—No hables así misma de ti eres una persona que lucha por lo que quiere, pueda que no sea ahora, pero si más adelante que vas a poder disfrutar y ser feliz, acuérdate que después de la tormenta viene la calma—me dice mientras me soba la cabeza.
— ¿Yo que haría sin ti? —suspiro
—No poder vivir—me dice echando parte de su cabello hacia atrás como toda una diva-nos reímos de las bobadas que dice mi amiga.
—Que modesta eres victoria—le dijo fingiendo fastidio-ella se echa a reír a carcajadas.
Así nos pasamos el poco que queda de la tarde hasta que mi amiga me informa que debe irse de nuevo le doy fuerte abrazo y un gracias.
Al día siguiente me levanto por las luces de la ventana que me dan en toda la cara y vuelvo a la realidad esta no es mi casa, suspiro otra vez y me doy la vuelta para seguir durmiendo, pero me doy cuenta que hoy no he ido al trabajo, brinco de la cama como si quemara voy a la ducha me baño me cepillo me coloco unos pantalones y me los coloco que por cierto apenas me doy cuenta que está lleno ropa de mi talla, salgó en dirección a la puerta pero doy un brinco cuando una voz gruesa me detiene.
— ¿A dónde vas? —me dice el parado en mitad de la sala con los brazos cruzados y mirada seria.
—Al trabajo—digo obvia también cruzándome de los brazos.
—Valla veo que ya estas sacando las garras-me dice un una sonrisa torcida—
—Eso a ti no te importa, te agradezco que me des posada en tu casa, pero eso no te da derecho a preguntarme a donde voy—.
—Porque me respondiste entonces—me dice acercándose peligrosamente a mí
—Porque quise—le respondo dando un paso hacia el frente, me reprendo mentalmente por eso.
De un momento a otro ya me doy cuenta que estamos relativamente cerca que su aliento está mezclado con el mío y que mi respiración esta acelerada, y mi corazón va a mil. Estamos por terminar lo que empezamos, pero se escucharon unos pasos acercarse a la sala, nos separamos de golpe y visualizamos a rosa.
—Perdonen la interrupción, pero el desayuno ya está listo—dice rosita un tanto apenada.
—Tranquila nana aquí ya terminamos de hablar ¿verdad Emma? —me pregunta aquel hombre con una ceja alzada, asiento con la cabeza apenada y me doy la vuelta.
NARRA JACKSON
Joder casi la beso si no es por la nana rosa que llega hubiéramos terminado lo que empezamos. Soy consciente de que ahora que se está quedando en mi casa se me va hacer un poco complicado no querer besarla, pero que podía hacer no podía dejarla por ahí en la calle como si nada y dándome cuenta que no tiene familia quien vele por ella, sé que me estoy aprovechando de la situación, pero es que desde la primera vez que la vi me gustó mucho y verla con ese otro hombre me jode el genio o verla cualquier otro hombre. Por eso en estos momentos que la tengo en mi casa voy aprovechar y conquistarla.
Estaba tan sumido en mis pensamientos que no me di cuenta cuando la nana me sirvió el desayuno, Emma estaba desayunando mirando al vacío mínimo pensaba en lo que había pasado momentos atrás.
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Editado: 20.09.2020