Lo busqué por media hora más y no lo encontré al momento del bufet fue que pudimos coincidir; en silencio almorzamos, su celular sonaba como desquiciado, no sabía porque no contestaba y me estaba poniendo los pelos de puntas.
- ¿Vas a contestar o no? - Le inquirí molesta, - si es por mi puedes contestar.
- Estoy bien, esa llamada puede esperar; quiero poder hablar contigo
, eres más importante ahora.
- ¿Thiago? - Le indique para que me mirara.
- ¿Si? ¿qué tal has estado? - me pregunto. - ¿Tienes novio? ¿Ya decidiste que carrera harás en la universidad?
- ¡Thiago, Maldición! - dije apretando los puños. - Creo que le vi. - Su reacción fue inmediata, su cuerpo se tensó, sus manos sujetaron los cubiertos con fuerza y su mirada se conectó con la mía, sentí mis ojos llorosos y un recuerdo vino a mí.
estaba en esa habitación oscura, hacia frio, la lluvia se escuchaba afuera y entraba agua por la ventana la cual no tenía nada; los truenos y la música se mezclaban entre sí.
- ¡AYUDENME! POR FAVOR. HACE FRIO; TENGO MIEDO. - gritaba desconsolada, mientras golpeaba la puerta. - ¡ESTA ENTRANDO AGUA POR LA VENTANA, ¡POR FAVOR!
- ¡Cállate mocosa! - grito ese hombre robusto, golpeando la puerta, - ¡duérmete! - volvió a gritar.
Otro golpe se sintió en la puerta, - ¡Por favor! solo quiero algo para el frio.
- ¿Loa, estás bien? - pregunto él colocando su mano sobre la mía.
- Voy al baño vuelvo en breve. - Me puse de pie dejando el bolso que era pequeño sobre la mesa y caminé en dirección al baño. Mientras caminaba sentía su mirada sobre mí, caminando hacia el baño estaba un señor limpiando el pasillo y saludé tranquilamente, peor no pude, ya que al cruzar un fuerte escalofrió recorrió mi cuerpo.
Entre al baño, ese recuerdo no se quería ir, sacudí mi cabeza en la toilette, subí mis Pantis y salí a lavarme las manos, las seque con el papel toalla y la deposite en el contenedor, salí por la puerta o por lo menos lo intente porque la puerta estaba cerrada.
- ¿Hay alguien ahí? - Pregunte recostándome frente a la puerta tocando con la mano y moviendo el pomo a lo mejor la puerta estaba trabada. El silencio en el baño era enorme y eso empezó a enervarme. - ¡Por favor! - sentí como empezaba a faltarme el aire.
- Loa calma, mantén la calma, - me dije, mientras trataba de calmarme, respire e inspire profundo, pero no servía de mucho. - ¡Ayúdenme! ¿Hay alguien? - volví a gritar; lágrimas bajaban por mis mejillas.
La desesperación se hacia palpable en el alrededor del baño, - ¿Esto no puede suceder? ¿no otra vez? vuelvo a la puerta, pero esta vez la habitación se oscurece; ¡AUXILIO! ¡AYUDA! ¿ALGUIEN? ¡POR FAVOR!
De repente se escucha el sonido de truenos y relámpagos, empiezo a temblar, el miedo es evidente en mi rostro, no tengo que mirarme en un espejo para saber lo que me pasa; volvía el miedo, el pánico, mis recuerdos de niña, los momentos de terror y los nudos en mi garganta...
╗ Pateaba la puerta desesperada ¿cómo es que nadie viene al baño? me cuestionaba en medio de mi desesperación, mi cuerpo dejo de reaccionar e hice lo que hacía antes; me incliné bajo el lavabo con las rodillas en mi cara y los brazos abrazando mis piernas, suplicando que alguien me sacara y...
╗ Mayor fue mi miedo cuando empezó esa canción ¿cómo es esto posible? es la misma canción que se oía el día que estaba la tormenta. No sé ¿cuánto tiempo paso? No sé si paro la lluvia, no sé nada, tampoco se cuánto tiempo paso.
* - * - * - * -
Estoy sentado en la mesa en donde me dejo Loa, estoy en espera de que vuelva; hace más de media hora que fue al servicio y aún no ha vuelto, luego de que me contara que creyó haber visto a ese infeliz; estoy más preocupado; sabía que algo extraño había pasado hace dos años antes de irme a mi maestría, pero al no tener seguridad sobre lo que era no preste atención.
- ¿Qué mi hermanita no te ha puesto patas arriba con su interrogatorio? - me dijo un divertido y despreocupado Thomas; sentándose junto a mí, para tomar de una copa.
- Fue al baño, pero tiene mucho allá; la llamare a ver ¿qué paso? - Marqué su número, pero mi sorpresa fue mayor cuando descubrí que su celular estaba en la mesa dentro de su carterita; mis nervios se pusieron de punta; después de lo que me dijo.
- ¿Por qué escucho su celular? - se cuestionó su casi medio ebrio hermano.
- Voy a buscarla... - Guarde mi celular y salí corriendo a buscarla dentro del edificio; les pregunte a varias personas que andaban por allí; busque en las puertas que pensaba y no estaba, ella no podía esfumarse o ¿sí?
╗ - ¡Loa! - grite. - ¡Por Dios! Loa, esto no es gracioso. - Dije parado frente al baño fuera de servicio, pasé mis manos por mi cara en frustración.
Respiré varias veces y fue entonces cuando decidí entrar al baño, que estaba fuera de servicio, la llave estaba puesta y el pomo parecía estar cerrado, ¿cómo puede ser posible?