Noah Pov
Y como todos los días, la misma rutina, pararme de la cama, ir al gimnasio, y a la empresa de mis padres, sí, aunque nunca he tenido una muestra de afecto por parte de ellos, trabajo en su magnífica empresa para sustentar todos mis gastos que por cierto son bastantes, pero lo único bueno de estar allí es que me pagan muy bien, aunque no es poco lo que hago, el tener que hacer campañas publicitarias, revisar estados de cuentas, estudios de factibilidad de nuevas producciones agrícolas y todo lo referente a la administración de la empresa.
Y el sonido del teléfono me despierta de mi ensoñación.
- ¿Sí Olivia? – contesto.
- Señorita Galliano su padre la espera en la sala de juntas. – responde ella.
- Gracias Olivia, enseguida voy. – Que querrá mi padre ahora, pienso levantándome de mi silla.
Salgo de mi oficina hacia la sala de juntas, al llegar toco la puerta y entro cuando escucho un 'pase'.
- Padre - digo en forma de saludo. – deseas algo de mí.
- Buenos días para ti también Noah, toma asiento. – dice el sin levantar la vista del ordenador.
Alessandro Galliano, mi padre un hombre que para él solo existe el trabajo, su esposa y el dinero.
- ¿Recuerdas que esta noche hay una reunión general? – me pregunta.
- Sí, claro que lo recuerdo ¿por? - respondo, rodeando los ojos, hace semanas me viene diciendo lo mismo.
- Esta reunión es muy importante Noah, y es necesario que asistas, es las 8:30 pm en el Hotel Lord Byron. Espero que seas puntual Noah, sabes cómo me molesta la impuntualidad. – dice encorvándose en su silla.
Asiento en modo de respuesta, y sin más preámbulos salgo de la sala de juntas hacia mi oficina para continuar con mi trabajo...
A las 5:00 pm salgo de mi oficina cierro la puerta con llave y me dirijo hacia el ascensor donde marco la planta baja.
Mientras espero que el ascensor llegue al estacionamiento, me dispongo a revisar mis redes sociales; veo que tengo varias notificaciones de Facebook, por mi nueva foto de portada en la boda de mi mejor amigo, otras en Instagram por mis fotos con mensajes reflexivos, pero lo que más llama mi atención son notificaciones de mi cuenta en Codecademy, hace bastante tiempo que no entro, desde que empecé a trabajar para la empresa de mis padres, hace un año exactamente de eso.
Subo unas que otras fotos en Twitter e Instagram, y salgo del elevador cuando las puertas se abren en el estacionamiento, voy directo hacia mi hermoso Audi R8.
Salgo del edificio y mi nuevo destino es el Spa más sofisticado de todo Roma.
Llego en quince minutos y estaciono mi auto al frente del edificio, entro y veo a Rosalie, quien está distraída con el ordenador, se voltea y me ve, se pone de pie y viene a abrazarme con una sonrisa esplendida en su rosto.
- Noah, que gusto verte por aquí hoy. – dice ella.
- Sí, el trabajo me ha mantenido bastante ocupada. – digo quitándome la chaqueta. – Pero ¿cómo ha estado todo esto por aquí? – pregunto.
- El spa está bien, como mucha clientela cada día. -responde ella.
- ¿Se encuentra Franco? – pregunto.
- Oh, lo siento Noah, él está arreglando a otra clienta. – dice revisando algo en su iPad. – Él estará disponible dentro de cincuenta minutos; ¿deseas utilizar otros de nuestros servicios, en lo que Franco acaba? -me pregunta.
- Claro, un masaje con piedras volcánicas y un baño en aguas termales me vendría bastante bien.
- ¡Fantástico! Amalie estará esperándote en el segundo piso. – dice.
- Gracias Rosalie. – luego de despedirme voy al segundo piso, marcando la segunda planta en el ascensor.
Llego y veo a Amalie, la hermana gemela de Rosalie; ellas son dueñas de una gran cadena de spas en toda Italia, las conozco desde que estaba en la universidad, y son bastantes geniales.
- Noah, que agradable sorpresa verte aquí. – dice con una grata sonrisa.
- Me da gusto verte también Amalie. –digo devolviéndole la sonrisa. - No sé si Rosalie te aviso, pero solo tengo cincuenta minutos hasta que Franco pueda arreglarme.
- Claro eso es más que sufiente. – responde ella. – todo está listo, puedes pasar directo a los bastidores, te esperaré en el salón número cinco.
Asiento y doy media vuelta dirigiéndome hacia los bastidores, como soy miembro de este spa, tengo mi propio bastidor.
Me desvisto rápidamente y voy hacia el salón número cinco; sonrío al recordar que ese es el salón de Amalie, ella tiene unas manos mágicas.
Entro y me recuesto de inmediato en la camilla. Amalie comienza a masajearme la espalda con aceite aromáticos, esto es la gloria, la forma en que sus manos recorren mi espalda, me liberan de toda la tensión que mi cuerpo ha acumulado estas semanas.
Unas de las razones por la que me encanta este spa, es que sus servicios son como yo quiero, esos es uno de los grandes beneficios que tengo al ser miembro de este spa.
A medida que Amalie coloca las piedras en mi espalda, mi cuerpo se relaja más y más. En verdad siento que estoy en el mismo cielo. Veinte minutos después Amalie termina la sección del masaje, y se va a preparar un baño en agua termales...