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Los días siguieron pasado, los maestros tuvieron que marcharse porque ya no tenían a quien enseñar. Aunque bueno, solo uno se quedó, Claude. Aún cuando Gustave hablo varias veces con el del tema, el seguía diciendo que se quedaba. Y más porque dijo que sabía de caballos y un poco de medicina, haciendo que Gustave lo aceptara de mala gana.

-Hey Nerón calma- dijo cuando estaba en los establos, su nuevo lugar de trabajo. El caballo se veía que estaba preocupado y quería ver a Jules.
-Amigo, calma. Todo está bien, además es sorpréndete como pudiste hacerte rápidamente amigo de el- sonrió, pero ya no como antes. El lugar se sentia tan triste que sonreír de verdad parecía un milagro.
-Tranquilo- dijo decaído. Aunque agradecido de que el potro aún seguía vivo y sano. Cosa que lo calmaba cuando perdía la cabeza.
-Hola Tornado- sonrió cuando vio al potro, el cuál inmediatamente se alegro de verlo.
-¿Como estás?- siguió mientras el potro intentaba pararse.
-Vamos tu puedes- lo ánimo y Tornado logro pararse, acercándose torpemente a Claude.
-Te dije, tu podías- dijo y siguió un rato con los caballos. Los alimento, los peino, les puso agua, limpio los establos. Todo porque ya era su trabajo y porque no quería volver a la casa, lo que alguna vez fue el imponente Viconde Gustave Musset, ahora solo era un señor que hasta perdió el brillo en su mirada. Tanto que hasta Dastan tenía mejor pinta que el, cosa que era muy difícil de ganar y más si recordaba como una vez sin querer vio el torso desnudo de su amigo.

-Listo- soltó orgulloso de su trabajo, para después darles la última caricia a los caballos y marcharse a ver a Jules, cosa que siempre iba acompañada con ver a Klaus en el cuarto, preocupado, rezando, durmiendo.
-¿Cómo va?- pregunto aunque Klaus con solo la mirada le respondió.
-Sigue peleando. El problema es que no se si puede aguantar- siguió él viendo a Jules.
-Bueno, veamos cómo va- dijo Claude, y empezó a ver la temperatura y a checar que Jules estuviera sano.

-Lo bueno es que no hay novedades malas, pero tampoco bueno... Buenas- dijo preocupado Claude cuando terminó. Gustave desde que Eric se marchó busco un médico para que viera a Jules cada cierto tiempo, pero mientras pasaba ese tiempo Claude se encargaba de checarlo. Ambos llegando a la conclusión de que era un misterio si despertaba o no Jules.
-¿Como va?- pregunto Dastan en la puerta.
-Como siempre- contesto Claude viendo a Jules y como respiraba tranquilamente.
-¿Crees que Gustave lo deje ir?
-Acaba de ver a su hijo partir a una guerra, dudo que pueda ver al otro morir- respondió preocupado.
-Bueno, vamos- le dijo a Klaus el cuál se marchó para cenar en compañía de Gustave. Ya que Gustave buscaba desesperadamente algo para aferrarse, estaba en los cuartos de sus hijos, en la biblioteca leyendo, hacia cualquier cosa para recordarlos. Aunque en las comidas solo eran el y Klaus los que estaban comiendo, el seguía aferrándose a eso.

-Klaus- susurro Jules haciendo que todos se sorprendieran, era la primera palabra que salía de Jules y era el nombre de Klaus.
-¿Klaus? Suena danes- contesto Claude sorprendido y al ver a Klaus y Dastan entendió inmediatamente que pasaba.
-Cierto eres danes- dijo Claude recordando cuando Dastan le había dicho de dónde venia Klaus.
-El te necesita más que Gustave- le dijo Dastan a Klaus y el sin más fue a incarse al lado de Jules.
-¿Lo sabes?- pregunto Claude viendo como Dastan se veía tranquilo.
-Ven, demosles privacidad- pidió Dastan y jalo a Claude afuera.

-¿Lo sabes?- repidto Claude cuando estaban afuera.
-Es una larga historia y creo que ya conoces parte de está- contesto Dastan viendo la puerta.
-¿Cómo paso? Bueno se lo que pasó, pero a lo que voy...- Klaus era lo único que hacía que Jules fuera a comer con su familia- lo interrumpió con algo que podría soltar más de lo que pareciera.
-Ellos- y Dastan asistió.
-Ellos aunque suene raro...- no supo decirlo, aunque esté lo entendió.
-Cuando puedas ve a comer- tocó la puerta suavemente Dastan y bajaron ambos dejándoles algo de privacidad. Aunque al poco rato se enteraron que Jules seguía aún dormido pero al parecer más conciente de lo que pasaba a su alrededor.