Finalmente estaban en la antepenúltima etapa de las competencias de Sølvbyen que se daban ahora en el instituto frente a todos los novicios, el Orkunato y los finalistas de la etapa anterior junto con algunos invitados extra que tenían autorización para asistir. Después de mucho esfuerzo, cansancio, sudor y de heridas tras heridas, Scott había logrado ganarle a un cazador ruso en la penúltima etapa después de que este mismo le ganase a Marco anteriormente, así que Scott ya podría descansar hasta tener los resultados de la competencia femenil.
Yurim estaba en el vestidor ayudando a Injae a prepararse para competir.
—Tu primer competencia anual y has llegado a la semifinal —comentó pícara peinándola atrás—. Más te vale le patees el trasero a Samantha, esa perra no merece ganar.
Injae se rio viéndola por el espejo.
—Aún no sé por qué tú y Stella no se llevan bien con Samantha, entiendo que no sea precisamente un terrón de azúcar o al menos no con todos, pero ¿por qué?
—Puede que… —dijo reacia y evadiendo la mirada de la chica—. Puede que haya tenido un muy pequeño e insignificante crush con Samantha cuando asistíamos a Sølvbyen y se lo haya confesado. —Escuchó la carcajada de Injae y la vio ceñuda—. Cierra la boca o te clavo el pasador en la cabeza.
La castaña carraspeó enseguida haciendo lo posible por contener su risa y dejar seguir a Yurim.
—Samantha me rechazó porque al parecer nadie es lo suficientemente bueno para ella y porque no le gustan las chicas, obvio, pero el asunto no quedó ahí porque se lo contó a sus amigas, quienes se burlaron de eso en los baños sin saber que Stella estaba allí —añadió esbozando una sonrisa satisfactoria—. Stella esparció un rumor sobre Samantha y su grupo de amigas haciendo que el chico que le gustaba la mandara al diablo, entonces ella vino furiosa conmigo creyendo que fui yo, pero yo sabía que había sido Stella, así que nos reímos y Samantha se dio cuenta de la verdad.
—No lo puedo creer, ¿cuándo fue? Creí que te gustaba Stella —replicó riéndose.
—Fue antes de Stella, creo que podría decirse que fue justo ahí cuando mi crush con Stella empezó —susurró revirando sus ojos en broma—. Ella estaría feliz de verte ganarle a Samantha, le gustaban estas competencias, aunque nunca entendí por qué ya que a la mayoría no le gustan.
— ¿Por eso tú y Félix no se esforzaron este año? Oí el regaño que les dio Gerard cuando perdieron la fase nacional.
Yurim frunció su boca pensando una respuesta a la pregunta que jamás pasó por su cabeza todo ese tiempo, le pasó el traje de la competencia para ayudarla a ponérselo y luego habló mientras ella se vestía dentro del probador individual.
—Cuando mi padre vivía, me esforzaba mucho en tener su atención así que me importaba pasar las etapas de las ligas menores, aunque a él no le importaba mucho, pero con Scott fue diferente —mencionó abatida—. Él era el orgullo de papá así que era presionado a ganarlas aunque él no quisiera. Cuando nuestro padre murió, las competencias dejaron de tener significado para mí al contrario de Scott que empezó a esforzarse cada vez más hasta que pudo ganar su segunda competencia de liga mayor, luego la tercera y si gana la cuarta habrá ganado tres veces seguidas.
— ¿Scott quiere eso?
—No lo sé, a veces no logro entender todo lo que hace y su forma habitual de ser inexpresivo no ayuda mucho —se quejó abrumada—. ¿Cómo lograste que se abriera contigo? Scott es otro cuando se trata de ti, más… humano y eso que es humano —exageró al final para bromear—, supongo que es el efecto Injae.
Injae hizo una pequeña sonrisa forzosa ya que de alguna manera no sentía correcto que se le atribuyera ese mérito. Cuando acabó de alistarse, salió con Yurim para ir al centro de pelea, pero a medio camino recordó haber olvidado algo así que regresó sola y al asomarse a la vuelta del pasillo, escuchó su nombre en voz de Samantha que parecía hablar con alguien más.
—Todos saben que Injae es tu vínculo y que debes sentirte muy mal de que también sea tu mayor competencia porque todos saben que es tu principal rival, que pena —le dijo sin tapujo y siguió en voz baja—. En lo personal, yo te apoyo, pero muchos prefieren a Injae e incluso he oído que dicen que ella parece más hija de Andreas Evenson que su propio hijo.
— ¿No ibas a arreglarte para tu competencia?
Samantha se sonrió de lado con malicia al verlo irse por el otro lado. Una vez adentro del vestidor, vio entrar a Injae que pasó sin decirle nada para buscar la careta de su traje.
—Todos supieron de tu secuestro hace un año y como tu grupito de amigos te buscó desesperadamente y durante las competencias oí a algunas chicas diciendo que no querían competir contra ti porque les preocupaba que si te hacían algo, alguno de tus amigos fuera contra ellas… como el grandote —le comentó frívola viéndose en el espejo.
— ¿Grandote?
—El que se convierte en lobo y que estuvo de visita hace unos meses, olvidé su nombre. —Resopló y se dio vuelta para verla—. Se me hace estúpido, yo no tengo problema en golpearte, aunque es una pena por esa cara bonita que trae de rodillas a Scott y al británico millonario. Me pregunto si… ¿también al hijo de Arkain?, ¿por eso pudiste librarte de él?
Samantha se sonrió y tomó su casco blanco para irse, del mismo modo en que Injae tomó el suyo de color negro.
Cuando la pelea empezó, la primera en atacar fue Samantha, quien no se medía en sus golpes e iba con toda la intención de dejar adolorida a su oponente para acabar más rápido que el tiempo límite, sin embargo, esta también había decidido no medir su fuerza y quería que la rubia perdiera para darle una lección.
Desde las gradas, el grupo de amigos cazadores de Injae estaba viendo, tres de ellos estaban de pie debido a los nervios e inquietud que les daba el puntaje reñido que había en el tablero electrónico; después de la tercer ronda, el método de pelea cambió para usar espadas y para eso se colocaron los cascos y los chalecos de metal ligero para evitar herirse de gravedad con las armas.
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Editado: 04.04.2024