Cinco días antes del incendio.
TRAFFICKING
Lo peor que le puede pasar a un ser humano es la violación de sus derechos. Esto atenta contra la libertad y la dignidad de este.
Hagamos un pequeño ejercicio ¿Qué imagen se les viene a la cabeza cuando leen la palabra “ESCLAVO”?
Haré de adivinadora. Un hombre negro ¿No es así? Relacionamos la palabra ESCLAVO con negro. Siempre.
Se supone que los Estados Unidos De América se encuentra entre los niveles de legislación en el primer lugar, esto significa que cumple con los altos estándares mínimos para la protección legal contra la trata de personas.
¿Son acaso estos índices una farsa? ¿Quién defiende a estas personas? ¿Casa por cárcel a un hombre, blanco, heterosexual? ¿Qué hubiese pasado si fuese al revés?
BOXR exige justicia y respeto hacia estas personas.
Lo cierto es que temen que este país sea un país de negros.
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Cada persona de Chicago, Estados Unidos y en el mundo, tenían un ejemplar de BoxR o lo leían de forma digital. Allí criticaron fuertemente los diarios que no habían mencionado el asunto. Hicieron un llamado a los medios televisivos para que hiciera un alto en la búsqueda de Goenji y se centraran en Canady Group.
El impacto fue tan grande que el país se paralizó y el “Black Lives Matters” volvió a tomar fuerza. Las redes sociales de BoxR se dispararon y la revista física se agotó.
El sonido de las copas al chocar se impregnó en la sala de juntas de BoxR Magazine. Todos decidieron brindar con champán. Lily los abrazó a todos, Laurent se encargó de rellenar las copas, Rachelle estaba llorando, René besó a Sharaman y Roxanne solo sonreía.
–¡Estamos en todos los medios!–exclamó Laurent.
–Tengo más seguidores en instagram–añadió René.
–El teléfono no deja de sonar–informó Lily–Varios medios quieren entrevistarnos en exclusiva.
–No aceptes ninguna entrevista–le ordenó Roxanne.
–¿Ninguna? ¿Por qué?–quiso saber René.
–Porque esto no lo hacemos para volvernos famosas–comenzó a decir Roxanne–esto es una gran causa para ayudar a esas personas. Si lo convertimos en un espectáculo será un desastre y no podemos descuidarnos. Así como hay gente que nos busca porque les gusta lo que hacemos, hay otros que tomarán represalias, por eso debemos estar preparados.
–Bueno, bueno cálmate Angela Davis–le dijo René mientras le pasaba un brazo por el hombro–sólo tú arruinarías una celebración. Nunca habíamos quedado completamente agotados, así que quita esa cara que hoy vamos a celebrar.
Todos gritaron de alegría y ella sonrió para sí.
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Alexander Rains entró a la firma Jhonson-Rains donde era socio fundador. Llevaba su maletín en la mano izquierda y “Luna Oscura” en la derecha.
Entró de inmediato a su oficina ignorando el saludo de Samantha, su secretaria. La mujer pelirroja de ojos miel, con pecas salteadas en su hombro se puso de pie para seguirlo.
Él colocó el maletín en la mesa y ella cerró la puerta tras sí.
–¿Se puede saber qué demonios te pasa Alexander? Todos en la firma están preocupados por ti.
Él se sentó y suspiró–Sam… Sam… ¿Tienes alguna copia de las pruebas que teníamos contra Canady Group?
–No, recuerda que todas fueron destruidas.
–¿Estás segura que absolutamente nadie se quedó con una?
–Era información confidencial. Pocos tenían acceso a ella.
Él se recostó en el asiento y la miró fijamente.
–Necesito nombres de todo aquel que tenía acceso a ellas.
Samantha le tiró una mirada asesina.
–Merezco saber qué rayos pasa. He cancelado todas tus citas de esta semana y tus dos clientes más importantes llamaron enojados ¿Y quién ha puesto la cara por ti? Merezco saber la verdad, Alexander Rains.
Ambos se miraron un rato y él se resignó.
–Samantha estoy casi seguro que Goenji está en esta firma.
Ella lo miró sin dar crédito.
–¿Qué?
Tomó el libro y se lo dio.
–Quiero que lo leas detenidamente. Son nuestras pruebas Sam.
Ella lo recibió y lo abrió.
–¿Estás seguro?
–Quiero estarlo. Sam, Goenji está en esta firma y antes que Canady Group lo encuentre, debemos hacerlo nosotros.
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Roxanne terminó de echarse su labial favorito rojo channel mientras se miraba en el tocador de René. Había decidido llevar su ropa al apartamento de esta y así evitar la charla que debería tener con su padre.
Tenía puesto un vestido negro que recién había adquirido en Prada, de mangas largas que le llegaba a la rodilla.