Codiciados

Capítulo 3

 

- ¿Cuál es tu problema Kira? -pregunté molesto una vez que ella dejó de mirar al grupo de antes salir del casino y se concentró en su almuerzo- No te hizo nada… ¿Por qué actúas de esa forma? Ya no eres una niña pequeña a la cual se le debe estar vigilando todos los días, todo el tiempo… -agarré su mano que sostenía su tenedor a mitad de camino hacia su boca, solo haciendo eso hizo que se tomara el tiempo de mirarme y prestarme atención- es hora de que comiences a comportarte como una verdadera Dama -la solté para descansar mis puños sobre la mesa.

-Deja de exagerar Jasper…, no hice nada malo ¿Verdad que no Mina? -observé a su “mejor amiga” con un profundo ceño fruncido por el disgusto. Asintió apenas, ocultándose de mi mirada con la cabeza gacha- darle una pequeña lección a alguien no debería ser un crimen…, yo creo que de hecho es un crimen no hacerlo, además, es culpa de ella… yo solo se lo devuelvo -aseguró con su mentón en alto.

-No eres responsable de eso Kira… -insistí con mi mirada fija en ella. Pero sonreí al saber cómo hacerla caer con solo una frase- dime… Kira… ¿Qué crees que diría tu madre sobre tu comportamiento? -tensó sus hombros de inmediato y fingió toser para liberar un poco el ambiente.

- ¡Jasper, eres irritante! -exclamó golpeando su vaso contra la mesa, sin lograr perturbarme- siempre dices lo mismo… mi madre esto, mi madre lo otro ¿Qué te pasa?

- ¿Qué me sucede? ¿Enserio? Solo para empezar…, tu comportamiento es infantil, descuidado en todos los sentidos, pareces una loca persiguiendo a distintas personas solo para molestarlas… todo lo contrario de lo que se espera de una verdadera Dama de sociedad. Tu madre se sentiría muy decepcionada al verte en este estado ¿No lo crees? -ella me quedó mirando con molestia contenida en sus ojos y apretando su mandíbula. Su amiga ya había recogido su bandeja, y al momento de intentar levantar la mía, me negué y detuve su mano con suavidad.

- ¿Y ahora qué haces Jasper? -parecía que iba a explotar, solo por haberme negado a que Mina lleve mi bandeja

- ¿Qué?

¡¿Qué demonios le pasa?! Está bastante mal de su cabeza.

- ¡Este es su trabajo! ¡Ser una sirvienta! ¡Para eso le pago! ¡SE GANA SU SUELDO LEVANTANDO BANDEJAS! -de pronto todo el lugar se encontraba en un silencio mortal, cosa que hizo reaccionar a Kira haciéndola reír para intentar manejar la situación- Disculpen, por favor continúen en lo que estaban… -sonrió falsamente para todo el mundo.

Ya fue suficiente.

- Kira… cuando dejes ese tipo de comportamientos ven conmigo a ver qué podemos hacer con el resto…, hasta entonces no te me acerques -me levanté con mi bandeja y me dispuse a irme, con todas las atentas miradas sobre mí.

- ¡Jasper! ¡Espera! -escuché a Kira levantarse apresuradamente para colocarse frente a mí, tapando mi camino- No hablas en serio… -colocó uno de sus mechones de cabello suelto en su oreja mientras fingía un tierna sonrisa- no podemos decepcionar a todos así… -susurró tomando mi mano- debemos mostrar una buena imagen… -sonrió para todos lados.

-No comprendo de lo que estás hablando… -quité mi mano de un solo empujón- no me importa la imagen que doy…, solo porque sé que no es igual a la imagen que tienen de ti… ahora déjame pasar… -no se movió, pero pasé por su lado y no se molestó en volver a interrumpirme.

Me fui en cualquier dirección, no me importaba realmente, solo quería estar lejos de Kira.

Cuando llegué como un estudiante nuevo a clases, nadie se me acercó porque Kira se pegó a mí como un chicle. Al principio no me molestaba, pero comencé a entender el porqué de que nadie me dirigiera la palabra y era por el demonio que tenía a mi lado. Kira hizo la vida imposible de varios estudiantes, aun con solo un par de meses de haber comenzado las clases, ya había provocado que tres personas abandonaran el instituto por completo. Intenté alejarme como podía, pero no es que la tenga fácil, su madre es conocida de mis hermanas, no puedo provocarles un dolor de cabeza con una posible ruptura entre los lazos amistosos con su madre solo porque no soy capaz de aguantarme la presencia de su hija.

Caminé por los pasillos principales, ubicados en la primera planta, quería salir un momento a los jardines y tener un poco de paz en lo que quedaba de receso, pero al parecer, el tener paz es todo un lujo ya que en el momento en el que me iba a sentar en el pasto, recibí una llamada.

-Jasper…, Ámbar y yo estamos en la recepción del instituto ¿Por qué no nos vienes a saludar? -escuché eso y mis frustraciones crecieron más

¿Acaso descansar es mucho pedir?

-Está bien…, ya voy –contesté con cansancio.

Colgué con un suspiro cansado. Me tenía que volver a poner en pie y caminar más, como si la recepción me quedara cerca. Me devolví para llegar al edificio principal, lo único bueno es que los pasillos a esa hora estaban casi vacíos ya que todos se preocupaban más por comer que por otra cosa.

- ¡Jasper! -mi hermana mayor, Ámbar, me saludó como si hubiera pasado mucho tiempo sin vernos, a pesar de habernos despedido esta mañana cuando salí para el instituto- Que bello te ves con tu uniforme y todo… -comenzó a quitarme unas inexistentes pelusas de mi uniforme- ¿Qué tal todo por aquí? ¿Te estás adaptando bien? Tú sabes qué si no te agrada este lugar, siempre podemos acomodarte en otro instituto… como tu prefieras…




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