Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~67~

Y los meses pasaron, meses donde las cosas en esa casa cambiaron. Gustave decidió enfocarse a la diplomacia como antes y más porque Jules ya había mostrado mucha independencia, tanta que podía ser autodidacta. Lo que hizo que el único maestro que estuviera presente en los terrenos sea Claude.
El cuál en sus clases daba de todo, un día podían hablar de las estrellas y constelaciones y al siguiente hablar sobre política, lo cual a Jules le encantaba y más porque las clases no se sentían como tales.
Klaus y Jules aún los sábados salían para entrenar y si se podía algo más. Pero siempre cuidando que no haya alguien observando. Y nuestro querido Dastan, el seguía como sirviente de Gustave y con la misma carga de siempre. Aunque eso si ya empezaba a ganar peso porque ya comia mejor y ya medio empezaba a volver a leer en la biblioteca después de años de no hacerlo.
Todo avanzaba de maravilla, todo hasta que llegó un caballero a los terrenos y se veía que tenía una herida que no le parecía molestar mucho.
-Señor creo que ha alguien llegando- dijo Claude viendo al hombre desde la ventana. El cuál le sonaba de algún lado pero no sabia porque.
-Explicate Claude- pidió Gustave.
-Un mosquetero, se ve herido- dijo Claude viendo el uniforme.
-Cuando toque, abrele por educación. Veamos que pide, tengo que cooperar en la guerra quiera o no. Pero intenta correrlo muy educadamente- dijo Gustave recordando a Eric.
-Si mi señor- contesto Claude y fue a la puerta principal. Y justo al llegar la puerta sonó y el abrió.
-Buenas tardes caballero- dijo Claude tratando de descifrar que era lo que se le hacía familiar de ese mosquetero y, pero el sombrero y toda la ropa no ayudaba.
-Quiero hablar con el dueño de estás tierras- demandó el mosquetero, la voz le sonaba pero a la vez no.
-¿Para?- pregunto Claude.
-Necesito hablar con el urgentemente- demandó el mosquetero más molesto.
-¿Eric?- pregunto Jules sorprendido a nada de terminar de bajar las escaleras.
-Un gusto verte hermanito ¿Donde está nuestro padre?- pregunto Eric quitándose el sombrero con una sonrisa que decía más que solo alegría, algo más perverso.
-Debe estar en la biblioteca, a esta hora normalmente se encuentra ahi- dijo Jules sorprendido. Eric se veía hasta de lejos que servir en la guerra le cambió.
-Perfecto- sonrió y fue a la biblioteca.

-¿Cómo lo reconociste?- le pregunto Claude a Jules aún con la sorpresa de tal noticia.
-Aun conserva ciertas cosas de antes- contesto Jules recordando el tono que uso cuando se había desesperado de la bienvenida de Claude.
-Eran órdenes de tu padre, no podía decir que no.
-Padre sigue odiando a los mosqueteros y cada día estos le demuestran que debe confiar cada vez menos en ellos. Y sorpresa, Eric volvió con cierto aire de uno- soltó Jules viendo hacia la biblioteca y con algo de celos.
-¿Crees que ya...?
-No lo se, Claude ve a dejar al caballo en los establos. Yo iré a ver qué ocurre en la biblioteca- propuso Jules y se marchó sin darle tiempo a Claude de contestar.

-Eric te ves diferente- oyó Jules a su padre y no lo culpaba si que había cambiado mucho.
-Estuve casi un año sirviendo al rey. Pude regresar porque ya todo se calmo, los invasores ya están retrocediendo. A varios se nos dio la oportunidad de regresar a nuestros hogares, con nuestras familias- contesto Eric serio. Al parecer la guerra le robo las emociones.
-Que bueno- sonrió Gustave.
-Vi que Jules logro despertar- cambio de tema Eric.
-A días de tu partida despertó- admitió Gustave feliz de ya tener a sus 2 hijos a su lado.
-Veo que las cosas cambiaron en mi ausencia mucho- vio el libro que su padre estaba leyendo.
-Algunas cosas, otras no. Yo empecé a leer para ocupar mi mente en algo bueno.
-Este lugar sigue igual.
-No sé pude cambiar mucho por aquí.
-Te extrañe- Eric abrazo a su padre. Cosa que fue correspondida inmediatamente.
-Mi hijo, ya todo un hombre- sonrió Gustave, viendo a su hijo mayor. Ya se empezaba a dejar un bigote y se veía muy serio. Haciendo que recordara cuando empezaba a ver qué Jules había dejado de ser un niño.
-Tuve un viaje algo largo, iré a descansar. Puede que más tarde podamos hablar mejor- propuso Eric.
-Cierto, descansa. Te mandaré a llamar cuando sea hora de cenar- acepto Gustave y Eric fue a su cuarto.
-Jules, no has cambiado en lo absoluto- sonrió Eric al ver a su hermano cerca de la puerta intentando oír la conversación.
-Creo que necesitabas una temporada lejos para no se tan molesto- contesto Jules serio.
-No seas idiota, en si mi servicio me fue de mucha ayuda.
-Aun piensas en tu venganza, por lo que veo.
-Y tú no te has ido. Gracias por cuidar a padre estos meses, pero ahora las cosas volverán a ser como antes- se marchó Eric y Jules vio que andaba más derecho que antes. Y sintiendo que las cosas serían muy diferentes apartir de ahora. Pero no como Eric había dicho, si no que se viviría otra cosa en esa casa.

