— Oooh Liam, ¿Acaso alguna vez te has enamorado? —preguntó Ary con un tono de intriga.
— Nunca —respondí — pero por lo que he oído y visto, el amor es doloroso.
— Mmm… ¿Cómo puedes saber si es doloroso si nunca lo has sentido? — pregunto de nuevo.
Auch. Sentí como si una especie de daga hubiese sido clavada con crueldad en mi corazón. Igual tiene toda la razón, nunca lo experimente, y creo que al paso en el que voy nunca lo voy a sentir.
— Y tu Ary, ¿alguna vez te enamoraste? —pregunte curioso.
— Claro que no, aún falta tiempo para pensar en eso. Sin embargo, el amor es maravilloso, y no me refiero al de pareja, sino al de un amor paterno.
— Nunca pregunte Ary, pero, ¿dónde está tu familia? — pregunte con cierta sospecha, ya que si no mal recuerdo, Ary es una adolescente.
— Ellos me están esperando, no obstante, sé que uno de ellos no va a volver más — comentó cabizbaja con un tono algo preocupante.
—Perdón no quise tocar un tema delicado.
— No tranquilo, no sucede nada, solo que él me hizo sentir ese cálido amor de familia que tanto necesitaba—su vista se detuvo en el cielo y dijo—aunque los tiempos cambien, el amor paterno o materno siempre permanece. Amor cuatro letras que marcan tu destino. Cuatro letras que te invitan a experimentar un millón de amores distintos—hablaba mientras hacía un gran círculo con sus brazos—Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.