¿Por qué de todas las personas de esta maldita escuela él tiene que saber bailar tango?
—Quiero que le hagan una demostración a sus compañeros— ¿está loca? Denme paciencia, al parecer tendré otra enemiga en esta mugrosa escuela. Ambos escuchamos la pieza de baile y a mi mente se vinieron muchos pasos de baile diferentes.
Ambos nos posicionamos, ¿a quién engañó? Me encanta este baile y no porque sea la rara del salón signifique que voy a estropear lo que me gusta.
La música comenzó a sonar y fuimos acercándonos lentamente, siempre con la mirada fija en la pareja, dimos algunas vueltas en círculos hasta que me plantee delante de él puse mi mano izquierda en su hombro y la derecha con la suya.
Cuando empezó lo más movido yo me abrí un poco de pies hacia la derecha y los junté en un salto para después moverlos en pequeñas vueltas junto con mi cadera.
Todos exclamaron asombrados y él me sonrió alegre, creo que es la primera vez que estoy tan cerca de sus ojos y no tengo palabras para describir lo hermosos que son.
Bailamos un poco en círculos sin dejar de moverlos pies, parecía como si estuviéramos conectados y supiéramos que pasos seguían después.
En ningún momento apartó la mirada de mi rostro ni su mano de la cintura, en algunas ocasiones me hacía girar mucho disfrutando de la pieza.
El mundo dejó de existir y solo éramos él y yo en ese intenso y ardiente baile.
—Aférrate a mí— susurro y cuando la música cambió de ritmo otra vez me giro cargando mi cuerpo y haciendo que enredara las piernas en su cintura. Quedo frente a la clase e inclinó su cuerpo hacia el lado izquierdo mientras yo extendía la pierna también izquierda y doblando la espalda hacia atrás, haciendo que la escena se viera muy ardiente y romántica.
Este es el mejor baile que he tenido en la vida, siempre he dicho que el tango es otra forma de hacer el amor con tu pareja: ardiente y sensual. Todo conectado por unos pasos de baile.
Volvió a girar y logré poner los dos pies otra vez en el suelo, pero hizo algo que me saco un poco de onda, estiró la liga de mi cabello y lo dejo que cayera contra mi espalda, tengo un cabello largo y esto segura de que la escena se vio increíble.
Me puse a su lado derecho y empecé a caminar hacia el frente mientras él lo hacía para atrás, luego a mi izquierda para acto seguido ir para atrás, en ningún momento solté su rostro y el mi cintura, para finalizar volvió a inclinarse y yo recargue mi cuerpo en el dándole fin a este baile.
—A sido el mejor baile que he tenido en mi vida—comparto tu opinión vaquero.
Volví a la realidad y tome la liga que había quedado en el suelo para volver a hacer mi hermosa cola de caballo. Cuando me percaté de que todo estaba en silencio voltee a ver a mis compañeros.
Los hombres estaban impresionados y me veían raro, las niñas estaban enojadas conmigo pero volteaban a ver a mi pareja fascinadas, en cuanto a Bea y la profesora tenían la boca abierta.
—Jamás vi a una pareja demostrar tanta química y pasión como ustedes y yo soy bailarina—dijo una vez que logro articular palabra—¿bailas otros géneros?
—Sí, bachata, jazz, flamenco y algo de hip hop, pero ni se le ocurra decirme que se lo demuestre— di por finalizado este teatro, no quiero más miradas.
—Ya lo veremos querida, por el momento ustedes serán pareja— anunció como si nada.
El resto de la clase se la pasó formando parejas y explicando lo que veríamos en esa clase.
Para el baile de invierno tendríamos que presentar un baile y debíamos entrenar mucho, genial.
Bea y yo nos encaminamos a todas las clases que nos faltaban, debo admitir que desde esa pieza con Benjamín no dejo de darle vuelta al asunto. Me encantó tanto que ni puedo siquiera sacarla de mi cabeza.
Creo que en verdad he encontrado a un bailarín que se ajuste a mí.
—¿Oye estas escuchando? — paso su mano por mi cara.
—La verdad no—conteste antes de entrar por esa puerta— ¿qué decías?
—Que estoy impresionada de que bailes tango— ahora que lo recuerdo estaba impresionada al igual que la maestra— ¿quién te enseñó a bailar?
—En su mayoría Nick—levante los hombros mostrando indiferencia—le encante ese baile y no dudo en torturarme hasta el punto de gustarme.
Me senté casi enfrente de la clase, la verdad me gustaba la parte más alejada pero a Bea no y pues yo la dejaba ser. Me observaba atentamente.
—¿Nick es tu novio? — escuche como algo se caía detrás y volteé a ver que era, Benjamín había tirado su mochila y me miraba atentamente.
¿Qué mosco le picó?
No respondí porque la profesora entró y nos pidió silencio.
Las clases terminaron por fin, estaba a punto de perder la cabeza por lo que regresé a mi casa.