solo como una pesadilla y te tendría siempre a mi lado- le dijo Amelie y el la abrazo fuerte.
-No se que haría sin ti. Si no fuera por ti yo no sé dónde estaría.
-Mi pequeño, siempre intentaré estar a tu lado. Aunque Gustave haga lo que haga, jamás me separaré de ti. Eso y porque el sabe que pareciera que Eric le gusta mucho mi comida- dijo ella lo que era verdad. Gustave había intentado deshacerse de Amelie tantas veces que ya no se podían contar.
Pero jamás se pudo concretar su despido aún cuando Gustave contratará a cuánta cocinera encontraba con reconocimiento. Todo porque Amelie sabía algo de agricultura, cosa que varias no cumplían y porque ella con tal de quedarse si uno de ellos pedía algo en especial. Ella siempre buscaba la forma de hacerlo de manera perfecta, logrando que Eric hasta la defienda cuando su padre la queria correr.
-Eres la mejor cocinera de toda Francia.
-Solo dice eso porque me conoce y porque desde siempre he estado para usted.
-Amelie es un logro el que Eric de la aprobación de algo. Jules es fácil, pero su hermano.
-Mi pequeño- lo abrazo más fuerte y se quedaron así un buen rato. Tanto que Dastan se quedó dormido en el regazo de Amelie.

-Amelie ya es tarde- la encontró Hugo pero ella le señaló que tenía compania y que de paso dormía.
-Tu lo ves como un hijo y el a ti como una madre- sonrió tiernamente Hugo.
-Cuando su madre murió me prometí que velaria por el. Pero en eso Gustave me lo alejo...- Y aún así seguías velando por el, pero no como tú deseabas. Más si como tú podías- la interrumpió sentándose a su lado.
-Creo que ustedes se motivan mucho a seguir aquí. Nunca entendía como es que tú seguías aquí, hasta empecé a observarte y verte con Pi… Das… el- la hizo reír.
-Dastan es mi pequeño, Klaus es Klaus- sonrió recordando como el danes luego si podía huir de Gustave la ayudaba y hablaban mucho.
-¿Klaus?- preguntó el sorprendido.
-El chico que Gustave compro y su amigo- le recordó Amelie y de paso ella recordó que de todos los que trabajaban aquí el solo trataba con Amelie. Y todo por el susto que le dio esa vez que lo descubrió hablando y Gustave.
-¿Te llevas bien con el?
-Luego si Gustave no lo requiere me hace compania y hasta me ayuda- sonrió Amelie.
-Ese chico siempre busca la forma de escapar de Eric y de Gustave. Solo lidia con ellos cuando es necesario, después ya no- contó Hugo recordando como luego lo veía tranquilo hasta en su taller. Aunque también ese lugar se veía que le recordaba a algo de su pasado y hasta parecía que era uno de sus favoritos. Cosa que solo sentía al verlo, ni a Hugo le gustaba ese lugar.
-Klaus es algo diferente de lo que muchos creerían- sonrió Amelie.
-¿Algo? Ese chico se ve de lejos que es diferente.
-Lo se, pero cuando lidias con el te das cuenta que es más normal de lo que creías- río Amelie.
-Sera mejor que el duerma en otro lado. Ya es tarde, debes de descansar- se paró Hugo.
-Ya tiene años que no lo veo dormir y más de esa forma- acaricio a Dastan con cariño.
-Esta temporada se ve hasta más de su edad. Antes parecía muy viejo y hasta varios lo piensan. Aunque sea aún un niño luego se siente como alguien mucho mayor- admitió Hugo lo que el siempre veía en el chico.
Cuando llegó creyó que era un viejo que ayudaba en la casa y cuando supo la verdad y fue su primer castigo, sintió pena por el y lo observó más. Descubriendo que tenía algo extraordinario. Para después de hablar con Amelie de su pasado y ya intentar verlo como un joven de su edad.
-Se que eso pasa. Hasta yo lo he sentido, pero…- no pudo seguir. Si hubiera sido por ella, se hubiera lo llevado lejos de Gustave y criado ella sola. Aunque eso jamás el lo hubiera permitido y también los iban a ver con malos ojos.
-Sera mejor ir a dormir. Te ayudo con el, debes de descansar- sonrió Hugo parandose.
-Gracias- sonrió ella y el cargo al chico tratando de que no despertara, para llevarlo a su cuarto.
-Mi pequeño- sonrió ella cuando lo estaba tapando.
-Siempre me ha llamado como unas cortadas pueden cambiar el rostro de alguien- soltó Hugo viendo el rostro del chico, el cual solo estaba a la vista su lado bueno.
-El es fuerte, aunque su rostro aparente algo muy diferente. Ademas- le dio un beso en la frente y se marcharon.



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En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

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