Como Invocar A Un Tritón

III: Burbujas

20 de marzo.

Ah, por poco había olvidado que hoy es un día de lo más mierda posible, y se conmemora la culpa que no me deja respirar. Una de las tantas razones por las que quise dejarlo todo.

Se que es un error, pero visité al pez con la esperanza de ser consolado una vez más.

Estaba en la orilla haciendo aquella especie de "Ritual mágico " para llamarlo. Sin embargo, no venía. Tras unos minutos la inseguridad se apoderó de mi, y Decidí marcharme, arrepentido de confiar tanto en él.

Cuando me retiraba unas manos me jalado a él mar, cerré mis ojos, esperando la zambullida, pero esta no llegó. El tritón me estaba sosteniendo.

Me retiré de sus manos, algo molesto y le dirigí una mirada que indicaba mis sentimientos

-Siento llegar tarde -Juntó ambas manos y las colocó en medio de su cabeza -¿Esperaste mucho?

-No.

-¿Estás molesto?

-Si

-Lo siento

-Deja de disculparte

-De acuerdo

No. No era su culpa, el sólo quería apoyarme y me estaba comportando como todo un cretino, caí en cuenta de eso cuando lo vi llevarse la mano a la boca con preocupación en sus ojos con estampado de burbujas

-Creo que... ¡Ah! Soy un idiota, lo siento

-No digas eso, humano. ¿Estás bien? Te noto algo Azul

-No sé de qué estás hablando, yo siempre estoy "Azul"

-No lo creo, ¡Vamos! Ayer no estabas así, ¿Que ocurre? Puedes decirme... Claro, si quieres

Di un largo suspiro, llenándome de valor para contarle mis traumas, o al menos, uno de ellos -Hoy es un día horrible para mí

-¿Por qué?

-Es el aniversario de la muerte de mis padres

-Yo...

-Esta bien, no es tan importante

-Si te afecta lo es. ¿Quieres parar?

-No, estoy bien. Creo. A decir verdad no tengo el derecho a estar bien, no al menos este día

-Todos tenemos derecho a ser felices

-Yo no, ¡Soy un monstruo!

-No se que haya pasado, y se que apenas te conozco, pero puedo decir con seguridad que no lo eres.

-Ja -Me burlé -Veamos si sigues pensando eso después de que te diga como maté a mis propios padres; Era pequeño, pero aún así lo recuerdo. Amaba todo, la vida era buena. Sin embargo la felicidad no dura para siempre y eso es algo que comprobamos al crecer. En fin, ¿Aún quieres escuchar el resto?

-Solo si quieres contarme

-Ese día había sacado muy buenas notas, a parte era mi cumpleaños, así que les pedí ir a la playa. Ellos me dijeron que no y me molesté, hice un berrinche horrible, por lo que les dije "Si no me llevan, iré yo", creo que ya te imaginas el resto. Me metí al mar, pero una ola me arrastró dentro, ellos trataron de sacarme, y lo lograron, pero no pudieron salir.

-Pactli, no es tu culpa, eras muy pequeño, no sabias lo que hacías, todo fue un accidente

-¡Si todo fue un maldito accidente, dime, ¿Por qué todos me tratan como si fuera una mierda?!

Me había quebrado, como suelo hacer. Soy todo un llorón. El trató de tocar mi cabello pero yo me alejé

-No lo eres, no se porque te han tratado mal, pero créeme que no te lo mereces

-Debí morir en su lugar, yo se que eso debió pasar

-Pactli, no, tenias que estar aquí, para mi

-Eventualmente tu también te alejarás, ¿No es así?

-¿Por qué temes algo que no va a pasar? Te lo prometo, todo estará bien. Nunca te dejaré

Sin saber sin creerle o no, asentí. -¿Podemos cambiar el tema?

-Claro, ¿De que quieres hablar?

-Cuéntame más sobre ti

-Claro

El tritón me contó una anécdota familiar y algunos datos interesantes sobre su especie. Al parecer ser el heredero al trono le había traído bastantes problemas con sus hermanos, supongo que las cosas no son tan fáciles como pensaba. Pasamos un rato en la arena, platicando, incluso se me durmieron las piernas, pero no le comenté nada al pez.

Cuando fue hora de irme, el tritón se despidió amablemente y prometió venir al otro día. Yo confiaba en que lo haría, siempre lo hacía.

Una vez llegué a casa me llegó un mensaje de mi profesora de biología preguntándome si estaba bien, dado que había faltado mucho a clases últimamente. La dejé en visto. No estaba acostumbrado a que se preocuparan tanto por mi, y de cierta manera me estresaba.

Estaba pensando en el suelo acerca de que excusa iba a ponerle, cuando se me ocurrió girar a la derecha. Ahí estaba. La última foto que tenía de mis padres, Cristal y Alan. Fue lo único que mi primo me dejó llevarme, pues dijo que tenía "mi asquerosa esencia". De pronto un recuerdo se hizo presente en mi memoria, el día que les pregunté acerca de mi nombre.




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