cómplices "un amor aprueba de balas"

Capitulo 5

Casi una semana más paso desde que Jack estuvo en mi casa, busqué la manera de mantener mis pensamientos en control mientras esperaba respuestas, pero la paciencia en cuanto al temase me volvía nula, así que en vista de que Jack no ha regresado al bar tuve que conseguir su número telefónico para ponerme en contacto con él, afortunadamente el administrador me lo suministro después de algo de insistencia ya que al principio estuvo renuente.

Mi corazón latía de manera sobrenatural mientras escuchaba el timbre al otro lado de la línea, entonces se detuvo de golpe cuando escuché su voz, esa que me estaba revolcando el alma sin darme cuenta.

-si diga. -contesto seco.

-hola Jack soy yo, Amelia… -dije al fin con timidez.

-claro que eres tú, reconocería esa voz a kilómetros. –respondió divertido bueno eso indicaban que estaba de buen humor. –pero cuéntame ¿en qué puedo ayudarte? –preguntó tranquilo.

-necesito hablar contigo. –solté rápidamente. -¿podemos vernos?

-sí… -respondió después de un largo silencio. –te recojo en casa en una hora. –dijo luego de suspirar resignado, parecía que me quería evadir pero no lo lograría tan fácil.

Efectivamente una hora y diez minutos más tarde esta su auto aparcada fuera de mi casa, no escomo si hubiese contado los segundos hasta su llegada, bueno en realidad sí, pero tenía mucha ansiedad, luego de subir a su auto cruzamos tal vez un par de palabras sin sentido, los dos estábamos evidentemente incómodos.

-y bien… ¿A dónde quieres ir? –preguntó después de un rato dando vueltas sin rumbo.

-mira, iré al grano Jack, así que puedes aparcar aquí por mí no hay problema. –dije seriamente, al mal paso darle prisa, parece que mis palabras fueron contundentes por qué se detuvo un par de calles más adelante.

-¿Qué quieres saber? –preguntó en un tono misterioso. –se que estuvo mal, muy mal de aquella noche pero ya te dije que…

-¿tuviste algo que ver con lo que le paso a Mario? –pregunté al fin.

El silencio se apodero del auto, el ambiente se puso tan pesado que casi se podía ver, Jack solo miraba por la ventana apretando el volante fuertemente.

-si Amelia. –contestó al fin. –yo fui quien golpeó a ese idiota y déjame decirte que no te lo conté no porque me arrepienta de hacerlo ya que lo volvería hacer de ser el caso, sino porque no quería ponerte en esta situación. –terminó diciendo y ahora la que no sabía cómo responder era yo.

-pero… ¿Por qué hiciste eso? No entiendo nada Jack. –espeté irritada.

-mira, supe que Mario había llegado al bar donde estabas esa noche, según lo que me dijeron tenía planeado llegar para volverte a acosar, entonces solo no pude hacerme a un lado. –explicó encogiéndose de hombros.

-¿Cómo supiste tu a donde iría? Es más ¿Cómo sabia que Mario estaba cerca de mí? –entre mas lo escuchaba menos sentido tenía todo.

-Amelia esto es más difícil de lo que parece, solo espero que mantengas la mente abierta antes de hacer conjeturas por favor. –pidió como si me fuese a confesar un crimen. –me enteré porque… puse a dos de mis hombres a cuidarte todo el tiempo sin que te dieras cuenta, así que ellos me alertaron de que Mario te estaba siguiendo, Amelia solo quiero que entiendas que solo lo hice para protegerte y no pude mantenerme a raya después de ver que este bastardo te acosaba. –sus ojos mi indicaban una devoción que no sabía cómo explicar. –dime algo por favor, grítame, golpéame pero por favor no me veas de ese modo porque me voy a volver loco. –suplicó al ver que yo no pronunciaba palabra.

-esto es… demasiado para mi Jack, ¿Quién eres? Me asusta. –dije al fin y expresión fue de dolor.

-no me digas eso Amelia, jamás haría nada para dañarte, tu eres el ser más puro que conozco hasta el momento. –aseguró intentando acercase pero lo esquivé de inmediato. –se que estas confundida, se que quieres mas respuestas, pero aunque quiera dártelas no puedo. –dijo apretando los puños impaciente.

-¿sabes que Jack? No quiero volver a saber nada mas de esto, nuestra relación debe ser solo profesional, así que te pido que te mantengas alejada de mi vida personal, es lo mejor. –espeté antes de bajarme del auto, entonces escuché mi nombre mientras cerraba la puerta pero lo ignoré caminando a paso rápido por las calles.

Mientras caminaba hacia mi casa las ideas se arremolinaban en mi cabeza, tenía un nudo en la garganta que me impedía respirar, no comprendía como Jack había llegado a eso, tal vez había estado con un sicópata todo este tiempo sin darme cuenta, pero lo peor es que aunque mi boca le pidió que se alejara cada partícula de mi quería estar cerca de él, quería golpearme por pensar así, ese hombre está loco, me decía intentado convencerme pero lo cierto era que no lograba sacarlo de mi cabeza.




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