Cita con un Desconocido

Un desconocido con un girasol

"No me arrepiento de nada. No puedo arrepentirme de algo que estaba destinado a suceder." (Aileen Wuornos)

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El tiempo había pasado demasiado lento para su gusto, pero ahora estaba sentada en frente de su ex-esposo mientras su mejor amiga y su esposo se llenaban de pintura azul ante la revelación de genero de sus hijo, sonrió al ver la emoción de su mejor amiga y se vio reflejada en ella, ya que ella en algún momento pensó en formar una familia, darle el amor a otro ser vivo que saliera de su vientre, pero la vida no había sido tan lindo como lo imagino ahora estaba tomando un vaso de soda mientras deslizaba los mensajes que le había enviado su enamorado.

—Siempre he pensado que tienes una bonita sonrisa — Hablo Antonio con voz suave como si tuviese miedo de que su nueva pareja lo oyera

Heather puso los ojos en blancos

—Muchas gracias enserio, pero no creo que eso me haga sentir halagada, mas bien me hace sentir asqueada por eso, hace seis años me hubiera emocionado, pero ahora no, y por favor no me arruines el día — sonreí amable — quiero disfrutar la fiesta sin pasar el mal rato.

Heather estaba dispuesta a darse la vuelta y seguir ignorando a su expareja cuando este la tomo del brazo.

—¿Quién te enseño hablar así? — Hablo de forma molesta, haciendo que algunos invitados voltearan a verlos. — Responde Heather!

Heather se zafo de su agarre y lo mire con desprecio.

—¿Sabes quién me enseño hablar así? — Pregunto molesta — Fuiste tú! Esta persona que ves ante tus ojos no es la misma imbécil que conociste, y te juro por lo mas sagrado que la próxima vez que tomes de esa manera el brazo, este vaso de vidrio ira directo a tu cabeza.

Heather se dio la vuelta mientras sus manos temblaban, a pesar que juro que iba disfrutar el día con su mejor amiga Dayana la presencia de Antonio había arruinado todos sus ánimos de pasarla bien, se despidió de la pareja quien las miraba con pesar en especial su mejor amiga, sabia que para ella era algo incomodo estar ahí porque esta la familia de su ex esposo y ya no seguía del animo para discutir con alguien y de menos de aparecer en el noticiero de la mañana porque querer ahorcar a Antonio y jalarle el cabello a su ex suegra algo que siempre añoro desde que estaban casado.

Heather camino mientras pensaba en Marcelo y en lo extrañada que estaba de que el no le escribiera un mensaje a como siempre lo hacía, pero ahora solo había mensaje de un (visto hace 4 horas­) estaba caminando ensimismada en su pretendiente y las compras que tenia que hacer cuando choco con alguien.

Era Marcelo.

—¿Qué haces aquí?  — Pregunto desconcertado o mas bien sorprendida al verlo

Marcelo sonrió de lado como si la pregunta de ella fuera absurda.

— Lo primero que me gustaría que me hubieras dicho fuera: ¿Cómo está la persona que me hace suspirar todos los días? — sonrió al ver la risa de Heather — Y si te preguntas que hago aquí, hay un supermercado cerca de unos de los pacientes que visites hace unos minutos

Heather se sonrojo por la pena

—¡perdón! Tienes razón fue sin sentido mi pregunta, ¿Cómo hago para compensar esto?

— Y si me invitas un café — hablo de forma casual — Así podemos hablar y ponernos al día con las horas que no hablamos, porque, aunque suena sin sentido me has hecho falta.

Heather no quería admitir que si le hacia falta, de que se estaba acostumbrando a el y con una sonrisa había olvidado el trago amargo que había pasado unas horas atrás, en eso vio como tenia un girasol entre sus manos.

—¿Y ese girasol?, te lo regalo unos de tus pacientes — Bromeo a lo que vio como extendió el girasol sorprendiéndola en el acto.

— Para que sonrías ya que pareces que no tuviste un buen día.

— ¿Y cómo sabes que no fue mi idea y menos que esto es mi flor favorita?

Heather vio como este se tensaba como si fuera a descubrir un secreto, Marcelo respiro y sonrió nuevamente.

—Sabes que soy psicólogo mi trabajo es analizar e interpretar o mas bien para ser mas preciso ponerme en los pies del paciente — Tomo sus dos manos mientras la miraba fijamente — Lo del girasol quiero recordarte que eso lo tienes en tu descripción de la pagina de cita que creaste — Heather se sonrojo a lo que sonrió triunfante, acaricio su mejilla derecha y la beso con suavidad — Y lo otro es porque estaba caminando con la cabeza baja mientras divagabas sin sentido alguno, y dale gracias a Dios que te topaste conmigo y no con otro que se hubiera molestado.

—¡perdón Marcelo! No se porque dije eso, enserio discúlpame.

Marcelo la abrazo a lo que ella correspondió.

— Deja que yo te cuide, que yo me encargare de sanar tus heridas.

 

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Tres horas atrás

Su cuerpo se estremeció de pies a cabeza al sentir el filo del cuchillo en su cuerpo desnudo, intento hablar pero la mordaza no la dejaba, los ojos del asesino brillaban con emoción a pesar de las oscuridad de la habitación pero como los ojos de un felino miraba con lujo de detalle el terror en los ojos de su víctima, acarició sin emoción alguna su estómago y vio como esta se orinaba del miedo, ella era consciente de lo que estaba a punto de hacer, en eso escuchó una risa macabra, aquellas manos demoníacas acariciaron su abdomen y tembló horrorizada. 

Un silencio inundo la habitación después de un pequeño grito siendo amortiguado por algo de goma, sus piernas se bañaron de rojo mientras sus ojos se ponían blanco, con su mano cerro sus ojos de miedo y piedad y sonrió.

— No sé qué es lo que siento. — Dijo con frialdad. — ¿Emoción, tristeza? — Miró el cuchillo y lo enterró de nuevo mientras reía. — Ah, creo que estoy feliz porque la voy a ver. ¿Sería bueno llevarle Girasoles? — sonrió de lado mientras miraba el cuerpo inerte de la mujer. — Tienes razón, es una buena idea




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