Cómo puedo amarte

Capítulo 17.1: Flashback

Todo comenzó hace bastante tiempo, un martes por la mañana, durante los primeros meses de la escuela, específicamente en noviembre. 

(Algo que recalcar sería que en ese tiempo todavía no lograba tener una amistad en concreto con Haruo, incluso la fiesta a la que habíamos asistido en el primer año había sido en octubre)

El día lucia bastante normal a mi parecer, pero con la ligera diferencia de mi presencia en la escuela a tan solo 1 hora y media de que iniciaran las clases.

Debido a un error de mi despertador, imagine que llegaría bastante tarde, pero para mi sorpresa había sido todo lo contrario; sin embargo, sería de utilidad este tiempo para descansar un rato en mi asiento sin ser molestado.

Mientras me dirigía hacia mi asiento, note la presencia de una chica. Nunca la había visto, era bastante linda, pero me sorprendía su presencia, ya que no esperaba ver a compañeros a tan temprana hora

Tan solo se encontraba sentada en su silla, sin siquiera moverse demasiado.

Pese a sentirse incómodo, ignoré todo y me dispuse a terminar la tarea del día pasado. Había olvidado por completo eso, lo que significaba que mi descanso se postergaría por el momento. De un momento para otro la calma del salón se esfumaría por un instante. Al salón entraron dos tipos bastante raros, lucían ser de último año, pero lo que había llamado la atención fue la intención de ellos por aquella chica. Se habían dirigido prácticamente en donde ella estaba sentada.

No perdieron el tiempo; básicamente, fueron al grano con ella. Durante un rato la incomodaron, intentando lograr que ella saliera con alguno de ellos, aunque sus intentos no servían de mucho, ella los rechazaba, a pesar de eso seguían insistiendo, pero esta vez habían aumentado su insistencia. Mientras pasaba más tiempo ella lucia bastante incómoda y con miedo. No solo era la circunstancia, sino que los chicos eran demasiado molestos a mi parecer.

Actualmente, no cuento con la experiencia de hablar con una chica como para saber como percibir su sentir en ese momento, pero es bastante obvio darse cuenta de la situación.

Llegue a un límite, el cual ni siquier sabía que tenía, así que decidí ayudarla, aunque corría el riesgo de salir perjudicado en esto. En el preciso instante en el que me acerque a ellos sentí la fuerza de alguien jalándome de una manera bastante brusca; era ella, pero lo que más me había sorprendido fueron sus palabras en ese momento.

─ Lo siento ─

─  Pero ya tengo novio ─ 

Quede bastante sorprendido, no solo yo, también los tipos. Incluso, su gran naturalidad para hacerlos creer en la mentira me sorprendía, la expresión de su rostro solo asemejaba una gran sonrisa. Sin duda, merece estar en clases de actuación.

Su solución había sido mentir, había quedado bastante claro en el momento que me acerco junto a ella, algo que incluso me hizo sentir un poco nervioso; sin embargo, no era momento para pensar en eso, ahora era mi turno de seguirle la corriente y alejar a esos tipos de una vez por todas.

─ Hola cariño─

Sin duda se notó bastante mi nerviosismo y mi falta de convencimiento al actuar.

─  ¿Necesitan ayuda en algo? ─  Automáticamente al escuchar aquellas palabras, los tipos decidieron inventar una excusa demasiado tonta para zafarse de la situación que ellos mismos provocaron con tanto insistir.

Al parecer hoy no fue su día de suerte para conseguir una cita.

─ Muchas gracias ─ Por ayudarme con ellos ─

Se notaba bastante sonrojada y avergonzada, hasta que después de unos segundos comprendí que le había dicho Cariño, sin siquiera conocernos me tome el atrevimiento de usar esa palabra, la cual era la primera vez que decía.

Debía disculparme.

─ Siento verte llamado de esa forma ─ 

─ fue la única opción que pensé para poder seguirte la corriente al mentir ─ 

Ante todo saber admitir los errores propios de uno.

─ Descuida, no hay problema ─

─  Entiendo que fue para poder ayudarme con esos tipos ─ Es solo que… ─ 

─  Nunca nadie me había llamado así ─

Ahora, incluso mucho más que antes me sentía más nervioso, sin conocer su nombre, la había llamado así, hasta ser la primera persona que le diría así.

Ella al ver mi reacción intento retractarse y hacer que no me sintiera así, poniendo una cara bastante adorable.

Tan solo quedo reírnos por lo sucedido, ambos nos sentíamos igual de nerviosos, pero al cabo de un rato ese cambio. Durante varios minutos estuvimos conversando de cosas sin sentido, incluso, sin conocernos demasiado, entablamos una amistad.

Aquella hora y media había transcurrido y se sentía como hubieran pasado solo 30 minutos. Después de eso cada uno se fue por su lado, pero sin antes despedirnos y haber podido hacer más o menos una amiga.

─ Gracias por todo, Itta Hikari ─

En ese preciso instante me sorprendí. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Sabe quién soy?

Por cosas del destino, Haruo nos presentó formalmente, recordando que nos habíamos visto en la fiesta de meses antes. Un dato que ninguno de los dos recordaba, o por lo menos yo sí. Tan solo con la mirada supimos lo que haríamos, actuamos como si no nos conociéramos y hacer como si fuera la primera vez que hablábamos.

Después de eso seguimos mejorando nuestra amistad, hasta el día de hoy sigue existiendo.

En el fondo sé que cabe la posibilidad de que ella en realidad sí me haya recordado de la fiesta, solo que nunca lo menciono, de ahí la razón por la que conocía mi nombre aquel día.

Esta vez me tocaba ayudarla una vez más, la cuestión sería ¿Cómo? Y ¿de qué manera?

No soy bueno con las palabras, pero hacer mi mejor esfuerzo. Después de correr por unos minutos logré alcanzarla en uno de los salones de la escuela.

Tan solo se sentó en una silla al frente. Sentí un enorme déjà vu al estar en este salón.

Dirigió su mirada hacia mí y nos vimos a los ojos. Entre lágrimas dijo…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.