La séptima campana de la iglesia del barrio sonó, hizo saber a Olivia que eran las 19:00, había apenas oscurecido, vió por quinta vez el vaso de vidrio encima de su mesita de noche, esta vez no contenía leche tibia, sino agua con fenol, ella mismo lo había preparado, varias gotas en medio vaso de agua, mientras lo veía, seguía preguntándose si era suficiente cantidad para cumplir con su objetivo.
Volvían las sombras a invadir las paredes de su habitación como cada noche y sabía que se avecinaba otra escena tormentosa, la misma que se había repetido los últimos 17 años de su vida y cada vez era peor.
Los cientos de formas parecían salir de las paredes y ponerse frente a su cama formando una figura humana o al menos lo más parecido a eso.
-Estamos esperando que sea el tiempo de llevarte, recuerda que no puedes hacer nada para impedirlo, o estas planeado algo que no me has dicho mi querida Olivia- dijeron varias voces en diferentes idiomas que se mezclaban en una sola.
-Ya les he dicho que no iré con ustedes, ¡no habrá una noche que me dejen tranquila!, ¡lárguense!, ¡estoy harta!- tomó el vaso con agilidad, y se disponía beberlo velozmente, la forma humana frente a ella expulsó una lengua de sombra y fuego tomándole la muñeca, impidiendo que el vaso tocara tan siquiera sus labios.
- ¡Olivia si lo haces no podré garantizar tu salvación! ¡Para!- se escucharon las palabras como trueno en la habitación mientras una luz potente entraba por la ventana -y ¿tú que haces? ¡Suéltala! ¡te lo ordeno!- gritó contra la sombra humana, emitiendo con mayor resplandor su luz, lo que hizo cortar, desvanecer, la lengua de sombra y fuego que tenía prisionera la muñeca de Olivia, y que ya le empezaba a quemar.
- ¿Porque no se van los dos a la mierda? O a donde diablos pertenezcan, ¡no lo hago por ustedes, ni por Él, sino por mí, quiero ser yo y solo yo! - sus ojos se llenaron con lágrimas y tomando el vaso con su otra mano bebió hasta la última gota - ¡No! ¡No! ¡No! - la luz y la sombra gritaron al unísono y explotaron como en un gran bigbam y toda la habitación quedó totalmente en penumbras.
Se desplomó sobre la cama, con sus ojos llenos de lágrimas, viendo al vacío en el silencio de su habitación - Silencio, paz, si paz, finalmente paz - pensó Olivia, mientras sus ojos se cerraban empapando sus mejillas ya pálidas, había encontrado la paz muy tarde, su objetivo se estaba cumpliendo, el veneno hacía efecto, su vida llegaba a su fin, sin embargo, frente a sus ojos visualizaba escenas, escenas de recuerdos… Sus recuerdos.
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Editado: 21.05.2020