Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

30. Nina

Publicado Originalmente: 25 de septiembre de 2021

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«Esta se clavó en su abdomen cuando la acercó a su cuerpo.»

Nina se encontraba investigando la habitación desde que se dio cuenta que iban a terminar muertas si no hacían nada. En esos días que llevaban encerradas ya no podía recordar ni en qué día de la semana estaban ubicadas. La hermana de Georgina o alguno de sus empleados se la pasaban drogándola la mayor parte del tiempo.

Lo poco que había logrado escuchar de una conversación que tuvieron afuera, fue que al parecer Mina no estaba siendo ubicada. Lo cual era extraño porque la rutina de su trilliza #2 era predecible. Agradeció que tuvieran esos problemas, porque entonces eso garantizaba que Lina y ella podrían estar vivas más tiempo. Con suerte y su familia, cualquiera de las dos, ya se hubiera dado cuenta de que era una desaparición y no otro secuestro.

—Si sabes que no encontraras nada, ¿verdad? —preguntó Lina entre sus sueños. Las drogas le pegaban más fuerte a ella que a su hermana. Aunque a Lina la dejaban con mucho sueño. Sacudió la cabeza intentando despejarse.

—Algo debo de hacer. Luego me drogan y soy inútil —le respondió.

Lo único claro en esa cabaña era una ventana que tenía vista a un antiguo camino lleno de piedras, pero que estaba descuidado. Nina sentía que esas Cabañas fueron antes alguna especie de hostal o algo parecido. Fueron abandonas hasta el punto de que de seguro nadie sabe que existen aún.

«El lugar perfecto para esconder a personas secuestradas» pensó Nina tragando saliva.

Las opciones eran tan pocas. Incluso había intentado golpear las paredes para lograr a ver si se habría un boquete. Pero eso solo pasaban en las películas. Terminó con un gran moretón en el hombro. A pesar de todo, esas cabañas si que fueron construidas por expertos.

En lo único que estaba pensando era en romper la ventana. Quizás un ruido de ese estruendo atraería a las personas o en su defecto a los malos.

«Puede ser incluso peor» pensó mientras volvía a sentarse.

No sabía si estaban aun en Roseville o en algún otro pueblo. Se sentía muy cansada con todo lo que estaba pasando. A Lina la habían obligado a notificarle a alguien de que estaba bien. Para no levantar sospechas. No le dijo a quien le había escrito hasta después de que se aseguraron de que estaba sola.

No se sorprendió al escucharla decir que le había escrito a Jeremy en clave. Hablaba de él también con amor. No entendía en qué situación estaba Lina con los hermanos Moore. Solo esperaba que Jeremy realmente supiera entender el mensaje.

Cerró los ojos sintiendo como la pesadez regresaba a su sistema. Sus ganas de llorar cada vez crecían más.

—Estoy segura de que Jeremy se dará cuenta de que algo pasa y llamará a papa —le había dicho Lina.

—¿Estás segura? Bien puede pensar que amaneciste con el pie izquierdo —le había respondido escéptica. En ese momento simplemente tenía ganas de no pensar en nada.

—Aunque no lo creas, Jeremy y yo somos buenos amigos —espetó su trilliza.

Nina la miró por corto tiempo antes de sacudir su cabeza y regresar a sus pensamientos.

Desde entonces no habían recibido ninguna visita por parte de Lydia.

A esas alturas sus esperanzas comenzaban a desaparecer.

«¿Y si lograban atrapar a Mina?»

«¿Y si las mataban antes de poder escapar?»

Esa gente estaba realmente loca. La culpaban de cosas que ni siquiera estaban en sus manos.

«¿Como es posible que ella hiciera las cosas apropósito si cuando era un bebe ella la secuestro?»

Comenzaba a agobiarse y realmente tenía miedo de que no pudieran escapar. Volvió a cerrar los ojos dejando que el somnífero hiciera su efecto de forma lenta. No deseaba seguir sumergida en sus pensamientos recordando cosas que no la ayudaban.

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Sentía su cuerpo muy cansado cuando sintió el filo de una navaja acariciando su mejilla. A pesar del dolor que estaba sintiendo en su cuerpo abrió los ojos de forma precipitada. Le costaba reconocer el rostro que estaba muy cerca de ella.

Nina sintió el aire pesado al reconocerlo. La sonrisa que le dio le hizo sentir escalofríos.

—Hola, Nina, ¿sorprendida? —sus palabras la dejaron atónita.

Los ojos oscuros de Martin la recibieron con una sonrisa sádica y se percató que el cuerpo de Lina estaba sobre el sofá. ¿La habría movido hasta allí o ella se levantó antes? No pudo evitar sentir miedo.

—¿Martin? —dijo sin dar créditos a lo que veía. Sus lágrimas simplemente escaparon—.

¿Porque te has prestado a esto? ¡Yo nunca te he hecho nada! —gritó mientras se alejaba de él.

Martin le volvió a sonreír como si nada estuviera pasando. Se volvió a acercar a ella. Nina se pegó aún más a la pared por instinto. Su cuerpo estaba temblando y sentía el miedo crecer. Ver a Lina realmente durmiendo y fuera de su esquina le provocó un miedo atroz de que pudieran haberle hecho algo mientras ella estaba inconsciente.

—¿Crees que no me has hecho nada? —preguntó mientras se acercaba a ella—. Mi familia esta destruida por tu culpa, Nina.



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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