El día importante por el que veníamos a este lugar había llegado, por lo que debíamos de ir formales y con una opinión bastante detallada de la estructura académica de nuestra escuela.
Fue bastante ajetreado este día, inclusive sin poder tener una conversación con Paora. Después de todo lo que había pasado el día anterior, debíamos de hablar sobre lo ocurrido. Pese a las nulas palabras, pude percatarme de como lucia ella. En mi opinión, ella se veía hermosa, algo que nunca he dicho en voz alta; sin embargo, no podía evitar pensar en eso. Siempre luce hermosa, sin importar el atuendo que lleve puesto.
Luego de un par de horas escuchando a desconocidos decidieron dar por terminado el evento, algo bastante bueno, se sentía como si hubiéramos pasado una eternidad permaneciendo en nuestros asientos. Viviendo cada segundo como si se multiplicaran y no tuvieran fin. Al revisar las horas nos percatamos del motivo por el que nos sentíamos cansados. Estábamos tan inmersos en las conferencias que ni siquiera revisábamos la hora, para nuestra mala suerte había terminado demasiado tarde, algo que ni la encargada del consejo se había percatado. Por lo que debíamos cenar algo.
Mientras nos dirigíamos de regreso al hotel Paora se acercó a mí mientras todos caminábamos. Creía que diría algo relacionado con lo de ayer, pero nuestra plática se centró en como nos había ido a los dos en el evento. Por mi parte había sido algo complicado, pero bastante entretenido, para ella había sido bastante fácil, inclusive ayudo a los demás, un gesto bastante amable de su parte.
Mientras avanzábamos no podía evitar pensar en el beso de ayer, por lo que me sentía nervioso al estar junto a ella. Era una sensación bastante parecía a las que experimentaba al estar junto a ella en momentos embarazosos, pero con la diferencia de las circunstancias que lo originaban.
La situación me recordaba a la experiencia que habíamos vivido ella y yo hace tiempo, aquel acercamiento que por poco terminaba en un beso, tenerla tan cerca de mí creaba esa sensación, pero esta vez era diferente, no solo había concluido en un beso, sino que en este momento estaba junto a ella, como si aquella cosa no hubiera sucedido.
Durante varios minutos noté que Paora me veía de reojo, por alguna extraña razón, no decía nada, tan solo había un largo contacto visual. Después de analizarlo por un tiempo me di cuenta de lo que pasaba, ella intentaba que nos tomáramos de las manos, ya que movía su mano cerca de la mía, intentando un contacto entre las dos.
Con este dato evité el contacto visual, por la simple razón de sentirme nervioso a eso, tomarnos de las manos me parecía una buena idea, pero una vez más los nervios evitaban que diera ese paso. No solo yo quería eso, sino que se notaba el interés de ella porque sucederá eso, inclusive dos chicas del consejo se percataron de que estábamos juntos.
Pensé que harían un escándalo o algo parecido, pero tan solo se limitaban a ver la situación disimuladamente, algo que me ponía aún más nervioso. Ellas al percatarse de las intenciones de Paora solo me miraban, en pocas palabras, dándome a entender que debía hacerlo, tener esa iniciativa que ella probablemente por miedo no quería tomar.
Tome la decisión de hacerlo, lentamente y de una manera discreta tome su mano, la reacción de ella fue diferente a la que esperaba. Se avergonzó de eso, aunque su expresión asemejaba un tipo de agrado a eso. Su manera de responder a la acción que hecho fue sujetar con fuerza y delicadez mi mano, entrelazando nuestros dedos.
Las chicas al ver eso quedaron maravilladas con el resultado, con una expresión de encantadas, inclusive sin darnos cuenta tomaron una foto, pero para su mala suerte tenían el flash, por lo que nos dimos cuenta y terminamos avergonzados los dos, sin siquiera vernos a los ojos, tan solo tomándolos de las manos de una manera bastante linda a mi parecer.
Todo esto duro un buen rato, hasta que llegamos al hotel, así que en ese momento nos tuvimos que separar, ya que debíamos ponernos ropa cómoda para cenar algo en los comedores del hotel.
Al final no hubo algo más que comentar en lo que resto del día, era demasiado tarde, por lo que después de cenar tuvimos que ir a descansar, ya que había sido un día bastante cansado.
A la mañana siguiente era hora de empacar, puesto que debíamos regresar a la ciudad. El motivo por este cambio de planes era que las conferencias se habían cancelado y no solo eso, sino que los juegos deportivos serían al día siguiente y tendríamos que estar para encargarnos de nuestros respectivos trabajos en el consejo estudiantil. Deseaba que el viaje durara mucho más tiempo y poder estar más tiempo junto a Paora.
Sin tardarnos tanto, nos dirigimos a la escuela.
Una vez más me tocaba compartir lugar con Paora, solo que esta vez se volvería a quedar dormida aún más rápido que la vez anterior; sin embargo, lo único diferente era el interés por tomarnos de las manos, a lo que no puse objeción. Pese a sentirme nervioso con eso, lo dejé pasar, al final ella no era la única que quería tomar la mano del otro.
Durante la noche anterior no logre congeniar el sueño, así que decidí descansar en el viaje y poder recuperar energía. Mientras dormíamos, pasamos infinidad de baches y topes que generaban bruscos movimientos del autobús; si bien, a pesar de eso, nuestro sueño pesado nos impidió darnos cuenta de la posición en la que habíamos quedado.
Después de cuatro horas llegamos a la escuela, esta vez no se había sentido eterno el viaje, incluso mientras nos llamaban para despertar me costaba abrir los ojos y solo llegaba a sentir el inmenso frío que hacía. Al abrirlos me percaté de algo, no solo estábamos tapados Paora y yo con su manta, sino que habíamos dormido bastante juntos y casi abrazados.
Pronto, Paora despertó y se percató de eso, a lo que respondió levantándose rápidamente y fingiendo que no había sucedido. Los dos salimos avergonzados del autobús.
Editado: 25.03.2024