Harry: entonces a qué hora vamos a regresar a la escuela?
Pregunta en el grupo, las clases no comenzaban hasta el segundo turno de la tarde, o sea a las dos y cuarto, o algo así.
Yo: y pq no vamos antes? Así nos pasamos un rato hablando y divirtiéndonos
Propongo.
Tyler: creo que sería lo mejor, tampoco es que tengamos mucho que hacer en la casa hasta las dos
Elena: entonces vamos a la una y media, les parece?
Yo: por mí está perfecto
Harry: por mi igual
Eilean: entonces está decidido
Después de almorzar paso a buscar a Tyler y luego a Jesús y nos vamos juntos en la escuela y nos encontramos con los demás allá
David: oigan y yo?
Había protestado, el vivía tres casas después de Jesús, les hacía camino y no lo habían mencionado en el trencito de recogida.
Tyler: tú vas solo gordo
Por lo que había notado David era algo así como el saco de boxeo del grupo, vivían jodiéndolo y diciéndole cosas, eran muy unidos sin embargo lo trataban un poco diferente de los demás, sobretodo cuando se juntaban Eilean y Tyler, ahí sí se formaba la catástrofe, sin embargo no podía negar que sus comentarios eran muy creativos.
Yo: oigan, y yo con quién voy?
Protesto, no quería regresar sola a la escuela y como era viernes Amber no tenía clases por la tarde, por lo tanto no podría acompañarme.
Tyler: si quieres podemos pasar por tu casa
Ofrece y yo no iba a desaprovechar la oportunidad.
Yo: claro,si no les es molestia
Eilean: claro que no, si nos hace camino, todos pasamos por tu casa
Yo: no se les vaya a olvidar!!!
Lo sé, era intensa, no lo podía negar, pero se supone que era uno de mis encantos, aparte quién me quisiera me tenía que querer, con ese y el resto de mis millones de defectos.
Eilean: claro que no se nos olvida
Ahora voy a almorzar para ir a la escuela;)
Todos nos fuimos a almorzar y a prepararnos para pasar el resto de la tarde juntos. Estaba echando las cosas que necesitaría en mi mochila, solo tendríamos clase de Informática, además de deporte pero para eso no necesitaría cuadernos.
-Racheeeeeeeel-gritan en el portón fuera de mi casa, los chicos habían llegado.
Recojo mi mochila, me pongo el nasobuco y salgo de la casa, ahí estaban, todos llevaban ropa deportiva, al igual que yo, teníamos educación física, no tenía mucho sentido ir en uniforme a la escuela, con excepción de Eilean que no podía hacer esfuerzos por su operación. David también estaba ahí, me preguntaba cómo se las había arreglado para convencerlos finalmente de que pasaran a buscarlo, pero tampoco era un tema muy importante en esos momentos y menos hoy, seguía con la tensión de que pasaría finalmente con Eilean y Carmen, y lo que más me preocupaba, que pasaría conmigo.
Veo que Eilean me mira disimuladamente, no estábamos solos, y aunque sabía que Tyler sabía lo que había entre nosotros había que ser discretos, además de que David era muy chismoso, razones por las cuales Eilean le había contado lo nuestro a Tyler y a David no. Me echo una mirada rápida para comprobar mi aspecto, solo esperaba no tener malas fachas, uno siempre quería ser una puta maravilla a la vista de la persona que le gustaba, y yo no era la excepción. Llevaba unas medias altas porque aún no me las había quitado desde que llegué cuando había cambiado mi uniforme por ropa deportiva, grave error, un grave error, pero ya no podía remediarlo, llevaba una blusa negra corta hasta el ombligo y unos shorts color beige, esperaba que eso compensara mi fallo de las medias.
Comienzo a caminar con los chicos hacia el colegio, todos íbamos hablando y riéndonos de cualquier cosa, conversaciones triviales entre adolescentes, hasta que a Tyler le dió por montarse en su bicicleta que hasta ahora solo llevaba en las manos porque todos los demás estábamos caminando y comenzó a correr lo más rápido que podía en ella, a David también le dió por hacer carrerillas para ver si podía llegar antes que el rubio al colegio corriendo, sí que tenían energía esos dos. Ahora, inevitablemente con el arrebato de ambos Eilean y yo nos habíamos quedado solos y aún no tenía definido si eso era bueno o malo. Ambos nos reíamos de lo gracioso que se veía David al correr, sus tetillas rebotaban como una pelota lanzada al suelo y le quitaba la seriedad a su carrera que él se había tomado muy a pecho, como un objetivo personal o algo así.
Todo iba bien hasta que sentí unas manos sobre mis hombros, Eilean había tomado la iniciativa de abrazarme mientras caminábamos, lo cuál me gustaba, pero al mismo tiempo me ponía demasiado nerviosa, tanto que había olvidado como caminar y sentía que con cada torpe paso que daba solo estaba haciendo aún más el ridículo.
-Eilean que los chicos están delante-le digo intentando calmar mi voz.
-Ellos están en lo suyo, no ven nada-intenta tranquilizarme, pero el mayor de mis miedos no era que los chicos vieran las manos de Eilean sobre mis hombros, mi preocupación era mi propio nerviosismo y lo rígida que me había puesto por causa de ellos.
El trigueño puso su mano libre sobre la parte izquierda de mi pecho.
-¡Oye!-me quejo, ya el chico se estaba pasando, quería matarme de un infarto al parecer.
-Solo estaba comprobando si te ponías nerviosa-dice riendo, parecía que tenía un dominio total de la situación y yo deseaba tanto poder actuar tan natural como lo hacía él y tener esa seguridad en mi misma que él desprendía.
Pero también había entendido su frase, hace unos días, cuando le decía lo nerviosa que me había puesto cuando lo había visto aparecer en la escuela o como se me quería explotar el corazón cuando se ponía a mi lado porque fingía estar viendo el video de aquel niño tan gracioso y dramático que veíamos Elena, Sofía y yo, sabía perfectamente que él solo estaba ahí para estar más cerca de mi, así como yo sabía las ganas que él tenía de besarme cuando acercaba su cabeza más de lo necesario a la mía, a pesar de que tenía una visión perfecta desde donde estaba antes, al parecer le gustaba sentir nuestras respiraciones tan cercanas, pero sin poder chocar entre ellas, todo por el nasobuco que impedía que ambas chocaran y se fundieran en una sola, así como nosotros deseábamos hacer con nuestros labios, la cosa fue que me dijo que la próxima vez que nos viéramos y estuviéramos a solas me pondría una mano en el pecho para ver si era verdad que mi corazón se aceleraba como decía.
Editado: 14.08.2021