Villanos:
1. Cuando tienen esbirros, estos no deben atacar al héroe de forma individual. Es necesario plantear la situación de la forma más realista posible.
2. Las armas de los malos se rompen, encasquillan o atascan en las peores situaciones.
3. Tras una lucha épica, el antagonista abandona al protagonista al borde de la muerte, no sin antes narrar detalladamente su plan maestro. Simplemente es un cliché con mayúsculas, que aparece en miles de películas y está más cantado que ninguna otra parte de la trama.
4. Si se produce un conflicto con armas de fuego, los "buenos" de repente son máquinas de matar, capaces de dar a una mosca con un tirachinas, y los "malos", aunque pistoleros, se convierten de repente en unos mancos. Siguiendo el primer consejo, hay que tener en cuenta el realismo de nuestra trama: si es la primera vez que nuestros personajes principales tocan un arma, es imposible que puedan atravesar el centro de una moneda a cincuenta metros.
5. La chica guapa del grupo del protagonista está secretamente enamorada de nuestro personaje principal, y espera al último momento para demostrarlo. Suele ser virginal, pero tremendamente seductora, y el malo a veces tiene una obsesión insana con ella.
6. Los malos son malos porque quieren serlo. A veces sus motivos son tan extraños e inverosímiles que el lector no termina de entenderlos, y suelen ser personajes con un trasfondo complejo y enormemente interesante, de modo que es bueno intentar aprovecharlos para darle profundidad..
Héroes:
1. Los buenos son buenos siempre, sin explicación o motivos creíbles, y todo lo hacen a la perfección.
2. La chica guapa y virginal debe llevar tacones en casi todo momento, zapato que hará que se caiga o tropiece dramáticamente durante una persecución, que revelará el valor de su contraparte masculina (el protagonista), el cual la salvará heroicamente.
2. Aunque se pasen tropecientos días atrapados, nuestros héroes siempre estarán perfectos, olerán bien y su pelo siempre será hermoso y suave, aunque no tengan peine ni ducha. ¿Nos hemos olvidado de las necesidades humanas? Porque nuestros personajes deben ir al baño, por Dios.
3. Siempre son perfectos en todo y en cualquier momento: ¿qué hay de los chicos no tan agraciados? Pues por narices son los amigos tontitos y buenazos del protagonista; friendzone de la chica o crueles villanos en guerra con el mundo.
4. Al principio aparentan timidez, y de repente se vuelven máquinas de guerra capaces de reventar tanques con un pestañeo... NO.
5. Suelen tener un vocabulario más rico que los villanos... ¿Nadie conoce al Profesor Moriarti? Los genios del mal son ante todo eso, genios, y no se les debería reducir ante un personaje mucho menos culto que ellos, por muy protagonista que sea.
6. Si se buscan los polos opuestos en nuestros personajes, no se puede hacer que el personaje principal, siendo un mindundi, gane de repente por distracciones del personaje superior o villano. Si quieres un malo torpe, haz que el prota sea más hábil desde el principio.