Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~66~

Y más días pasaron, días donde la cosa seguía su camino. Pasaron hasta que un día mientras Claude y Klaus estaban con Jules, este despertó.
-Jules- sonrieron al verlo. Y si, ambos hablaron porque en cuanto Claude se enteró quería saber cómo hablaba un danes y este empezó a hablar un poco.
-Mi cabeza- dijo tocándose su cabeza.
-¿Cómo estás?- le pregunto Klaus aliviando y al ver el rostro de su amado iluminarse supo que no perdió la memoria.
-Klaus- soltó Jules sintiéndose afortunado de que Klaus fuera la primera persona que vio al despertar.
-¿Cómo te sientes?
-¿Cuánto estuve dormido?- se sentó en la cama, cosa que al ver a Claude lo asusto.
-Pasaron muchas cosas en tu ausencia- le dijo Claude algo decaído.
-¿Cómo?- pregunto Jules temiendo lo peor.
-Llego un regimiento a las tierras, venían por jóvenes. Se llevaron a Eric- contesto y Jules bajo la mirada.
-Eric- susurro preocupado.
-Tu padre está debastado. Primero tu, luego tú hermano- siguió Claude.
-Quiero ver a mi padre, llámale y dile que he despertado- demandó Jules preocupado, recordando de golpe el cuarto de Dastan y esperando que su padre termine cómo su hermanastro.
-Rapido. Quiero pasar tiempo a solas con mi padre- pidió Jules y ambos entendieron la urgencia, por lo que se marcharon. Klaus a su cuarto y Claude a darle la noticia a Gustave. El cuál al oír que Jules despertó se marchó corriendo a verlo.

-Jules, mi pequeño- soltó Gustave con lágrimas en los ojos y Jules pudo ver qué su padre desde hace tiempo se perdió.
-Me enteré de lo de Eric- dijo Jules justo cuando su padre lo abrazo. Esos días parecían años en su padre.
-Gracias a Dios que estás de regreso.
-Lo siento, debía ser yo. No el- dijo Jules sintiendo lágrimas en su rostro. Aunque nadie quería admitirlo Jules era el que debía ir y no su hermano, hasta de lejos se veía que el era el mejor preparado. Aunque como decía Dastan ambos podían ir sin problemas.
-No lo sabemos, podrían hasta haber ido los 2 si se hubiera podido. Créeme cuando te digo que agradezco que esto pasara, no soy capaz de verlos partir a ambos. Prométeme que...- paro, Gustave sabía que Jules nunca prometía. Cómo su madre, el jamás era capaz prometer algo o mentir.
-Espero que a partir de hoy la cosa cambie para bien- dijo Jules lo que para sus labios era como una promesa.
-Mi pequeño Jules- sonrió Gustave viendo a su hijo.
-Padre- sonrió Jules, sintiendo como si aún fuera un niño pequeño, ante su padre sonriendo.
-¿Tienes hambre?- pregunto Gustave sintiendo su estómago rugir.
-Si- asintió Jules y ambos bajaron a comer.



#18413 en Otros

En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.