Con espias y civiles

Capítulo 3

Mi alarma sonó como si me diera a entender que voy a una guerra donde terminare muerta.

Sin ganas me levanté y bajé al baño a bañarme, cuando termine salí envuelta en una toalla y con otra en la cabeza, subí a cambiarme, casi caigo por la culpa del reguero que dejé anoche. Después de la escuela me toca acabar de limpiar. ¡Que horror!

Escogí unos Jeans negros no muy ajustados, y un suéter gris dos tallas más grandes que yo y que me llegaba abajo de las pompis, Nick dijo que no llamara la atención y que mantuviera un perfil muy bajo.

Debo admitir que es en lo único que estoy de acuerdo, no voy a verme bonita ni a hacer amigos, por puro milagro voy, así que iré como la rara. Espero que vestirme así no llame más la atención que ponerme una mini falda o ropa negra súper apretada.

Me calase los tenis negros, si amo el negro y es el mejor amigo de un agente secreto y baje al baño a lavarme los dientes rápido. Entre a la cocina y me preparé unas tostadas con mermelada y un vaso de leche, por lo que se en la escuela te dan de desayunar pero como soy una tragona no creo que soporte esperar tanto.

Lave los trastes que ensucie rápido y fui a cepillarme los dientes otra vez, tome mi mochila y salí con destino a mi futura prisión juvenil.

Con la ayuda del GPS logre llegar después de media hora de estar caminando, la escuela no estaba lejos pero como no sabía ni las calles de esta cuidad me perdí muchas veces. Hasta una chica con GPS se puede perder.

Casi al llegar al edificio me puse mis lentes de lectura, no los necesito pero al menos ocultaran un poco mi cara y con una liga me hice una cola de caballo alta. Revise la entrada donde iban entrando demasiados alumnos y carros, entre con la atenta mirada de algunas personas curiosas, vi el campo de fútbol y los jardines que había alrededor y al lado el edificio principal.

Me mentalice en cambiar mi acento, si algo en lo que soy buena es en neutralizar los idiomas que se y necesito parecer estadounidense no británica.

Bastante problema tuve ayer con el taxista que me reconoció como de ese país y todo porque no cambie mi acento.

Cincuenta metros y ya había visto a los chicos y chicas populares, a los marginados, nerds, gente común y corriente, rica, y a las posibles zorras de la escuela. Jamás había ido a una pero si he leído mucho sobre lo que se dice de ellas y ahora lo comprobé con mis propios ojos.

Apreté mi dije de corazón y entre por la puerta principal para buscar la dirección y pedir información así como mi horario.

Después de diez minutos lo logré y pude entrar a hablar con el que manda en esta escuela, espero que sea buena persona o no nos vamos a llevar bien y créanme, suelo ser peligrosa.

—¿Usted es la señorita De Santiago, verdad?— pregunto y yo asentí, saco mi expediente y lo ojeo—¿se atrasó dos años? —Volví a asentir— no se preocupe, en esta escuela hay muchas personas que tienen que posponer sus estudios— volvió a ver las hojas— veo que se graduó con honores en la preparatoria— asentí otra vez.

Ni siquiera sabía bien que tanto se había inventado Nick para que entrara a esta escuela y la verdad no quería averiguarlo, bastante problema tengo ya con adaptarme a ser una chica normal cuando no lo soy.

Me dio la bienvenida y mi honorario, así que me dedique a buscar mi clase. Tengo una hora de historia en el aula 15 y no la encontraba, vaya cliché de llegar tarde mi primer día.

La encontré después de una eternidad y toque la puerta algo nerviosa.

>Vamos Kate tu puedes< me anime a mí misma.

La puerta se abrió dejando ver a la maestra, llevaba un traje como azul marino y el cabello castaño suelto, me observo detenidamente con su mirada matadora.

—¿Usted es la profesora...? —Revise la hoja que llevo en la mano— ¿Karina Ramos?

—Sí, pasa. Estábamos por empezar las presentaciones—se hizo a un lado para dejarme pasar.

Muchos pares de ojos voltearon a verme cuando entre y sentí pánico,  ¿por qué estar en esta situación me da miedo pero cuando voy a misiones o me disparan no?

—Ay dios que feo suéter—grito una chica desde el fondo, mi posible enemiga. Todos empezaron a reír y yo tuve que contenerme para no partirles la cara.

>Katerine cálmate, recuerda que ahora eres un civil< me dije.

—¡Silencio!— grito la profesora—como todos van a presentarse al frente la primera serás tú—dijo. Genial.

—Mi nombre es Catalina de Santiago y no estoy aquí para hacer amigos así que ahórrense sus comentario— dije algo molesta, así no voy a pasar desapercibida.

Camine hasta el único lugar vacío al lado de una chica pequeña con tez blanca, algunas pecas en su cara y unos ojos verdes muy bonitos.

Ella me miró como si quisiera decirme algo pero se arrepintió y fijo su vista al frente, mientras la imitaba.

Ahora paso la chica que me insultó y llevaba una falda algo mini para mi gusto, hay formas de vestirse sexy sin verse vulgar y ella se ve así.

—Mucho gusto mi nombre es Amber Elizabeth y me encantan las fiestas— ay dios y va siendo que se llama igual que yo.



#4591 en Otros
#829 en Acción
#512 en Aventura

En el texto hay: familia, amor, acion

Editado: 11.10.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.