* En la vida estamos preparados para todo excepto para una cosa, las despedidas. No hay manera de estar preparados para resignarnos a ver cómo se van las personas que amamos*
Me quedo en shock y casi se me cae el teléfono del oído, Sofi se da cuenta de mi estado y va hacia donde estoy parada.
- ¿Qué pasó?- me pregunta preocupada cuando llega a mi lado.
- ¿Pero y eso por qué? Tú dijiste que te ibas en una semana,¿te imaginas cómo se pondrá mamá?.- no puedo evitar las lágrimas que comienzan a correr por mis mejillas.
- Necesitan refuerzos urgentemente y llamaron al pelotón en el que estoy, me avisaron justo ahora,lo siento tengo que colgar, hablamos en la casa.- cuelga y yo me quedo parada en el lugar con los ojos llenos de lágrimas.
- Se va...- es lo que alcanzo a decir, de pronto siento un mareo y veo todo borroso.
- ¿Scarlett qué tienes, qué te pasa?.- es lo último que escucho de Sofi antes de caer al suelo y quedar inconsciente.
Me despierto con la boca seca, cuando abro los ojos trato de descifrar el lugar en el que estoy, todo está muy blanco y huele a medicina,al ver a Susy la enfermera de la escuela me doy cuenta que estoy en la enfermería, me levanto de la camilla y veo que Leonardo está sentado en una silla al lado de la camilla.
- ¿Qué hago aquí?.- pregunto un poco aturdida, seguro cuando caí al suelo me golpeé duro la cabeza.
- Por fin despertaste florecita.- me dice Leonardo fingiendo entusiasmo.
- Wow, que mal le habré hecho a este mundo para despertar y verte a mi lado.
- Y con el mismo carácter, entonces estás bien.
De pronto veo que entra la enfermera con unas pastillas y se para a mí lado.
- Tómate estás pastillas, te ayudarán con el dolor de cabeza por la caída.- me ofrece las pastillas y yo me las tomo obediente.
- ¿Y qué fue lo que me pasó?.
- Tuviste una fatiga, parece que no has comido desde por la mañana y entonces te bajó la azúcar, te trajo tu novio y no se ha separado de tí en todo momento.- Leonardo y yo nos miramos confundidos.
- No es mi novio,ni siquiera es mi amigo. Y hoy por la mañana no desayuné porque venía tarde y después no comí nada.- le aclaro y ella me mira apenada.
- Lo siento, pensaba que eran pareja, bueno dile aunque sea que te compre algún bocadillo antes de ir a casa no vaya a ser que te desmayes de nuevo.- me dice y sale de la enfermería.
Me levanto de la camilla con ayuda de Leonardo pues aún estoy un poco débil y me lleva a su auto.
- ¿Y Sofi dónde está?.- miro por el estacionamiento y no veo su coche.
- Ella se tuvo que ir, tenía algo urgente que resolver según ella.
- Sí, seguro se fue a una de sus citas con Xavier y me dejó aquí tirada.- le digo indignada y pongo mi gran cara de culo y él me mira riéndose.- ¿Qué te da tanta risa, acaso tengo un mono pintado en la cara?
- Es que tú pones una cara de culo digna de un meme.- se carcajea mientras yo trato de asesinarlo con la mirada, es insoportable.- Además mírale el lado bueno, Sofi te abandonó pero te llevo yo que es un gran privilegio.- ahora la que no se puede aguantar la risa soy yo y me río en su cara.
- ¿Tú un privilegio? Por favor, privilegio sería si me llevara Hércules Poirot.
- Buena opción pero él no existe y no está tan bueno como yo.- me guiña el ojo y sonríe con esa superioridad molesta.
- Ufff,te odio.- me subo al coche y él también se monta y arranca.
Antes de llegar a mi casa pasamos por un puesto de McDonald's y Leonardo me compró una hamburguesa con extra papas,les juro que en ese momento lo odié un poquito menos, él si sabe cómo ganarse a una persona comilona.
Llegamos a mi casa y cuando entramos en la sala mi mamá está viendo una peli, cuando nos ve se levanta emocionada y va a saludar a Leonardo, ojalá me recibiera así siempre.
- No le vayas a decir que me desmayé en la escuela porque si no te mato.- le advierto a Leonardo antes de que mi mamá llegue a nosotros.
- Hola Leo, que gusto que estés aquí, hace rato que no te veo.- le dice mi mamá mientras lo abraza con esa fuerza característica de las madres que te dejan sin aliento.
- También es un gusto estar aquí Daisy, mi mamá me ha insistido en venir pero la escuela y los deberes no me dejan.- sí claro,los deberes, ese chico aprueba los exámenes por milagro del cielo.- Vine porque Scarlett y yo tenemos que hacer un trabajo para la clase de Literatura.
- Está bien, entonces vayan al cuarto, después le llevo una merienda.
- Ay siii, tengo mucha hambre.- le digo a mi mamá y Leonardo me mira sorprendido.- ¿Qué,por qué me miras así?.
- Te comiste una hamburguesa con extra papas y ¿ todavía tienes hambre?.
- Mi estómago es un agujero negro, nunca me lleno.-le digo con una ancha sonrisa y comienzo a subir las escaleras y él va detrás de mí.
- Tú cada día más rara.
- Y tú cada minuto más idiota.
Llegamos a mi cuarto y dejamos las mochilas en el suelo, yo agarro ropa y me voy a cambiar. Salgo con mi gran outfit, una camiseta más grande que la panza de Poirot y un short más corto que el intelecto de Leonardo, no sé de dónde salió seguro es de Sofi y lo dejó aquí.
- Wow que estilo, pareces una cometa.- me dice Leonardo y yo lo miro con cara de fastidio.
- Pues lo siento por no ponerme la ropa de prostituta que se ponen tus amiguitas.- agarro lo necesario de mi mini biblioteca para hacer el trabajo y me siento en la cama con los pies cruzados.
- ¿Celosa florecita?,pareces novia celosa por las amiguitas de su novio.- acerca su cara un poco a la mía y me mira curioso.
- Nunca estaría celosa de tí, estoy molesta y no es por tí,es que...- ¿de verdad le voy a contar a él, ni le va a interesar.-...no importa, no te interesaría porque estoy así, mejor empecemos el trabajo.
- No vamos a empezar nada hasta que me digas por qué estás así,puede que no nos aguantemos pero tú me dejaste desahogarme contigo y no me juzgaste, así que yo te voy a devolver el favor, cuéntamelo.- me dice serio, todo rastro de broma se fue de su cara, tiene razón, él confió en mí y me contó lo que le pasaba aunque nos odiemos a muerte, así que debo confiar en él, tal vez me haga bien desahogarme.