Tomé mi celular y lo sostuve con enojo.
-No es 14 de agosto, esto es una mentira, es mentira, mentira.
Caí de rodillas al suelo mientras sonaba la alarma de fondo, no sabía qué hacer, estaba confundido, había matado a los secuestradores, pero alguien asesinó a Elizabeth y a su mamá, ¿qué era lo que había omitido?
Necesitaba algo que me pudiera dar ventaja para tener a la policía de mi lado, así que usaría mi único “poder”. Me dirigí al baño y recordé que solo necesito tres pastillas para alejar la nube negra del interior de la casa. Esperé el dulce efecto de los fármacos.
Al llegar al sótano dentro de mi sueño, pude observar que Elizabeth se encontraba dormida, atada en la misma silla. - Bien, no le harán daño en este momento. - Subí las escaleras dirigiéndome a la estancia principal en la cual estaban Marcus y su hermano desayunando en la cocina.
Comencé a indagar en todo el lugar en busca de alguna pista incriminatoria que me diera poder contra ellos, pasaron los minutos y no lograba encontrar ninguna. Busqué en sus habitaciones llenas de cabezas de animales como trofeos, y aparte de la inquietud que emanaban, no logré conseguir nada.
No podía agarrar nada ni manipular objetos puesto que eso estaba más allá de mi habilidad, solo me limitaba a observar. Ninguna pista salía a la luz.
Comencé a ver las fotografías familiares. A punto de rendirme noté una foto en la que se encontraban Marcus y su esposa en el bosque, sobre el cadáver de un venado.
Mis ojos pasarían a otra foto de la pared, pero en eso mi atención fue totalmente captada por un detalle que me dejó perplejo. En aquella foto la esposa de Marcus presumía elegantemente su escopeta, pero lo más inquietante era que en la tonalidad café del arma se encontraba algo familiar. Tenía grabado el símbolo de doble M con el que había soñado. El mismo símbolo con el que las chicas habían sido marcadas y al pie de la foto:
“MURIAN Y MARCUS”
Así que el símbolo de doble M no tenía ningún gran misterio detrás, eran la unión de las iniciales de los dos. Al fin tenía la prueba definitiva contra ellos. Corrí directamente hacia la nube negra y desperté en mi habitación al atardecer.
– Tengo que hacer esto rápido para evitar que le hagan más daño. - Encendí mi ordenador y comencé a buscar las pruebas.
Al llegar a la estación de policía me dispuse a hablar con el capitán de la estación.
- Disculpe ¿puedo hablar con el Jefe de Policía? Sabía que debía hablar con la cabeza del lugar para esto.
- Claro, acompáñeme. -Aquel uniformado me llevó a una oficina al final del corredor.
- Jefe, lo busca este chico.
- Claro déjalo pasar. - Me sonrió amablemente y dirigió su mano hacia una de las sillas enfrente de su escritorio. - Dígame joven, ¿en qué le puedo servir?
- Tengo en esta carpeta pruebas que señalan quienes son los asesinos de las chicas marcadas con el símbolo de doble M en su pecho en estos últimos 20 años, no es un solo asesino, ni siquiera son dos, son tres asesinos y debe escucharme.
- Pero...cómo obtuviste...
- Mi amiga, Elizabeth Torija, fue secuestrada ayer en la noche por estos tipos, Marcus y su hermano, saqué estas fotos de sus redes sociales. Esta es una foto de los rines marcados en el pavimento que dejaron cuando secuestraron a mi amiga, los cuales coinciden con esta foto sacada de Google Maps en el que se muestra que, en esta casa, que es en donde viven, se encuentra una camioneta con los rines idénticos.
El jefe de Policía se limitó a verme sorprendido mientras yo seguía hablando.
-Pero sé que usted dirá que el que tengan la misma camioneta no es suficiente prueba: aquí está una USB con el video de vigilancia de una panadería, se muestra el secuestro de una chica tiempo atrás usando la misma camioneta. Además, aquí tengo las llaves del sótano en el que tienen a Elizabeth debido a que se les cayeron a los secuestradores ese día. - Tenía que mostrar todas las pruebas posibles así que seguí explicándoselas con total detalle.
- Y si eso no fuera poco, aquí está una foto sacada de la red social de Marcus, en la que se ve a su esposa con una escopeta con el símbolo grabado en ella. Aquí están todas las pruebas y si vamos ahorita a su casa con varias patrullas encontrarán a Elizabeth.
El jefe quedó pasmado por las pruebas que le estaba mostrando, parecía sorprenderle que un civil común y corriente haya resuelto un caso que lleva abierto 20 años en “un solo día”. Él procedió a recoger todas las pruebas y meterlas en un sobre. Salió rápidamente de la oficina.
- Quiero a todos mis hombres dirigiéndose al Bosque Grindles al 451 de la carretera 21.
-Disculpe Capitán, ¿puedo ir? -Dije esperanzado de que me diera una respuesta positiva.
-Tú vas conmigo, vámonos. – Respondió el Capitán.
Subimos a una de las patrullas y nos dirigimos hacia la casa de Murian y Marcus. - Allá vamos Elizabeth, resiste.
Después de un rato llegamos junto a las demás patrullas, inmediatamente los policías derribaron la puerta para entrar. - ¡Los tenemos, son dos hombres! - Exclamó uno de los policías.
- ¡Busquen a la esposa, debe estar escondida en algún lado del lugar! – Exclamó el Capitán.
Entre gritos de policías y sirenas sonando se escuchó un disparo de escopeta dentro de la casa. - ¡Oficial herido! - Seguido de aquel grito se escuchó un nuevo disparo, pero esta vez, desde la pistola de uno de los policías. - ¡Tenemos a la señora!
- ¡Busquen en el sótano! -Grité desesperado por temer que le hayan hecho algo a Elizabeth al escuchar las sirenas de la policía.
Pasaron segundos de total silencio, los más largos de toda mi vida, no dejaba de temblar y el miedo me abordaba ahogando en un silencio mi respiración.
En el último segundo, en el que sentía que el corazón se me saldría de la desesperación, salieron los policías trayendo en una larga frazada a Elizabeth. Mis ojos se llenaron de lágrimas y salí corriendo directamente hacia ella.
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Editado: 09.10.2020