Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

7. Nina

Publicado Originalmente: 7 de febrero del 2021

Espero que les guste el capitulo. 

****

—Llegas terriblemente tarde —murmuró Nina en voz baja tan pronto vio a Fabrizio entrar al cuarto. 

Fabrizio guardó silencio.  No estaba seguro que decirle a Nina.  Sus palabras sonaron con mucho resentimiento y es que ese día habían discutido.  Jamás imaginó que Nina terminaría en el hospital.

—Yo… intenté apresurarme lo más que pude.  El tráfico era terrible.  ¿Qué fue lo que sucedió?  ¿Quién es esa persona a la que fuiste a ver?  No entiendo cómo es que has terminado en medio de un tiroteo.

Nina suspiró y abrió los ojos sentándose con cuidado en la camilla. 

—Son muchas preguntas y ahora solo quiero llegar a la casa y descansar.  Ha sido un día terriblemente largo y agotador.  El hospital quiere convertirse en mi mejor amigo, parece. 

—¿De qué estás hablando? —preguntó Fabrizio sin comprender. 

Nina no respondió, la puerta de la habitación se abrió y entró su tío el Sr. Miller, hermano de su madre. 

—¿Cómo te sientes, sobrina? —preguntó mientras revisaba su temperatura y se aseguraba de que realmente pudiera darle de alta. 

—Estoy cansada, tío.  No me gusta estar aquí —respondió en voz baja.  Sabía que Fabrizio estaba a su lado.  No hubiera querido que fuera al hospital, pero Alexa debía irse a resolver un problema de su trabajo y no podía quedarse. 

—Cariño, a mí tampoco me gusta que estés aquí.  Lo que sucedió hoy es inaceptable. ¿Segura que no quieres que hable con tu hermano? 

Nina de inmediato negó.  Hablar con su hermano o en todo caso su abuelo sería horrible.  Significaba preocuparlos, montar un lío por nada.  Ya que en sus manos no podía hacer nada.  Fabrizio se sentía terriblemente perdido ante la situación.  Se frotó la frente fastidiado.  Porque sentía que se estaba perdiendo de algo en esa conversación.

—Tío, el abuelo no está bien de salud.  Si le decimos a mi hermano que intentaron matarme, va a volverse loco y le dirá al abuelo.  Por favor, mantengamos el secreto lo más que se pueda. 

—Lo intentaremos, pero si algo como esto vuelve a suceder.  El voto de silencio se acabará.  Fabrizio, lamento no haber saludado antes.  Me alegro de verte.  Mi sobrina ahora necesita descanso real.  No podrá ir al trabajo al menos por 4 días.  A lo que sus heridas se recuperan.  ¿Podrías intentar convencerla de que no se escape?

Fabrizio sonrió y asintió.

—Es algo que podemos hacer, Sr. Miller —respondió de acuerdo. 

—Aquí se encuentran los documentos del alta ya listos.  Cuídate y cualquier cosa me dejas saber, ¿de acuerdo?

Nina asintió y se levantó de la camilla con la ayuda de Fabrizio. 

—Adiós, tío —le dijo abrazándolo.

—Dile al menos a tu hermano lo que está pasando —le sugirió el hombre realmente preocupado.

—Lo pensaré, lo prometo —le aseguró, aunque sabía que no iría a hablar con su hermano.  La conocía como para saber que Nina había alzado su escudo. 

Durante el camino Nina no quiso decirle nada a Fabrizio.  Por más que él preguntaba e intentaba indagar en lo que sucedió, ella se negó a responder.  Al final terminó enojado y sin insistir. 

Nina solo deseaba asimilar lo que estaba pasando.  Lograr ver como decir todo sin revelar que alguien quiere hacerle daño.  Para todo eso, Fabrizio solo cree que ella estaba en Vismith de casualidad y se vio en medio de ese tiroteo.  Aunque la realidad fuese otra. 

Fabrizio al menos dejó de presionar y eso la alivió.  Porque no estaba lista para hablar.

Al llegar a la casa Nina se disculpó y le dijo que se daría un baño.  Luego le aseguró de que hablarían con calma.  Fabrizio beso su mejilla y la dejó marcharse sintiéndose inseguro.  Fue a la cocina y le preparó algo ligero para que le cayera bien al estómago. 

Su celular timbró y fue a revisarlo. Tragó en seco al leerlo.

«Recuerda: mañana adiestramiento. Espero que aceptes ser mi compañero» dijo Jane y luego acompañó el mensaje con emoticonos felices. Fabrizio se golpeó la frente con el celular. Mantener a Jane lejos, era algo complicado. 

Porque nada de lo que hacía funcionaba.

Nina al poco rato llegó hasta la cocina y se sentó en el taburete.

—Hay algo que no te he dicho, Fabrizio.  Y tiene mucho que ver con lo que sucedió hoy —comenzó diciendo Nina llamando su atención.  

—Solo quiero que confíes en mí y me cuentes lo que está pasando —pidió Fabrizio en súplica.  Estaba frente a ella en la encimera.  Sus ojos se cristalizaron y Fabrizio cogió sus manos acercándolas a su pecho—. Confía en mí, por favor.

—Llevo recibiendo anónimos raros desde hace varios días.  Eran escritos a mano con una letra perfecta.  Y hoy alguien me siguió hasta el cementerio, dejándome un nuevo sobre.  Pensé que no era importante, pensé que solo era alguien jugando.  Pero entonces vino el primer intento de asesinato. 

—¿De qué estás hablando? —no pudo evitar soltar a Fabrizio.  Nina comenzó a sollozar.



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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