Conduce mi dolor

25. Mi pasado.

Tharir

Un mensaje me llegó y saco mi celular para leerlo.

Numero desconocido: Ve a tu casa.

Frunzo el ceño, no entiendo a qué se refiere esto. Tampoco se quién es el que mando este mensaje. Camino por la calle a oscuras con solo unas farolas alumbrando la avenida, guardo mi celular y voy directo a mi casa.

Esta noche ha sido bastante ... complicada y extraña.

No entiendo que fue lo qué pasó allá, fue extraño, yo solo iba por unos apuntes de los días que estuve en el hospital y no fui a mis clases y terminé escuchando como una pareja terminaba enfrente de mí. Lo casual.

Ver a David me desconcertó, honestamente no pensé verlo justo en ese momentos, él y yo tenemos un pasado, no tan pasado, pero eso no debería saberlo nadie, mucho menos Tara, ella me odiaría por ocultarle la verdad, se decepcionaría de mí. Se que traicionó su confianza, traicionó su amistad, pero intentó protegerla, no quiero que ella salga embarrada en esto, en mi mierda. No podría ver otra alma inocente sufriendo por mi culpa, mi pasado con David la lastimaría. Yo ... yo no puedo dejar que ella sufra mis consecuencias.

Alguien me jala bruscamente del brazo y recibo un golpe en la cabeza que me hace cerrar los ojos.

Me remuevo en mi lugar, por instinto me llevo la manos a la cabeza sobándomela, abro los ojos con demasiado dolor y veo en donde estoy, ¿cuánto tiempo estuve inconsciente? ¿Y qué hago aquí? Estoy en un carro sentada en lado del copiloto. Genial.

—Pensé que te tardarás más en despertar — escuché la voz del conductor que manejaba hacia mi casa.

—¿Tu mandaste el mensaje? ¿Como conseguiste mi número?

—Tengo el número de todos con los que hago negocios — lo dijo como si fuera lo obvio.

—Ya no tenemos negocios — le recordé.

—Porque tú no has querido — me da una mirada rápida y regresa la vista a la carretera—. ¿Tú le has dicho algo?

Se a lo que se refiere.

—Antes de que te conteste, dime ¿porque me golpeaste? No hacía falta hacerlo.

—Esas son las reglas, Tharir.

Volteo los ojos y cambio el tema. Odios las reglas.

—Yo no le dije nada, ella me lo contó a mi —le confieso—. He guardado el secreto estos dos últimos años, ¿realmente crees que lo diría?

—Eres su mejor amiga, todavía me sorprende que no se lo hayas dicho.

—Una cosa es con ella y otra cosa es contigo, no soy una chismosa, tú estuviste cuando más lo ... Necesito. No te traicionaría, David.

Y era verdad, no lo traicionaría, él fue el único que me ayudó, el que me dio lo que me salvó de caer en la miseria.

—Más te vale, Tharir. Si Tara se entera de todo, te odiaría a ti ya mí.

—¿Crees que no lo sé? —Volteo lo ojos—. Mejor ponte las pilas con ella, aunque no me caes bien para que estés con ella, sé que la quieres.

Él no me respondió, en cambio se detuvo en el puente.

—¿Vas a querer más?

—Ya no estoy en eso. Y sigue ignorándome, no podemos dar sospechas, idiota.

—Como quieras, sabes que siempre estaré para salvarte de tu mierda.

Cerré la puerta de carro sin decirle nada y me fui caminando hacia mi casa.

Salvarme de mi mierda. Ja. Si el me metió en una. Como se lo dije el me salvo en su momento y jamás lo traicionaría, pero David no es mi amigo, no es nada.

Entre a mi casa buscando a mi abuela que ya estaba dormida, la miré por un momento y le doy un beso en la frente tapándola con su cobertor. Me fui a mi cuarto, me coloqué la pijama y me acosté.

***

Entre al salón de clases, estaba vacío ¿acaso no había venido el profesor? No tengo ni idea, aparte no estoy en el grupo de la materia y no me entere. Me lleva la ...

La puerta se abrió y Raven entro, me miro sin ninguna expresión, miro el salón vacío y camino hacia la puerta, pero mi voz deteniéndolo hizo que girara hacia mí.

—¿Ahora qué? —Dice bruscamente.

—No te vayas — le pido acercándome a él. No sé lo que estoy haciendo.

—¿No quieres que me vaya, Tharir? —El también camina hacia mí.

—No, no lo hagas — las palabras salen de mi boca antes de detenerlas—. Por favor.

—¿Qué es lo que quieres de mí?

—No lo sé — admito.

—¿No lo sabes o no quieres saberlo?

—Tal vez no quiero saberlo, Raven.

Quedó enfrente de él y esos ojos grises me miran a mí, solo a mí.

—Te odio, Raven.

—Te odio, Tharir.

Se gira dando la vuelta, pero mi mano lo detiene girándolo hacia mí. Quiero que me vea.

—Te odio, por no saber qué es lo que quiero de ti. Te odio, porque me confunde. Te odio porque ...

No pude resistirlo más y más labios van directo a los suyos, el da un paso hacia atrás sorprendido por lo que hice y me toma de la cintura correspondiendo mi beso, su trasero se recarga sobre el escritorio y abre sus piernas, yo me posicionó entre ellas. Mis manos se entrelazan entre su cabello negro, saboreo sus labios en los míos, sus manos se deslizan sobre mi espalda haciéndome jadear entre sus labios al igual que él.

Abro los ojos parándome de golpe, el sudor recorre mi cuerpo, siento hasta la maldita braga mojada. Mierda.

Soñé con Raven, con él.

Maldita sea.

Camino hacia la cocina y me sirvo un vaso de agua que me lo acabo de golpe, me lavo el rostro y me recuesto sobre la cama de nuevo.

Su nombre no deja de repetirse en mi cabeza, su mirada triste y furiosa cuando le dije que no me gustaba, pero el me ... NO, yo no podía permitirlo. Las cosas conmigo son difíciles, muy, no puedo permitir que el salga embarrado o lastimado. Caleb me lo dejo muy en claro, el no quería ningún hombre conmigo o mataría a mi abuela, el me lo juro. Yo no iba a poner en riesgo la vida de mi abuela por alguien qué tal vez me estaba empezando a gustar.

El sueño tenía razón, yo no sé qué es lo que quiero de Raven. ¿Qué quiero de ti, maldito sin neuronas?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.