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En el desayuno todo sucedió con calma y se extraño la presencia de Gustave. Para después sus hijos partir cada uno en su respectivo caballo en silencio al pueblo para ir a misa. Cosa que pasó sin novedades y más porque cada uno estaba en su cabeza.

-Llegaron- sonrió Gustave al ver a sus hijos llegar montados en sus caballos.
-Padre- sonrió Jules cuando lo vio.
-Mis 2 hijos- dijo Gustave cuando pararon. Cosa que llamo la atención por como los 2 hijos de un noble que jamás se había visto que montará un caballo, montaban como si nada.
-¿Cómo le fue ayer?- sonrió Jules bajando de Neron.
-Muy bien y descubrí que hay algo de posibilidad de que la guerra termine- respondió mientras Eric bajaba de su yegua.
-Les dije.
-Eric, había que asegurarse de que eso fuera verdad- recordó Gustave.
-¿Que más hizo ayer padre?- pregunto Eric y el resto de la espera a la misa transcurio con Gustave contándole su sábado a sus hijos mientras ellos estaban con sus caballos. Haciendo que Gustave viera como trataban a sus caballos con cariño y aprecio.

-Ya es hora de la misa, vamos- sonrió Gustave cuando oyó las campanas de la iglesia.
-Que bien- contesto Jules y checo una última vez que Neron estuviera bien.
-No tardo- le sonrió Eric a Vainilla y los 3 fueron a misa. La cual fue muy tranquila y Eric aprovecho ese momento para pensar en cuando estaba fuera de casa. Jules pensando en lo que Klaus luego le contaba de su religión y su cultura. Y Gustave como últimamente, agradeciendo tener sus 2 hijos a su lado.

-He decidido que hoy andemos un rato en el pueblo- dijo Gustave cuando la misa terminó.
-Suena bien padre- contesto Eric extrañado de que fueran hacia los caballos.
-¿Cree que sea buena idea?- pregunto Jules cuando logro visualizar a Neron y a Vainilla.
-Claro, ya tiene años que no estamos los 3 juntos por aquí.
-¿Porque vamos hacia los caballos?- pregunto Eric cuando estaban a unos metros de estos.
-Jules me pidió que pase lo que pase, siempre después de misa los veamos.
-Lo hago para ver a Neron- contesto Jules cuando llegaron. Para después el acariciar a su caballo y con eso hacer que Vainilla busque a Eric, cosa que cuando lo logro el sonreí.
-Aun no nos vamos- sonrió Eric caminando hacia ella y agradeció está parada.

-Ahora si hora de partir- dijo Gustave cuando creyó que ya era hora.
-Si padre, regresamos- se despidió Jules de Neron.
-Vere si te traigo algo- le prometió Eric a Vainilla y ahora sí se adentraron más al pueblo.

Su recorrido era el mismo de siempre, pasar por algunas cosas que se necesitaban en casa, otras que Gustave requería y lugares para entretenerse.

-Jules deberías de venir más seguido. Las veces que ha venido me has enseñado cosas nuevas donde jamás creí ver mas- dijo el bibliotecario sonriendo cuando ya los Musset se marchaban.
-Lo tendré en cuenta- contesto Jules con una sonrisa más que encantadora.
-Mi señor traiga a su hijo menor más seguido- pidió el bibliotecario y Gustave solo asintió. Para después partir a la siguiente parada. 
Las demás paradas fueron igual que esa y todas las anteriores. Jules se mostraba encantador, mientras que Eric con esa actitud narcisista de cuando llegó. Además de que las personas preferían hablar con Jules, cosa que a Gustave le llenaba de orgullo, aunque eso significara que también el terminaba rezagado como Eric. Haciendo que las diferencias de los hermanos se mostraban perfectamente, tal y como Gustave esperaba, para poder seguir tratando de descubrir más a sus hijos.
Aunque la cosa cambio cuando fue hora de ir a su taberna favorita. En la cual las últimas visitas de sus hijos a ella, no fueron para nada buenas.

-Debemos entrar- los calmo Gustave. Sus hijos se veían claramente mal.
-Padre...- vamos a entrar- los interrumpió y entraron con Gustave enfrente. Jules con algo de miedo y Eric algo alterado.
-Gustave- lo saludo Louis, cosa que hizo que Jules deseara marcharse de ahí.
-Louis- le sonrió Gustave a su viejo amigo.
-¿Que traes esta vez?- pregunto viendo a los 2 acompañantes de Gustave.
-A mis 2 hijos- contesto Gustave acomodándose al lado de su amigo.
-Tu debes de ser Eric. He oído algo de ti, felicidades por tu retorno y por tu título de mosquetero- sonrió Louis viendo a Eric y Gustave a duras penas pudo mantener su sonrisa.
-Gracias mi señor- contesto Eric serio.
-Y este es Jules. Lamento lo de ese día, nunca creí que algo así pasara- se disculpo Louis y más porque a la primera que pudo Gustave, hablo con Louis del tema. 
Además de que Louis podía ver qué al parecer no era buena idea tener en su contra a Jules y más por como logro dar rápidamente con su puesto en la guardia del cardenal.
-No se preocupe, me alegra que la confusión se pudiera resolver- contesto Jules de una forma tan creíble que todos lo vieron sorprendidos.
-Me da gusto Jules- dijo Louis cuando logro salir de la sorpresa.
-Que bien que eso ya se pudo arreglar- dijo Gustave viendo como al parecer si pudo resolver ese detalle. Aunque no sabia los motivos de su amigo y como Jules quería marcharse cuánto antes.
-Verdad Gustave, ahora. Me gustaría oír como le fue a tu hijo mayor. Es la primera vez que puedo oirlo- cambio de tema Louis y Eric contó lo que vivió.
Aunque Louis siempre veia a Jules para ver qué pasaba, aunque el chico para su desepcion se perdió en su mente.

-Muy buena historia hijo. Me recuerda a mi juventud- sonrió Louis y ambos entablaron una conversación hablando se sus aventuras en el campo de batalla. Todo mientras Louis felicitaba a Eric por sus logros en la guerra.

-Me gustaría hablar otro día, a solas claramente. Se que hay cosas que no sabes cómo hablarlas frente a tu padre... Que te parece mañana, nos podríamos ver aquí- propuso Louis cuando ya era hora de que los Musset regresarán a casa.
-Seria un honor para mi- acepto Eric. Louis era la primera persona desde que regresó que lo entendía.
-¿Que te parece a la misma hora que hoy?
-Me parece.
-Entonces nos vemos mañana Eric. Jules es un gusto volver a verte. Y amigo mío que hijos tan maravillosos te dio Dios- se despidió Louis y los Musset partieron de la taberna.