Dentro de la Contracción
Es el último asalto. La guerra que iniciamos por diferencias irreconciliables y sed de poder culmina en las fauces de un hambriento devorador de mundos llamado Epsilon. De todos los desastres naturales en el ecosistema de la Citizen, el huracán de radiactividad es el más temido. Incluso por encima de la niebla sílice. Es preferible una muerte durmiente que una llena de remordimientos y dolor entre el fuego de la traición.
—Príncipe Elton, la reserva está llena. Hemos encontrado más habitantes del Nivel Ocho.
Asiento comprobando la pantalla con el mapa de la Citizen. Abalon, Spheria y Oblivion fueron las primeras ciudades en caer. La contracción se expande en toda la grieta y la mancha verde sobre la bóveda parece solo crecer mientras avanzamos por esta engañosa calma.
—Cambia la ubicación de Adhara y los demás.
—Pero señor eso solo significa…
Elisiah intenta camuflajear su preocupación endureciendo el gesto. Mi fiel compañera, mi única confidente además de la torpe de Adhara.
—Significa que cumpliré con mi última promesa hasta el final. Prepara la compuerta 329. Es un hecho que la leyenda se convertirá en realidad para los que sean “elegidos”.
Puedo ver el nudo en su pálida garganta subir detrás de la mascarilla. Elisiah me dedica una silenciosa reverencia antes de abandonar la sala de controles. No tiene la más mínima idea de que también la he incluido en esa lista que verá el milagro.