-¿Es cierto que Eric volvió?- pregunto Klaus cuando Jules llegó a los establos.
-Si y se ve diferente- recordó como llego.
-¿Sigue con su venganza?- pregunto Dastan entrando y Jules asintió.
-Tu puedes ganarle, un año no es nada- lo calmo Klaus.
-De seguro sabe usar armas de fuego- dijo recordando que medio le vio una.
-Dudo que sepa usar algo más que una espada y una pistola- sonrió Dastan.
-¿Tu crees?
-Solo se fue como un año. Tiempo que solo pudo medio practicar y fue directo a la guerra. De seguro lo que aprendió aquí le ayudo- contesto Dastan deseando ver qué tanto cambio Eric.
-Tu ayudas en las comidas, va a cenar con nosotros. Puede que eso ayude- dijo Jules viendo lo que su hermanastro pensaba.
-Se necesita más que eso, necesito verlo en acción. Podría hablar con Claude- propuso Dastan.
-Estaria muy bien- acepto Jules.
-Pero se movería todo- soltó Klaus.
-Las cosas aquí cambiarán mucho. Pero se podrá solucionar- sonrió Jules.
-Bueno veamos, en guardia- le dijo Klaus a Jules listo para atacar. Cosa que Jules supo responder y después de un rato Jules logro tirar a Klaus.
-Si que te convienen los sabados- sonrió Dastan viendo el avance de Jules.
-Y te encantará ve como lanza los cuchillos, tiene una puntería muy buena- dijo orgulloso Klaus.
-Claude de seguro les pedirá algo con espadas y combate cuerpo a cuerpo- dijo Dastan de buenas. Este año Jules pudo avanzar muy bien en todo.
-Pero no sé si será suficiente, aún no siento que sea capaz de herirlo- bajo la mirada Jules.
-Lo único que puede afectar el resultado- soltó Dastan pensando cómo Jules cuando la cosa ya empezaba a ponerse fea cuando peleaba con su hermano, el prefería alejarse.
-Un día puede que te toque pelear- le recordó Klaus.
-Mi padre aún no sabe toda la verdad. De seguro cree que Eric me gana y por mucho.
-Su día de diplomacia son los sábados. Por eso se tomaron para salir, luego es la misa de domingos, tu regresas y tú padre a veces se queda en el pueblo- le recordó Klaus.
Los sábados como Gustave salía ellos los aprovechaban para practicar bien y hasta habían sábados que no llegaba y Jules tenía que alcanzarlo en el pueblo para la misa del domingo. Y si Gustave salía otro día ese día le tocaba a Dastan y Claude entrenarlo con ayuda de Klaus. Haciendo que el jamás se enterará del progreso de Jules y solo pensaba que ayudaba en casa, cosa que era tambien verdad.
-Pero aún así, no se que pensar. A Eric se ve que la guerra lo cambio y mucho.
-Eso quiero verlo- demando Klaus.
-Tiene una herida o eso medio oi. Puede que a la larga eso ayude- recordó Klaus.
-Su talón de alquiles es esa herida, el tuyo es tu corazón- soltó Dastan.
-Pero el de Jules si la cosa se complica desaparecerá.
-Y si la cosa se complica con su padre enfrente- y silencio. Dastan tenía razón, Jules aún trataba de tener un perfil bajo frente a su padre.
-Esperemos que ese día no llegue- dijo Jules decaído.
-Esperemos y que opinan de este caballo- dijo Klaus señalando al caballo palomino de Eric.
-Sigue ganando Nerón y hasta Tornado le gana- se burlo Klaus viendo al alegre potro.
-Se ve de muy buena sangre...- lo dice quien siempre pudo conocer caballos de mosqueteros- se burlo Klaus.
-No fue mi culpa- dijo Dastan acariciando al caballo de Eric. El cual se dejaba porque Dastan sabía cómo manejar caballos que han servido.
-Este caballo crei que sería igual que su dueño- se burlo Jules al ver al caballo.
-Debe ser como Nerón, uno sin dueño hasta que se lo dieron a tu hermano.
-¿Cómo lo pudo traer?
-Es suyo, una vez que a un mosquetero se le da un caballo, es suyo. Si deja de pelear el mosquetero, el caballo también- contesto Dastan recordando a su padre.
-Eric logro tu sueño- dijo Klaus serio viendo al caballo.
-Pero no fui a la guerra y pude entrenar a Jules. Me fue bien, prefiero esto que una guerra. Mi padre decía que los que van a una regresan como rotos.
-Mi padre decía algo así, la guerra cambia a un hombre- dijo Klaus pensando en su infancia y su familia.
-Ya empezó a anochecer- dijo Jules viendo cómo la luz se volvía anaranjada.
-Ire a la cocina- sonrió Dastan y Klaus y Jules fueron al comedor.



#18401 en Otros

En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

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