Cap.17.- Deudas saldadas

La sorpresa en el semblante de Tatsu era palpable.

Sachi se encontraba frente a él con el rostro crispado por la ira empuñando dos sais de tridente; uno de los cuales había sido usado para desviar el ataque dirigido a Reijiro.

—A ti no esperaba verte —dijo el nigromante.
—Últimamente las cosas no salen como esperabas, ¿cierto? —replicó la muchacha.

Tatsu chasqueó la lengua con desdén, y Sachi arremetió en su contra usando uno de los sais, haciéndolo retroceder lo justo para que Reijiro pudiera recuperar su katana, la cual había soltado anteriormente. Sin embargo, Tatsu también tenía su arma y se preparaba para atacar al igual que los dos resucitados; Lyra dio un paso en dirección a ellos y Carter la detuvo.

—No podemos intervenir —dijo.
—¿¡Qué!? —soltaron Lyra, Kyle, Anette y Gareth.

Raven sonrió levemente poniéndose de pie con lentitud.

—Sachi y Reijiro tienen algo pendiente con Tatsu —dijo—. Deben resolverlo antes de que nosotros hagamos algo.
—¡Pero van a matarlo! —exclamó Lyra.
— No pueden —dijo Gareth—. No con esas armas.

Un nuevo chillido se escuchó provenir del pasillo, lo cual indicaba que se acercaban más criaturas. Sachi y Reijiro dirigieron una breve mirada al pasillo antes de centrar su atención en Tatsu, y éste atacó lanzando una daga a Reijiro al tiempo que arremetía contra Sachi usando la ninjato, tratando de alcanzar uno de sus puntos ciegos; pero la chica se desplazó dando un paso atrás y tomó impulso para dar una patada que acertó en el antebrazo de su contrincante: Tatsu soltó la espada con una exclamación ahogada en el momento que Reijiro se abalanzaba sobre él con la intención de atravesarlo con la katana.

Un grupo de numerosas criaturas esqueléticas apareció, listas para abalanzarse sobre ellos cuando una nube de rayos eléctricos los paralizó, seguido por un torbellino que los expulsó fuera del vestíbulo. Eso, sin embargo, no fue suficiente para contener su ataque.

—Ahí vienen de nuevo —dijo Carter—. Kyle, Anette, quedan a cargo.
—Espera, ¿qué? —soltaron los aludidos al unísono.

Carter y Lyra dedicaron su atención al pasillo mientras que Gareth se arrodilló al lado de Raven y le tomó la mano para ayudarle a restablecer su energía. Kyle y Anette se miraron uno al otro confundidos. ¿De qué se supone que se harían cargo? Entonces el sonido de metal chocando contra metal llamó su atención: durante la breve distracción, Tatsu se las había arreglado para evadir a Reijiro y Sachi, recuperar su arma y contraatacar con bastante agilidad.

—Tenemos que hacer algo o van a asesinarlo antes de que podamos romper el hechizo —dijo Kyle.

Anette le dio vueltas al asunto. Había algo que rondaba por su mente pero no lograba alcanzarlo, y recordó lo que su hermano acababa de decir, recordando al mismo tiempo lo que Carter les había explicado cuando inició toda esta locura y tuvo una idea clara.

—Claro, un vacío legal —dijo.
—¿Un qué? —inquirió Kyle.
—Escucha, el hechizo no está en nuestra persona, sino en las armas —dijo Anette—. Así que no importa si nosotros no las empuñamos, lo importante…
—Es que sean nuestras armas las que le den muerte —le interrumpió Kyle—. ¡Qué gran idea!

Ahora solo era cuestión de esperar el momento idóneo. Sachi se batía a duelo con Tatsu, que bloqueaba sus ataques con celeridad a pesar de que ella tenía dos sais y él solo una ninjato; entonces Reijiro tomó el relevo enfrentándose a su antiguo mentor y Sachi se abalanzó sobre él para emboscarlo por la espalda; Tatsu hizo un desplazamiento hacia la izquierda evadiendo a la chica de tal modo que ambos se encontraron: los sais de Sachi se entrecruzaron con la katana de Reijiro y Tatsu aprovechó su desconcierto para desarmarlos a ambos usando la ninjato como palanca para arrebatarles las armas. Kyle miró a Anette y asintió, aquel era el momento que estaban esperando y sin perder tiempo se acercaron a los jóvenes con el armamento que les había acompañado desde el comienzo.

—¡Sachi! —exclamó Kyle.
—¡Reijiro! —exclamó Anette.

Kyle le arrojó su lanza a Reijiro, Anette le entregó su báculo a Sachi y ambos atraparon las armas al vuelo. Tatsu soltó una risa burlona y dijo:

—¿Todavía tienen sed de venganza?
—Esto no se trata de nosotros —dijo Sachi.
—Esto es por toda la sangre que derramaste —dijo Reijiro—. Por toda la sangre que nos obligaste a derramar.

Kyle y Anette comprendieron finalmente lo que Sekai les había querido decir: Sachi y Reijiro habían dejado de lado la venganza en pos de la justicia, a pesar de tener motivos para ello, abandonando el deseo de castigo por la necesidad de redención a causa del daño provocado. Los jóvenes volvieron junto a sus hermanos y en ese momento los dos mayores volvieron, el combate se reanudó y aunque Sachi y Reijiro luchaban al tope de sus fuerzas Tatsu los igualaba con facilidad.

 —Chicos —dijo Gareth, observando la escena, tratando de llamar la atención de sus hermanos.
—Algo anda mal —dijo Lyra siguiendo el combate.
—¡Chicos! —exclamó Gareth, cansado de ser ignorado—. ¡Tatsu está drenando la energía de Sachi y Reijiro! Él absorbe la energía de todos los que le rodean.

En ese momento Anette recordó el talismán que le había arrebatado y lo sacó, Gareth se lo quitó y se lo entregó a Carter, que lo reconoció de inmediato.

—Es un talismán de fortaleza —dijo—. Aunque, por lo general, cuando se le quita a su portador, éste se hace polvo.
—Tatsu probablemente encontró una forma de suprimir eso, que importa —dijo  Kyle—. ¿Puedes destruirlo?
—Sí. De hecho es bastante fácil.

Carter puso un dedo en el talismán, retirando el hilo negro que lo atravesaba, y acto seguido lo presionó con fuerza hasta romperlo. Se escuchó un estrépito: ante las sorprendidas miradas de Sachi y Reijiro, Tatsu cayó al suelo soltando su espada al tiempo que se llevaba una mano al pecho con la respiración entrecortada. Con el talismán roto, la debilidad con la que había nacido había vuelto apoderándose de su cuerpo.