Con los ojos del Alma

Capítulo Diez

La Verdad

Antuan*

Desde ese día que hable de mis inquietudes con mama sentía que me había quitado un peso de encima, en un principio tenía decidió terminar mi relación con Megan, era a la única conclusión que había llegado después de analizar a fondo la situación, pero mi madre me hizo entender que lo único que lograría con eso era hacernos sufrir a ambos. Pues según ella se notaba cuanto nos queríamos. 

Dejamos la charla inconclusa y pactamos seguir con ello después de llevar a Megan a su casa.

Cuando regrese de dejarla mi mama empezó a discutirme de nuevo mi decisión y me pidió que mejor hablara con médicos especialista en el tema,  y buscara una solución que no implicara el hecho de separarnos.  Que le gustaba como era desde que estaba con Megan, que había vuelto  a ser el mismo chico que era antes de lo de mi hermano.  

El día siguiente me puse a investigar acerca de algunas instituciones que nos podrían ayudar e hice una cita con el médico. Para contarle todo lo relacionado con el caso de Megan. No quería contarle nada a menos que tuviera la certeza de que la podrían ayudar.

El doctor Miller me dijo que antes de todo debía realizarle un estudio completo a Megan, para saber si había posibilidad de realizar un trasplante de córnea,  ya que le habían hecho todas las pruebas necesarias con anterioridad a ver si podía recuperar la vista, pero al parecer el daño era demasiado.

Al salir del médico fui a hablar con Megan,  le comente todo lo que me dijo el doctor temiendo que se molestara conmigo por hacerlo sin avisar, pero me sorprendió mucho que me preguntará que pasaba. Por qué razón estaba tan empeñada en esa operación.

—Antuan  ¿Quieres decirme algo? —. Dijo —Te escuche hablando con tu mama hace días, pero no entendí nada y desde entonces te siento extraño, ¿Hay algo que quieras decirme? Pregunto de nuevo. 

Sentí como mis ojos se fueron llenando de lágrimas, lo sabía, ella lo sabía y me mandaría al demonio.

—Perdóname— Susurre  con un hilo de voz—Perdóname— Repetía una y otra vez tomando sus manos fuertemente entre las mías.

Me apretó fuertemente mientras tomaba mi rostro entre sus manos.

—Ant, necesito que me expliques. ¿Por qué me pides perdón? — pregunto.

No encontraba una forma suave de decirle esto, presentía que me odiaría en cuanto lo supiera y ya no podría vivir sin ella, era todo para mis. Pero tenía que ser valiente y enfrentar las consecuencias de mis errores.

Errores que hoy me costarían el amor de mi vida y tendría que aprender a vivir con eso.

—Vamos a sentarnos— pedí mientras la ayudaba a acomodarse en el sillón, y me ponía en cuclillas frente a ella.

—Recuerdas  cuando te la historia de mi hermanito— empecé a decir, seguí contándole toda la historia, desde el principio, de cómo mi madre me obligo a asistir a esa fiesta, de cómo a mitad de la tarde había recibido la peor llamada de mi vida y posterior mente como había golpeado algo desconocido para mi hasta ese momento mi auto. De cómo no me importo dejar lo que quiera que fuera, lo único que quería en ese instante era llegar al hospital.

Las lágrimas caían a raudales de nuestros rostros mientras ella negaba furtivamente y  yo me cansaba de pedir perdón, jamás encontraría la forma de que ella me perdonara. Nunca la iba a poder abrazar y susurrarle al oído cuanto la amaba.

Esto no puede ser cierto, repetía una y otra vez como si estuviera tratando de convencerse a sí misma de que le estaba mintiendo. —Qué clase de broma es esta Antuan, no puedes estar jugando conmigo de esta forma— decía cada vez más fuera de sí.

—no sabes cuánto me gustaría estar jugando, pero jamás jugaría con algo tan serio como esto, desde que te conocí no sabes cuantas veces me he reprochado el no haberme detenido en ese momento y auxiliarte, no sabes cuanta veces me he preguntado que le hice a la vida para que me hiciera esto, para que nos hiciera esto— decía con la voz completamente rota, intentado tomar sus manos, pero ella se alejaba cada vez más.

—Vete— Grito Megan señalándome la dirección de la puerta— vete por favor, no puedo estar cerca de ti— sus palabras me rompieron por completo, sabía que la había perdido. Jamás me dejaría estar cerca de ella de nuevo.

Nuestros llantos y gritos hicieron que los padres de Megan se presentaran en la sala, viendo alternadamente de uno al otro. Me estaba rompiendo y Megan también.

— ¿Qué pasa aquí? — pregunto la señora santana.

Mientras Megan no dejaba de susurrar una y otra vez que me fuera. 
—Lárgate de aquí Antuan— gritaba, diciendo una y otra vez que yo era el causante de todo. — tu tienes la culpa de que yo viva así, lárgate no te quiero escuchar— gritaba.

—Por favor Meg, no me alejes— intentaba que ella me escuchara, pero no lo quería hacer.



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En el texto hay: amor, rebeldia, ceguera.

Editado: 22.02.2019

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