Ciudad Perdida

『 C E R O 』

《 La Almohada 》

Es de noche y a pesar de eso no hay rastro de estrellas ni luna en el cielo oscuro sobre mi.

Todo a mi alrededor está en silencio, se siente casi vacío. Estoy de pie en medio de una carretera desolada, mis brazos cuelgan a mis costados. Mi vista viaja a mis pies descalzos y luego por el resto de mi ropa. Estoy en pijama en medio de la nada.

Casual

Giro mi cabeza a la derecha y me percato del letrero que yace ahí.

'Está saliendo de SealunVille. Vuelva pronto'.

¿Estoy en la salida de la ciudad?,¿Cómo llegué aquí?

Estoy a punto de girarme y caminar de vuelta, cuando algo llama mi atención.

Un resplandor. Un resplandor que poco a poco se hace más grande brillando con intensidad.

Entrecierro mis ojos, se puede ver a la lejanía la silueta de edificios. La luz proviene de... ¿una ciudad?, eso parece.

Esa ciudad no es real o ¿sí? Estoy desorientado. No sé cómo explicarlo, pero me siento atraído a esa ciudad, como si una fuerza me estuviera llevando allí.

Sin darme cuenta ya estoy caminando por la carretera hacia esa ciudad, cada vez acelerando más el paso.

Mientras más me acerco logro ver que a la distancia un gran letrero se alza dándole la bienvenida a esta ciudad... ¿Ciudad Pe...?

Estoy prácticamente corriendo y de la nada siento pesado todo el cuerpo, caigo de rodillas y mis pulmones comienzan a exigirme aire, ya que parece que este se esfumo de la faz de la tierra. Cada vez se me dificulta más y más respirar, los ojos se me cierran solos y tengo que apoyar mis manos sobre el suelo para no irme de bruces.

¿Voy a morir?

Me siento de manera abrupta sobre la cama quitando la almohada de mi cara.

Fue un sueño.

Un momento... ¿la almohada estaba en mi cara?

Levanto la cabeza y me encuentro con mi hermano mayor Brendan de pie a unos pasos de mi cama con los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada puesta sobre mi.

- ¿Qué estás haciendo? - digo entre jadeos intentando recobrar el aire.

-Despertándote - responde encogiéndose de hombros.

- ¡Me estabas asfixiando, imbécil!

- ¿Y qué querías?,¿qué te despertara con cosquillas? - esto tiene que ser una maldita broma.

- ¡Me pudiste haber matado!

- Pero no fue así- dice con simpleza.

- ¿Sabes?, hay otras maneras de despertar a las personas. - digo entre dientes.

- Personas - recalca lo que dije - No errores como tú.

- ¿Qué quieres?

-Dame tu cargador - Seguro me está jodiendo.

- ¿Qué? - ¿Qué horas son?

- Que me des tu cargador. - Rueda los ojos y se vuelve a fijar en mí.

- No te voy a dar mi cargador, ¿Dónde está el tuyo?

- No sé, si lo supiera no estaría pidiendote tu estúpido cargador. Dámelo de una buena vez así puedo largarme de aquí.

Me le quedo mirando por unos segundos hasta que mi vista logra adaptarse a la oscuridad, y noto que tiene un moretón en la mejilla derecha y una cortada en la barbilla. Otra vez está metiéndose en peleas.

-Dame el maldito cargador en vez de estarme mirando como un pendejo.

- Ya dije que no y ¿Qué hora es? - todavía está muy oscuro.

- Me vale mierda lo que hayas dicho, solo dame el maldito cargador.

Me le quedo mirando haciéndole mala cara. Estoy bastante cómodo en mi cama para estarme levantando a mitad de la noche a buscarle algo al idiota que tengo por hermano que cree que después de intentar matarme le voy a prestar mi cargador, porque para saberse que hizo con el de él.

Comienza a mover el pie impacientemente mientras frunce el ceño y me amenaza con la mirada. Tanto el como yo sabemos lo que pasa cuando no se le cumplen los caprichos al niño berrinchudo y por la golpiza no debe estar de buen humor. Suspiro y al final me levanto de la cama para buscar el cargador porque, si no se lo doy seguro y me querrá golpear, iniciaremos una pelea solo por un cargador y además lo quiero fuera de mi cuarto lo más rápido posible para volver a dormir.

-Lo quiero de vuelta y en buen estado - Le digo serio aunque sé que le importa una mierda cuando se encoge de hombros y sale del cuarto con mi cargador en mano.

Si, voy a tener que comprar uno nuevo.

Me lanzo a la cama y me quedo boca abajo, estiro mi mano para tomar la almohada - que bien pudo ser el arma homicida- y ponerla bajo mi mentón. Cierro los ojos y vuelvo a dormirme, pero la dicha no me dura mucho.

El sonido de un golpe seco y vidrio quebrándose me hace abrir los ojos, busco mi celular en la mesita junto a la cama, lo tomo y veo la hora.

4: 13 a.m

¿Tan temprano? ¿En serio? Ni un puto domingo me dejan dormir tranquilo.

Me pasó una mano por el cabello y luego por la cara, de mala gana me levanto de la cama, descalzo me dirijo a la puerta y salgo al pasillo.

Otro golpe.

Llego al final del pasillo quedando de frente a la puerta del estudio, tomo el pomo y lo giro despacio, asomo la cabeza para ver lo que ya sabía que vería.

-Papá, deja eso.

-Fuera de aquí.

-Créeme, me encantaría estar durmiendo en estos instantes, pero no quiero que hagas una estupidez para luego arrepentirte.

Me ignora mientras barre con los portarretratos del estante haciendo que caigan al suelo y que el cristal se rompa. ¿Acaba de llegar o anoche cayó inconsciente de la borrachera y recién se está levantando?

 Se termina por quitar la corbata llevándose la botella de licor a la boca, dar un corto trago y volviendo a hablar dándome la espalda.

-Ve a tu Cuarto, Adiel.

Con la botella en una mano y la foto de mamá en la otra se recuesta sobre el escritorio, esta vez da un trago más largo que el anterior sin apartar la vista de la foto. Ya sé a dónde va esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.