Al día siguiente alguien tocó su puerta, era el asistente del sr. Enrique, que pasó para llevarla a donde vivía él...
-Deme unos minutos, dijo la mujer desde adentro, entonces esperó y luego de 15 mins salió Cindy, con una fragancia que olía a rosas, un olor indescriptible que la caracterizaba.
-Ya estoy lista, podemos irnos... – dijo la mujer con un pequeño bostezo.
Al llegar a la casa, vió que los muros eran extremadamente altos, y al entrar ella solo se quedó anonadada con lo que vió que la casa era mediana, el patio delantero estaba descuidado, como si nadie lo hubiera limpiado por un buen tiempo...
Carlos abrió la puerta con una llave que se le había dado por ser de confianza, le dijo a Cindy:
-Si deseas puedes sentarte, te traeré un refresco, hace mucho calor, espérame – dicho esto se dirigió a la cocina.
Cindy sólo se quedó en silencio a admirar la mediana y acogedora casa que por dentro se veía también algo desordenada.
En eso salió un hombre que aún seguía en pijamas, con el cabello castaño despeinado, con la barba sin rasurar, y con un gesto de fastidio en su rostro... Era el sr. Díez.
Él solo la miró y con indiferencia se dirigió a la cocina, ella podía oír como él malhumorado sr. Díez le preguntaba a Carlos, ¿quién es ella?, ¿de dónde la sacaste? Ella se sintió algo incómoda y cuando ambos salieron,
Carlos dijo en voz alta:
-Ella es Cindy la nueva persona que viene a ayudarte con ya sabes qué, le dijo Carlos..
-¿Acaso estás loco?! – dijo el hombre con los ceños fruncido. – te dije que no quería a nadie más, ¿acaso no entiendes lo que te digo?...
Carlos movió la cabeza de un lado a otro, como queriendo reprender a Enrique por su actitud, , entonces sin decir una palabra el hombre volvió a su habitación, mientras ella y Carlos miraban aquella escena tan descortés, Carlos le dijo que no se preocupara él es así aveces, ya vas a ir entendiéndolo poco a poco, ya verás que sí, dijo queriendo alentarla, al ver su rostro, estaba frustrada al ver aquella actitud, nunca nadie había sido tan descortés de esa forma y entonces, al oír aquellas palabras.
Ella entendió que no sería una tarea fácil...
Sólo se levantó de aquel sofá rapidamente y dijo que se iría, porque tenía unos pendientes ese día, Carlos asintió con la cabeza y la acompañó hasta la puerta para despedirla...
-Lamento que te lleves esta impresión de Enrique, estaré aquí para apoyarte con el cuando sea necesario, no te dejaré sola – dijo Carlos sonriéndole.
-No te preocupes, gracias por ser tan amable, si no hubiera sido por ti, ya haya perdido la compostura – dijo ella sin poder evitar reírse, al verla Carlos no pudo contener su risa.
Se despidieron y Cindy se dirigió a esperar el metro.
De camino sonó su móvil era Manuel (se hermano), ella contestó y su hermano le pidió que fuera para su casa, que sus padres ya estaban en camino también y faltaba ella, y seguidamente se disculpó por no haberle avisado antes, Cindy no pudo decir nada, él después de haber dicho todo colgó el móvil.
Entonces tomó otro metro, de ida para el departamento de su hermano, al llegar, tocó la puerta y salió una joven mujer, amablemente la saludó
-Tú debes ser Cindy – dijo sonriente.
-Sí, soy yo ¿tú eres amiga de mi hermano? – preguntó Cindy con una sonrisa en el rostro.
-Soy Camila, bienvenida, pasa, pasa, ya empezábamos a creer que no vendrías... – dijo la mujer sin responder a la pregunta de Cindy.
Ella sólo sonrió, y pasó, al entrar vió que todos ya estaban ahí, sus padres (que por cierto, estaban separados), sus dos hermanitos de 7 y 9 años, su hermana de 17, su hermano y aquella chica, Camila. Saludó a todos, uno por uno, y luego se sentó en un lugar y acomodado en la mesa, comieron todos, rieron, compartieron como una familia que nunca había tenido problemas, Cindy en esas ocasiones, quería que ese momento durara para siempre...
Cuando todos acabaron Manuel se levantó y dijo:
-Bueno, ahora a lo que los invité, hace unos dos meses en el viaje que hice, conocí a una persona maravillosa, que me hace sentir bien, en la que siento que puedo confiarle todo, ella se ha convertido en una persona muy especial para mí, y el ella Camila, mi novia, - dijo Manuel tomándole de las dos manos...
Cindy y los demás miembros de su familia tenían una cara de asombro, parecía una buena persona, así que era un buen partido para Manuel.
-Felicitaciones – les dijeron todos, dándole la mano a ambos enamorados...
Cindy la abrazó y cuando estuvo cerca al oído de Camila, le dijo: - te deseo toda la paciencia del mundo, y también te pido que me lo cuides – dijo Cindy sonriendo.
Camila sólo se quedó viéndola y asintió a lo que Cindy le había dicho...
Mientras tanto en la casa de Enrique, las cosas se pusieron feas, a Enrique que dió mucha fiebre, Carlos no sabía que hacer, sólo se le ocurrió llamar a Cindy, ya que a Enrique no le gustaban los hospitales.
Sonó el teléfono de Cindy,
-Aló? Carlos? – respondió Cindy
-Sí, soy yo, que pena molestarte pero necesito tu ayuda, ven a la casa de Enrique en este momento... – dijo Carlos y luego colgó, sonaba muy preocupado, eso hizo que Cindy saliera de inmediato. Se despidió de todos, felicitó nuevamente a los novios y luego se marchó.
Cuando llegó tocó la puerta sólo una vez, al instante abrió Carlos, al parecer la estaba esperando... Él tenía el rostro pálido, al parecer era algo grave.