Aproximadamente dos semanas después de entrenamientos aun siento que me han molido a golpes con un bate, Jack tenía razón en cuanto al hielo, la primera vez fue tortuoso pensé que mis huesos se quebrarían, pero al pasar los días se siente bien y sí que ha mejorado el dolor muscular, este hombre parece que en vez de ayudarme quiere acabar conmigo pero no pienso dar mi brazo a torcer tan fácilmente, aunque para ser sincera he estado a punto de tirar la toalla cuando Jack me prepara los dichosos batidos proteínicos, son un asco, no sé que contienen pero no quiero saberlo tampoco, saben a bolsa de basura, sin embargo el espejo me confirma que va rindiendo frutos, ahora me levanto muy temprano para evitar ser bañada por Jack, él disfruta demasiado y no pienso permitírselo, no hemos tenido noticias del Alquimista, no sé si eso sea del todo bueno, ya que Becca dice que jamás desiste de un objetivo y dudo que lo haga conmigo, Jack se ausenta a veces, no me dice a donde va, pero he notado sus nudillos maltratados en ocasiones así que supongo que no juega ajedrez al salir de aquí.
Por otro lado he hablado solo una vez con Linda, ella me asegura que se encuentra bien, Julian se encarga de que se sienta como una princesa así que estoy tranquila por ella, en cuanto a mamá se que está de vacaciones con su esposo en un reserva natural en el Amazonas, por lo que no están permitidos artefactos tecnológicos incluyendo celulares así que hasta el momento las cosas juegan a mi favor.
-hola ¿te pasa algo? –pregunta curioso Jack sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué? Discúlpame ¿decías algo? –dije porque no comprendía que me decía.
-Amelia, sé que nada de esto es fácil, pero todo está bien por el momento, no puedo asegurarte que así será siempre, lo cierto es que hasta que no atrape a ese maldito que te busca por mi culpa no estarás del todo a salvo. –sus ojos arden al hablar de ese hombre.
-gracias Jack, has tenido toda la paciencia necesaria conmigo. –agradezco sincera.
-debo admitir que no ha sido fácil, tienes un don nato para sacarme de mis casillas, pero haría lo que fuera por ti Amelia. –dice cambiando su tono tosco al más tierno que escuche. –bueno pero ahora vamos, hoy empiezas tu entrenamiento de verdad. –dice el fin queriendo sonar profesional.
-pensé que ya lo estábamos haciendo. –exclamo aterrada.
-no cariño, eso era calentamiento y un poco de condicionamiento físico pero es solo el principio ¿vienes? –dice saliendo del lugar sin darme oportunidad de quejarme.
Dudo un instante y después lo sigo, pero siento un frio recorrer mi espina cuando noto que nos dirigimos a la jaula pero lo peor es que esta Becca esperándonos.
-bueno Amelia, mi trabajo hasta el momento ha terminado, ahora quedas en manos de Becca. –dice Jack y Becca sonríe por lo bajo.
-pero… creí que tú me ibas a entrenar, no comprendo. –digo sin poder ocultar el miedo al recordar el último encuentro.
-¡tranquila princesita! antes querías que yo lo hiciera y dijiste que no ibas a huir por un par de golpes o ¿cambiaste de opinión? –pregunta con sarcasmo.
-no la molestes Becca ya hablamos de esto. –le reclama Jack fulminándola con la mirada. –mira Amelia hice la parte fácil pero para lo que viene debe hacerlo alguien que no se involucre contigo sentimentalmente, se debe hacer esto sin contemplaciones y lo cierto es que jamás sería capaz de causarte cualquier tipo de dolor, pero tú lo pediste, así que Becca es la persona indicada para esto. –termina diciendo pero logro comprender lo que intenta, quiere amedrentarme para que desista, es bueno en lo que hace definitivamente pero no lo va conseguir esta vez.
-está bien, no tengo ningún problema con eso ¿empezamos? –me dirijo a Becca.
-pero por supuesto nena. –responde ella muy divertida.
-entonces… las dejo en lo suyo. –interrumpe Jack al parecer decepcionado de que su plan haya fallado.
-ve con cuidado cariño yo me encargare de tu chica. –murmura Becca sonriendo malévola.
¿Estás loca verdad? Pero dale chica, solo no te quejes cuando te rompan los huesos, me advierte la voz de mi conciencia a la que intento ignorar, para esto no necesito conciencia.
-bueno nena volvemos a lo de antes, defensa personal, quiero que sepas que soy tan insistente en este tema porque veo que ni siquiera intentas defenderte y no lo haces por miedo a fallar, lo haces por miedo a lastimar a alguien, lo primero que debes comprender que esto se trata de supervivencia, es tu vida o la de tu atacante, no siempre es tan extremo pero debes verlo de ese modo siempre. –explica Becca mientras me lanza unos guantes sin dedos. –dicho esto quiero que te mentalices en que debes usar todo lo que este a tu alcance para salvarte de mí, que en este caso voy a ser tu atacante, puedes usar puños, codos, rodillas hasta dientes si te parece conveniente, pero… quiero que aprendas algo, toda persona tiene un punto débil así que debes analizar mis movimientos y comportamiento hasta que lo descubras, luego esmérate en volverlo más débil ¿entendiste? –pregunta y asiento con la cabeza por miedo a que mi voz falle. –tienes que aprender a usar tus reflejos contra ataques sorpresa como lo son los estrangulamientos, abrazos de oso, llaves de cabeza, tienes reflejos naturales solo que aun están dormidos pero me encargare de despertarlos, para que puedas usar tu cuerpo en contra de personas de mayor tamaño y fuerza, a defenderte desde una posición de desventaja y a reaccionar frente al peligro inminente… ahora basta de la charla vamos a mi parte preferida. –dice haciendo tronar sus dedos.
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Editado: 17.11.2018